CAZATESOROS Justin Bieber Fanfic

Capítulo 15

Lo siento.

♥♥♥

Después de tantos días esperando esto por fin estaba pasando. Parecía irreal de lo increíble que era, aunque Erik estuviera por detrás diciendo que eran solo unas ruinas para mi seguía siendo un paso más a la fama, un paso más hacía la riqueza que tanto había deseado. 

Estuve mirando el panorama durante unos segundos más, seguía sin dar crédito a lo que mis ojos estaban viendo. De repente, cuando me dispuse a andar noté un pequeño pinchazo en mi estómago. Lo había estado sintiendo desde por la mañana temprano. Algunos eran más fuertes que otros. Pero seguramente era por los nervios. 

— ¡Hemos llegado! —grité entusiasmada mientras dejaba mi mochila en el suelo para correr más libremente hacía el templo, ignorando por completo el dolor que sentía.

Erik cada vez estaba más y más lejos, puesto que sus pasos eran demasiados lentos, sin entusiasmo, como sin ganas de llegar. Aún así sus pocas ganas no me impidieron estar feliz por haberlo logrado. Le miré por encima del hombro con una sonrisa mientras esperaba inquieta a que llegara para empezar a buscar la pintura al fresco. El dolor y los pinchazos seguían presentes en mí pero trataba de ignorarlos, nada ni nadie podría arruinar este momento.

Excepto el aire que me empezó a faltar. 

Excepto mis piernas que no me respondían.

Excepto los escasos latidos de mi corazón.

Poco a poco mi humor fue de cayendo y mi cuerpo con el. Estrellé fuertemente contra el duro y rocoso suelo. Pero no sentí dolor. Empecé a pedir ayuda a gritos. Pero no me salía la voz. Erik me agitó tratando de que no cerrara los ojos, se veía desesperado. Yo tampoco sabía que estaba pasando. Él estaba gritando mi nombre. Pero no podía escucharle. Cogió mi cuerpo y me abrazó contra él. Pero no le sentía, no sentía ese abrazo. Estaba dentro de una burbuja. Una burbuja que estalló frente a mis ojos.

....

Una semana después. {Narra Erik}

Millones de cosas se me pasaban por la cabeza. Y era la primera vez en toda mi vida que me agobiaba de pensar tanto. No sabía que hacer, la cabeza me estaba dando vueltas. Pero era normal, y sobre todo algo merecido. La culpa estaba en mí, yo era culpable de todo esto. Tendría que haber ignorado sus susplicas y haber hecho lo que creía más conveniente, que era lo más acertado. Eran las 4:00am y no podía dormir.

La curva de sus labios al sonreír, sus ojos achicados llenos de felicidad y el sonido de su risa. Su voz pronunciando mi nombre. Sus labios contra los míos.

Su más vivo recuerdo me estaba atormentando y esa la primera y única causa de mi insonmio.

La había tenido tan dispuesta, tan mía, que no pude darme cuenta de que la oscuridad nos rodeaba y que la felicidad poco a poco se acababa. Como cuando dabas la vuelta a un reloj de arena y lentamente se agotaba. El tiempo había corrido en nuestra contra y ninguno de los dos pudimos darnos cuenta hasta el final, hasta el momento decisivo.

Flash Back.

Llevaba media hora esperando a que Keisy saliera del baño. Eran las 5 de la tarde pasadas y todavía no habíamos salido de la última cabaña. Sino saliamos ya, se nos haría de noche antes de llegar, puesto que sobre las 7 ya empezaba a oscurecerse todo, pero a ella parecía no importarle lo más mínimo.

— Maldita sea Keisy, estamos en mitad de la selva, no tienes que arreglarte tanto, no vamos a ninguna gala —bufé detrás de la puerta mientras daba algunos toques.