—Lo siento... HeeChul... Lo siento...—
El Omega abrió sus ojos aún con miedo de encontrar al más alto sobre él, sin embargo sus pupilas eran incapaces de enfocar el exterior a causa de sus lágrimas. Poco a poco cada una fue removida por su constante parpadeo hasta que pudo visualizar el rostro del menor frente al suyo. KangIn no le había hecho nada. Sólo la fuerte mordida que aún podía sentir quemando en su cuello. Ambos continuaban vestidos y el más delgado ya no se encontraba atrapado bajo el peso de su dueño.
—Princesa, perdón por haberte asustado. Debes comprender que como Alfa no puedo controlarme. Realmente no quiero hacerte daño— El bailarín suspiró y abrió la boca para hablar, aún tenía mucho miedo pero debía mostrarse firme. —¿Cómo voy a creerte? Me repites y repites que no vas a lastimarme pero siempre lo haces, siempre me golpeas, me muerdes, me rasguñas y me...— Tragó saliva al recordar la manera en que ambos lo habían tomado a la fuerza innumerables veces —Ahora incluso me insultaste porque mi cuerpo no pudo sanar el daño que ustedes me hicieron—. KangIn se sentó a su lado en la cama tomando suavemente la mano del mayor y la acarició con lentitud como si fuera el frágil pétalo de una rosa, —Lo sé... Sé que te he lastimado muchas veces pero te juro que...— No pudo terminar porque de inmediato fue interrumpido por la voz del bailarín, —No jures, esto no tiene fin... Primero tendremos lindos momentos, luego me vas a golpear, me vas a pedir perdón, vas a jurar que no pasará de nuevo y volveremos a empezar...—. El menor guardó silencio, aquello era verdad. Suspiró y finalmente decidió decir la verdad —Es por tu cuerpo, ver las marcas de SiWon en él me hace enojar. Detesto tener que compartirte con ese imbécil. Yo realmente quiero estar contigo, quiero que vivamos juntos y formemos una familia pero Choi estorba y sigo furioso de que te haya mordido, quisiera matarlo pero si lo hago te haré daño a ti por el lazo— El judoka suspiró frustrado y de inmediato sintió la tibia mano de HeeChul acariciar su mejilla lentamente, ahora el otro estaba sentado a su lado mirándolo de nuevo con el lindo brillo en sus ojos. —Es lo más hermoso que me han dicho— Dijo el bailarín antes de besar su mejilla con amor, —Pensé que en realidad no me querías y me habías mentido—. El más alto tomó ambas manos y dio un beso a cada una —Nunca le haría eso al Omega que amo—, ambos sonrieron y se abrazaron volviendo a acurrucarse en la cama, el más delgado sabía que en algún momento su Alfa volvería a herirlo, ahora estaban en la fase del perdón y él planeaba que el violento ciclo transcurriera más lento esta vez.
Se quedaron en aquella tierna posición sin hablar, HeeChul disfrutaba del sonido del corazón y la respiración ajena mientras que KangIn lo apretaba con fuerza entre sus brazos hasta que él mismo interrumpió el dulce momento con un pequeño recordatorio: —Aún necesitas el hielo, princesa—
...
SiWon caminaba furioso y veloz por los pasillos de la escuela. Por más que llamaba a HeeChul éste no aparecía, ni siquiera su voz de Alfa funcionaba. Era como si el mayor hubiera sido tragado por la tierra.
Había mandado a todo su comité a buscarlo sin importar que suspendió una importante junta sólo por su Omega extraviado.
Todos se apartaban ante los poderosos pasos del furioso jefe escolar mientras murmuraban entre ellos las hipótesis sobre el origen de tanto enojo.
—Lo encontré— Exclamó un exhausto RyeoWook a espaldas del Alfa, el primero no tuvo tiempo de reaccionar cuando SiWon ya lo sujetaba con fuerza por el cuello de la camisa y lo miraba de la manera más horrible imaginable —¿Dónde está?— Cuestionó molesto antes de soltarlo y empujarlo bruscamente para que lo guiara sin siquiera dar oportunidad al menor de hablar.
