— Carla Mateos, acuda a dirección. Carla Mateos a dirección— Escuchó por los altavoces del instituto. Miré a mi amiga Lucia, y ella me correspondió la mirada junto con un alzamiento de hombros.
Me levanté y le pedí permiso a la profesora para poder salir. Que yo recordase no tenía médico ni nada de esas cosas. La profesora me dio permiso y salí de clase. Recorrí los pasillos hasta llegar a dirección. Estaba mi madre.
— Hola cariño, verás, nos ha llegado una oferta muy importante para ti— Dijo mi madre al verme
— ¿De hípica? — Mi madre asintió.
— Te lo explico todo en el coche, pero tenemos que decidirnos ahora. Esto pues hacerte profesional en el mundo de la hípica.
La directora del centro nos dio permiso para dejar el instituto. Recogí mis cosas y me monté en el coche.
— Cuéntame.
— Verás, me ha llamado un tal Adrien Fantin, dice que te han estado observando en tus carreras, que tienes potencial a pesar de tener solo quince años, que eres un diamante sin pulir y ellos quieren aprovechar tu talento. Te irías allí, ellos te proporcionarían una educación bilingüe en español y francés y darías unas 10 horas de hípica a la semana sin contar las carreras.
— Guau...
— Carla, es una oportunidad muy buena, seguirás con los estudios, y en Francia se vive mucho la hípica. Serás bilingüe, vivirías experiencias nuevas...Sería en Marsella
— Pero... No te voy a dejar sola...
— Cariño estaría con la abuela. Yo no puedo irme. Pero iría todos los findes de semana. Y vendrías todas las vacaciones. Papá estaría orgulloso de ti.
— No quiero dejarte sola. Pero es una buena oportunidad— Miré por la ventana.
— Aprovéchala, hazme caso.
— Está bien. Iré— Miré a mi madre y sonreímos cómplices.
Después de esa conversación, llegamos a casa, dejé todo en mi cuarto, me tumbé en la cama para pararme a pensar en todo lo que acababa y faltaba por pasar.
Dos Días más tarde, Adrien se presentó en casa,hablamos con él, él sería mi entrenador, viviría con el y su familia en Marsella.Una familia completamente francesa, pero que hablaban español con la que practicaría diariamente mi francés. Asistiría a la escuela de equitación y competiría en de caballos. Siempre había querido correr carreras oficiales, en Madrid no podía.
Dos meses más tarde, dejé mi nido y me despedí de mi madre, de mi abuela, de Licia y de toda la gente que conocía en Madrid. Dicen que para perseguir tus sueños tienes que enfrentarte a tus miedos y dejar cosas atrás. Y quien me diría a mi que con quince años me iría a Marsella.
10 años más tarde
— Lo hemos hecho genial, Lumière...— Dije acariciando al cabello cuando me bajé de él tras una larga sesión de entrenamiento.
— Bastante bien Carla. Vas perfecta de tiempo. Cuando vayáis a girar en esa curva— Señaló la curva y yo miré— Procura agarrar a Lumière bien y tirarle un poco. No queremos que se salga.
— Bon. Perfecto. ¿Eso es todo?
— Oui, puedes irte, llevas una semana dura. Relájate un poco, habéis ganado los regionales y estáis en buena posición en los Nacionales. No hay de que preocuparse.
— Merci Adrien, por suerte ahora tengo dos Días libres— Sonreí. Me despedí de Adrien y llevé a Lumière a la cuadra.
Coloqué todo y conduje hasta casa. Había dejado de vivir con Adrien hace cinco años. Aquí este trabajo está bien pagado y me podía permitir vivir sola.
Una vez en casa, me tumbé en sofá puse música y saqué un libro de poesías. Qué buena es Lucía Etxebarria. El móvil comenzó a soñar. Paré la música y observé el nombre de la pantalla: Lucía. Después de diez años aquí en Francia, no había perdido la amistad con ella.
— Allo?
— Luciaaa! — Exclamé.
— Tengo cosas que contarte, gabachita.
— Que no me llames gabacha... Aún que tenga la nacionalidad francesa soy Española. Bueno ¿que quieres?
— Verás he estado hablando con Lucas...
— ¿¡Os casáis!? Lucia, no os podéis casar, no le he conocido. Lleváis dos años y no le conozco. Algo pasa. ¿Es falso?
— ¡No! Y ¡No! Es real ¿vale?
— vale, vale...— Dije levantándome a por una galleta.
— Bueno, Lucas hoy en el entrenamiento a estado hablando con Antoine, y resulta que Antoine se ha comprado un caballo.
— Aham...— Comenté antes de meterme el trozo de galleta a la boca.
— Y resulta que está buscando un jinete, un buen jinete. Y yo pues te he recomendado.
— ¿¡Qué has hecho qué!?— Expulsé el trozo de galleta masticado de mi boca.
— Verás, le gusta mucho el tema de los caballos y hoy pues hemos ido a comer y han vuelto ha sacar el tema, me he acordado de ti, ahora lo estás petando en los regionales y lo vas a hacer en los nacionales. Eres buena, Carla...
— Ya, pero... no sé... me gusta cómo estoy ahora. Lumière sigue mejorando y... No sé. No quiero dejar a Adrien tirado.
— No lo harías. Adrien se iría contigo. Lo malo es Lumière, tú correrías con Princesse.
— Encima le llama Princesse...— Bufé. — Lo tengo que pensar y discutir con Adrien.
— Genial, te llamará su hermana Maud en unas horas y hablareis de todo esto.
— Está bien... Au revoir Lucia
— Adiooos... — Colgué. Bufé y me mordí el labio.
Si el caballo era de un futbolista, sería un buen caballo, podría ganar las nacionales. Y con un poco de suerte podría montar a Lumière en los tiempos libres y estaría en la cuadra de Adrien.
Hablé con Adrien y no le pareció mala idea. Tiempo después me llamo Maud, tal y como dijo Lucia, y hablamos sobre las carreras, mi trayectoria, el caballo... Parecía que si, que tenía caballo para correr nuevo.
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Tout a commencé avec un cheval. {Antoine Griezmann}
FanfictionMuchas veces encontramos al amor de nuestras vidas en el sitio menos esperado y nombramos a este sin haber conocido siquiera al adecuado. A Carla, una joven corredora de caballos en Francia le dan la oportunidad de correr con el caballo de una de l...