Tout a commencé avec un cheval. {Antoine Griezmann}

Capítulo 17

Me levanté, y como de costumbre Colin no estaba. Me miré las muñecas recordando el incidente de anoche. ¿Por qué tenía que ser así?

Fui a la cocina y allí se encontraba Colin.

— Bonjour mon amour.

— Bonjour.

— Oye, siento mucho lo de ayer. Me alteré demasiado.

— No pasa nada. Todo bien— Él dejó un casto beso en mi frente.

— Tengo que irme a trabajar, vuelvo para comer.

— Creo que Lucía y yo vamos hoy a París. Adrien me acaba de mandar un mensaje, no puede venir al partido. Había pensado en ver hoy y mañana París con Lucía para que nos de tiempo, así que dormiremos allí. ¿Tú vienes después de trabajar o mañana por la mañana?

— Mmmm... Mi novia y la Torre Eiffel por la noche... c'est parfait. — Reí.

— Vale, pues te llamo por la tarde, avísame cuando salgas.

— Okay, au revoir.

—Adieu.

Colin salió por la puerta y yo desayuné rápido para ir a mi piso y preparar todo y así poder salir lo antes posible.

Una hora después, Lucía y yo nos encontrábamos en el coche yendo a París. Eran siete horas en coche. El viaje no se nos hizo muy largo ya que nos turnábamos para conducir, parábamos, comíamos, cantábamos, hablábamos...

— Y cuéntame, ¿ cómo estás con Colin? — Preguntó Lucía antes de meterse un regaliz a la boca.

— Unos días bien y otros días no tanto— Sonreí. — Como todas las parejas.

— ¿Le parece bien lo del partido?

— Claro.

— Anto me contó lo que pasó cuando él estuvo en Marsella. Lo de las escaleras, lo del chichón, vuestro casi beso... — Estallé en una carcajada. Pensaba que la situación del mando y nosotros apunto de besarnos sólo me había dado cuenta yo.

— ¿Qué? Si, tuvieron una primera impresión un poco mala el uno del otro. Por eso me da un poco de cosa el partido.

— Antoine es un caballero y se sabe comportar. Estate tranquila.

—  ¿Qué mas habéis hablado? — Le pregunté a mi amiga desviando la vista de la carretera por un segundo.

— De todo. Me dijo todo lo que hicisteis cuando estuvo. Y se que de vez en cuando hablábais. Se siente muy a gusto contigo. Si vivieseis en la misma ciudad apuesto a que estariáis juntos. — Reí sarcástica.

— Tengo novio, Lucía.