Capítulo 18

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Te ves increíble. {Narra Erik}

♥♥♥

Aquel día, todo salió perfecto. Marcos me levantó temprano para prepararlo todo antes de que el Sr. Wesley despertara e incluso nos pusimos a hacer el desayuno para que no sospechara de que la asistenta ya no estaba. Todo nos había salido genial y él estaba muy contento. Justo a las 11:30 de la mañana fue el funeral de "Keisy". Su cuerpo fue arrojado después de una charla de su padre. Una charla cruel y despiadada. Apostaba a que nada de esto era lo que quería ella, sino su padre, quién creía que el infierno estaba mucho más cerca estando en el fondo del mar. O al menos eso es lo que nos confesó después de haber tirado el cuerpo. Gracias a Dios que no fue el de Keisy. 

En mi interior, aún sabiendo que era el culpable de su muerte, recé por Sandra, la asistenta que había matado sin ninguna piedad para salvar a Keisy.

Después de aquello, unas horas más tarde, el Sr. Wesley se volvió a marchar con su familia sin sospechar nada. Se fue contento de pensar que se había quitado a su hija de en medio, incluso escuché como llamaba a su mujer para contárselo, la cual seguramente también estaría contenta por la noticia. Yo al igual que Marcos, tuvimos que quedarnos puesto que Keisy todavía no había despertado del coma.

3 días después, el 26 de Agosto por la mañana mientras dormía, noté como algo apretaba mi mano con fuerza. Al despertar me di cuenta de que era Keisy, pero no estaba despierta.

— Estoy aquí nena —le dije besando y acariciando su mano.

Tras varios segundos, el agarre se fue aflojando y la máquina de forma repentina estalló en un pitido continuo. Su corazón se había parado. No tuve ni que llamar al médico, vino corriendo a atenderla. Sacó un desfibrilador aútomatico e intento reanimarla. No me estaba creyendo lo que estaba sucediendo. Básicamente, Keisy estaba muerta ante mis ojos. Su cuerpo convulsionaba ante las descargas que el médico le daba, esperando que fueran efectivas y reanimaran su corazón.
Cuando ambos creíamos que la habíamos perdido, el sonido de la máquina cambió y volvió a sonar de forma repetitiva.

Suspiré aliviado y me llevé las manos a la cabeza. No sabía como iba a terminar esto, pero en vez de mejorar, cada vez empeoraba. — ¿Puede dejarme con ella, por favor? —de inmediato al escucharme, recogió sus cosas y se marchó.

Pasé toda la semana siguiente hablándole, trataba de no decirle nada importante porque luego seguramente no se acordaría de nada y no quería perder más el tiempo. Pero una noche en especial, la culpa se apoderó de mi y de mi consciencia y comencé a explicarle todo lo que había pasado, con todo detalle. E incluso llegué a mencionar mi verdadero nombre y en todo lo que duró la charla esperé de corazón a que abriera los ojos y a que dijera algo, cualquiera cosa, pero sus labios seguían tan quietos como siempre.

— Te echo de menos, despierta ya por favor —mencioné al final de todo.

Había perdido la cuenta de cuantas veces le había pedido lo mismo, pero aún así seguía haciéndolo, por si algún día daba resultado. Lo que no sabía es que ese día estaba tan cerca después de tantas semanas esperando.

Llegué a la habitación de Keisy como todos los días, después de desayunar y al entrar, me di cuenta de que se había movido. Sus manos normalmente estaban pegadas a sus costados pero esta vez, su mano derecha estaba por encima de su cabeza. Sonreí al ver como progresaba después de la parada que había tenido. Cogí su mano para volverla al lugar de siempre ya que, no parecía una postura demasiado cómoda.

— ¿Qué... haces? 

Solté rápidamente su mano asustado. Esta vez casi me da un paro cardíaco a mi.

— ¿Sigues ahí? —me llamó casi en susurros, su voz se escuchaba totalmente débil y cansada. 

Estaba alucinando, parecía un sueño hecho realidad. Ella estaba despierta, casi no podía parpadear pero maldita sea, ¡ella estaba despierta!

— Te he echado de menos —dije rápidamente mientras acariciaba su rostro, retirando algunos mechones de pelo que caían por su frente.

— Debo de estar horrible —volvió a hablar, tratando de sonreír.

— Te ves increíble nena, de verdad —le miré a los ojos con una sonrisa de oreja a oreja, nunca en la vida me había sentido tan feliz como en este preciso instante. — ¿Te encuentras bien? —le pregunté.

Ella asintió con la cabeza con un amago de sonrisa. Estaba tan débil que no podía sonreír del todo, sus músculos habían estado durmiendo casi un mes y le estaba costando bastante moverse, excepto hablar, que lo hacía perfectamente en su noto.

— ¿Quieres que llame al médico? ¿Te duele algo? —pregunté varias veces y en todo momento ella negó con la cabeza. — Déjame llamarlo, por favor... —le pedí. Ya me había equivocado una vez con respecto a su salud y no iba a equivocarme dos así que no me esperé a que me respondiera y me levanté. Me asomé por la puerta y grité: — ¡¡Esta despierta!! —informé para que además del médico también me escuchara Marcos, quien seguramente todavía seguía en el salón viendo la televisión como todos los días.

Escuché pasos rápidos por la escalera y vi a Marcos correr hacía aquí. El médico, quién tambíen venía tras suya entró apresuradamente. Keisy por la expresión que tenía se notaba que no entendía nada, ni quienes eran esos dos hombres que le miraban con cierto asombro. El médico comenzó a examinarla, le miró las pupilas entre otras más cosas, e incluso le hizo un pequeño test oral por si llegaba a padecer amnesia. Todas las preguntas las había acertado hasta ahora.

— ¿Recuerdas quién es él? —le preguntó señalándome y esperando su respuesta para seguir apuntando todo en una pequeña libreta que llevaba.

Yo todavía seguía sonriendo, esperando impaciente a ver que decía. Ella no paraba de mirarme y llegué a pensar que algo raro estaba pasando porque estaba tardando demasiado en responder. Vamos, di mi nombre. 

Asintió de repente. — El cabrón que me rompió el corazón —le afirmó al médico con total normalidad mientras continuaba mirándome.

El médico se giró con el ceño fruncido sin llegar a entender nada. Yo asentí con la cabeza para darle a entender que había acertado, que ese era yo, y de inmediato desvié la mirada de Keisy hacía los lados. Su respuesta me había caído como un jarro de agua fría, o más bien congelada. Estaba casi sin aire por la sorpresa, no sabía qué decir ni qué hacer. Estaba perdido. Me había escuchado, se había enterado de todo.

— Tranquilo —susurró a mi costado Marcos, dándome una palmada en la espalda.

Pero no consiguió calmarme.

♥♥♥

Hasta aquí el capítulo de hoy!!!!!

Sé que os habréis quedado con la duda, por eso propongo algo... Si este capítulo antes de que pasen las 24 horas de haberlo subido llega a 20 votos subo el siguiente mañana mismo, puesto que ya lo tengo escrito afsgsdgsfgfsg :) ¿Cómo creéis que va a reaccionar Keisy con Erik después de haberse enterado de todo? ¿Os ha sorprendido? Déjenlo por comentarios chicas <3333 Gracias por leer, besitos xx

Pd. en el próximo capítulo, el 19, también narra Keisy por fin, ¿tenéis ganas de saber que piensa o qué ha sentido mientras estaba en coma? 

CAZATESOROS Justin Bieber FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora