Bienvenida a casa.
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— ¿Seguro que estás bien? —me volvió a preguntar Marcos, quién no había dejado de preocuparse por mi en todo el camino.
Le volví a decir que sí y esperé impaciente a llegar a casa para recoger mis cosas. Sabía que me iba a ir lejos de aquí, no porque Marcos me lo hubiera dicho -que también- sino porque en esta ciudad residían mis padres, los cuales se pensaban que estaba muerta. El taxi se paró de repente en una urbanización que no conocía de nada.
— Hemos llegado —escuché que decía el taxista que nos había recogido del aeropuerto.
— ¿Te vas? —le pregunté a Marcos.
— Iré a por ti a las cinco en punto de la tarde, estate preparada —me dijo y una vez dicho, salió del coche, cargó con sus maletas y entró en la que parecía ser su casa.
— ¿A usted dónde la llevo señorita?
Genial. Ahora estaba sola ante el posible peligro de volver a mi casa. A saber que me encontraría allí. Le dije mi dirección exacta y suspiré. Solo cogería mis cosas y mi iría, donde fuera, pero no iba a estar mucho tiempo merodeando por esos lares donde todo el mundo me conocía y sabía de mi. Después de 10 minutos, aparcó cerca del garaje de mi casa y me ayudó a bajar todas las maletas hasta la entrada. Pagué lo que había costado el viaje y se fue.
Antes de entrar examiné la zona y me di cuenta de que las flores que rodeaban la casa estaban en perfecto estado, incluso los arbustos recortados. ¿Quién había estado viniendo a cuidar de mi casa? Saqué el manojo de llaves y abrí la puerta. No me dió tiempo a entrar todas las maletas cuando sentí como algo golpeaba mi espalda.
Me giré rápidamente para ver de quién se trataba y mi sorpresa fue mayor de lo que me imaginaba.
— ¡Oh dios mío! —exclamó mi agresora. — Lo siento señorita, no sabía que eras tú, creía que estaban entrando a robar o algo —terminó por decir, dejando a un lado el palo de escoba con el que me había golpeado.
En cuanto la ví me tiré a sus brazos literalmente.
— Te he echado tanto de menos, Amanda —exclamé a tan solo un paso de echarme a llorar.
No entendía que hacía aquí si le había dado vacaciones hasta que volviera de mi "aventura". Pero había sido toda una alegría entrar por la puerta y encontrarla, encontrar con que había cuidado de mi casa como si fuera la suya. Después de ayudarme con mis cosas, nos sentamos en el sofá para hablar. Y sobre todo para que yo le contara mi experiencia, la que ella se pensaba que había sido única e increíble y que en realidad había sido un completo desastre.
— Solo hay una forma de que sepas como me lo he pasado; no tengo el tesoro, era una jodida mentira —me molestaba la idea de volverme sin mi pintura al fresco que estaba buscando, pero sabía que finalmente la iba a conseguir. — Ah, y te quería comentar algo, me mudo, me voy de aquí —le dije tratando de sonar lo más suave posible.
Su expresión se llenó de sorpresa y me preguntó por qué sin llegar a creerlo del todo. No quería contarle la verdad y simplemente le dije que necesitaba un cambio de aires. Seguramente era lo único que me vendría bien en este momento tan complicado de mi vida. O quizás estaba cometiendo un error al huir de los problemas en vez de afrontarlos, fuera como fuera, pronto lo descubriría.
Nos pasamos un rato hablando acerca de todo y unas horas más tarde, cuando casi eran las cinco, empecé a empaquetar todas mis cosas en diversas cajas. Amanda por suerte me estuvo ayudando y terminé enseguida.
— Yo abro —exclamó Amanda cuando escuchó el timbre de la puerta.
— ¿Dónde está Keisy? —se escuchó a una persona gritar.
— Señor primero se tiene que tranquilizar —pedía Amanda intentado que el chico que había entrado no subiera a mi habitación donde yo me encontraba.