La sangre de Choi ardió cuando encontró a su Omega en medio del jardín principal, frente a todos, sentado sobre el regazo del estúpido judoka a plenas risas y caricias inocentes por encima de la ropa: HeeChul rodeaba a KangIn por el cuello jugando a chocar la punta de su nariz contra la ajena, podían escucharse suaves risitas a cada toque entre ambos mientras que el menor lo sujetaba por la cintura y acariciaba su espalda acompañando al bailarín en sus risas al robarle pequeños besos.
SiWon se acercó a ellos lleno de odio, mientras que el bailarín tomaba una malteada color rosa del pasto. Pudo escuchar el juego de "besos indirectos" de ambos con el popote de la malteada: HeeChul bebía y de inmediato KangIn lo imitaba tomando del mismo lugar.
—¡YoungWoon! ¿Qué crees que haces con mis cosas?—, HeeChul bajó la malteada y KangIn interrumpió el juego para observar molesto a SiWon, aquel sujeto era muy desagradable. —¿Disculpa? Yo no tengo nada tuyo— De inmediato miró de vuelta a su amado HeeChul cuando sintió que éste escondía su rostro en el hombro ajeno al tiempo que cada músculo de su delicado y herido cuerpo se tensaba por completo. El judoka abrazó a su princesa, sabía que el mayor en cierto punto le tenía miedo a ambos, especialmente a SiWon.
—Eso es mío— Afirmó SiWon señalando a HeeChul, —¿Dijiste "Eso"?. HeeChul no es una cosa, no es tuyo y tú eres un idiota engreído— El jefe escolar gruñó molesto y de inmediato llevó su mano a jalar a HeeChul por su larga cabellera con tanta fuerza que KangIn no tuvo más opción que soltarlo, sino SiWon iba a arrancar el cuero cabelludo del mayor. Este último sujetaba su cabello emitiendo fuertes quejidos de dolor que llamaron la atención de varios alumnos circundantes.
KangIn de inmediato se levantó confrontando al otro dominante en medio del círculo estudiantil que los rodeaba —¡Suéltalo!—, SiWon negó sin hacer caso —Es mío y puedo hacer con él lo que quiera. Así que vete—. El judoka cerró sus puños apenas aguantando las ganas de golpear al hombre frente a él. —No es tuyo, imbécil, ¡Sabes que ambos lo mordimos!— SiWon enrrojeció de furia, su imagen estaba dañada, ahora todos sabían que tenía que compartir al Omega más deseado de la escuela. Todo el prestigio que había ganado como Alfa superior al hacer creer que había domado por sí solo al Omega más rebelde se había perdido en un segundo.
—Eso es mentira, es mío, tiene mi mordida— Gritó SiWon intentando devolver su autoridad. —Claro que no, tiene la de ambos y te odiaré el resto de mi vida por eso. Debería tener sólo la mía. Yo estaba a punto de morderlo, no sé en qué momento llegaste y también lo mordiste—Todo había empeorado, ahora KangIn quedaba como el Alfa superior y él como un débil aprovechado que sólo pudo morder a un omega al tomar parte de un apareamiento que no le correspondía.
SiWon soltó a HeeChul y esté sujetó su cabeza mientras miraba a ambos con miedo. Las peleas de Alfas eran realmente crueles por una razón: Sólo uno salía vivo.
Como saben, tengo varios finales en mente pero sólo uno será canon, los demás son alternos.
Voy a publicar los finales y señalar cuál es el verdadero. Aún así ustedes pueden decir cuál de todos les gustó más :3
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MI JUGUETE (KangSiChul)
Hayran Kurgu-¿Dónde están? Por favor, sólo necesito una ¡Tiene que haber sobrado una!- Decía desesperado el hermoso y femenino omega mientras sacaba y aventaba todo el contenido de su mochila buscando una sola pastilla para contener su celo. -¡No puede ser!- Ex...