Por desgracia, él tuvo más fuerza y antes de que me viera me escondí en la habitación de al lado para descubrir quién podría ser.
— Keisy por favor sal, esto es urgente —susurraba la voz desesperadamente.
Ese tono de voz lo había escuchado antes. ¿Ian? ¿Qué hacía aquí y como sabía que había vuelto? Entré en mi habitación donde él estaba para salir de dudas y me puse a su espalda. Toqué su hombro para que supiera que estaba aquí y en cuanto se giró me agarró del brazo y tiró de mi hacía la entrada.
— Tenemos que irnos, quieren matarte —dijo apresuradamente mientras bajábamos corriendo por las escaleras.
Yo seguía sus pasos sin entender qué estaba sucediendo. Por dios, acababa de llegar, no me había dado tiempo a cagarla. Me subió a un coche casi a la fuerza y antes de que él pudiera subir, el coche arrancó. Íbamos al límite de velocidad y aunque tuviera algo de miedo por no saber exactamente que estaba sucediendo ni a donde estábamos yendo, me atreví a preguntarle al conductor que era lo que había sucedido para que Ian viniera a por mi de esas formas.
— Todo la gente de la ciudad sabía que usted se iba a por el fresco, la gente le estaba esperando con muchas ganas de que lo trajera y en cuanto ha llegado, la voz se ha corrido más rápido de lo esperado —me explicó.
— ¿Y? —seguía sin entender nada. Estaba confusa.
— Ha llegado a los oídos de su padre —se volteó para mirarme seriamente justo cuando paraba en un semáforo, y el corazón casi se me detuvo en ese instante.
¡Se suponía que Marcos tenía que protegerme de toda esta mierda! ¿Dónde cojones estaba él ahora cuando más lo necesitaba? Me removí en el asiento sin saber qué hacer y entonces el coche se paró en una increíble y bonita mansión. Ahora si que estaba totalmente descolocada.
— Aquí es donde nos dijeron que le trajera, aquí estará a salvo —me comentó el chico,— Ian le traerá sus cosas en cuanto pueda, no se preocupe —dijo bajando para abrirme la puerta del coche.
Salí mirando todo a mi alrededor esperando no ver el rostro de mi padre por ningún lado y cuando me aseguré de que no estaba, me adentré en el jardín de la casa tan grande a la que me habían traído. No sabía de quién podría ser pero me daba igual. Lo único que quería era estar salvo y si Ian dijo de traerme aquí es porque sería un lugar seguro en el que quedarse.
Toqué la puerta y esperé varios segundos a que la abrieran.
— ¡No! Ni de coña, prefiero que mi padre me mate antes que estar bajo el mismo techo —me di la vuelta nada más dije eso, pensando que me dejaría ir.
Qué incredúla.
— Vas a estar aquí, por las buenas o por las malas —dijo reteniéndome y obligándome a entrar.
Cerró la puerta con fuerza y todo se volvió aún más confuso.
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Ayyyyyyy, ¿de quiéin creéis que puede ser la casa en la que han llevado a Keisy? ¿Quién es el chico del coche y por qué Ian se ha enterado de toda la historia? ¿Dónde está Marcos? Muchas preguntas agfsggdhd Dejen sus comentarios y votos <33 ya saben, 5 comentarios y 20 votos para que suba el próximo! El día de la boda y el final se acercan :') xx
Pd: Esto es respecto mi otra novela "Amistad Infiltrada" que con tan solo una pequeña introducción ya llegó a más de 1,700 leídos y casi 70 votos. ¿Queréis que suba un capítulo para que veáis más o menos como será la narración, etc? Esto va por mis lectoras que también leen esa historia! Respondan porfa :)
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CAZATESOROS Justin Bieber Fanfic
Fanfic"No mires al pasado" Pero... ¿qué pasa cuando es el pasado el que te mira a ti? Esta novela está protegida bajo el código 1409011876991. NO se puede adaptar ni copiar. Cualquiera copia o adaptación que se encuentre será denunciada.