Estas dos ultimas semanas desde que volví de España, habían sido bastante raras. Desde que llegué evité a Colin. Me he centrado en los entrenamientos y las competiciones. Apagué el teléfono y no he mantenido contacto con nadie excepto con Adrien, y no creo que eso sea sano. No se nada de nadie. Sólo me centro en Princesse y en mí. Mi mundo desde que llegué gira entorno a la hípica, las carreras, los caballos, mi forma física y como no los regionales y nacionales, estos últimos los empezaria en pocos días.
— Vamos Lumière, último esfuerzo.
El caballo aumentó su velocidad a la vez que atravesaba un paso verde por la lluvia. Una vez estábamos dentro del recinto de Adrien, Lumière redujo la velocidad.
Necesitaba ese paseo para poder despejarme de todo y en parte había funcionado, aunque hubiese sido solo por un rato.
Llevé a Lumière a su cuadra y fui directa a la casa de Adrien. Hoy dormiría allí.Entré en la casa y fui directa a las escaleras.
— Estoy cansada, me voy a la cama. Mañana estaré a las 8 en pie, lo prometo.— Empecé a subir las escaleras.
— ¿Ya no saludas?— Retrocedí todos los escalones y me asomé a la cocina confusa.
Y ahí estaba, sujetando un mate entre sus manos apoyando en la encimera con Adrien al lado.
— ¿Qué haces aquí?— Entré en la cocina y le di dos besos.
— Tengo la concentración en dos Días y son dos Días libres que quiero aprovechar. Por desgracia Mía está con su madre.
— Y has venido aquí a...
— Te dije que me verías— Quise decir algo pero me cortó.— A parte, me ha dicho Adrien que no estás del todo bien y quiero ayudar.
Miré a Adrien bastante mal y él le dio un sorbo a su café. Bufé.
— Sube si quieres— Le comenté saliendo de la cocina. Escuché unos pasos así que supuse que venía.
Entré a mi habitación y me senté en la cama, poco después entró él y se sentó en la silla.
— ¿Qué es lo que te pasa?— Me preguntó inclinándose sobre sus rodillas y mirándome con atención.
— Desde que vine de España he estado aquí. No he ido a mi apartamento, Antoine. No quiero ver a Colin. Me he metido en un bucle de trabajo del que no puedo salir. Apenas he hablado con mi madre y no he hablado nada con Lucia.
Antoine bufó y se reclinó hacia atrás.
— No creo que sea bueno que estés aquí siempre. Al fin y al cabo esta es tu zona de trabajo, y si no la dejas no desconectas. Es como cuando yo me voy de concentración. Escucha mañana te acompaño a tu apartamento. ¿Está bien?
Cerré mis ojos y respiré lentamente. Si Colin me ve con Antoine, habrá problemas. Pero, Antoine tiene razón, estar tanto tiempo aquí después de todo, no es bueno y tal y como me siento eso pasará factura en las carreras.
— Está bien...— Me tire hacia atrás bufando
— Genial. Porque no esperaba un no por respuesta—. Se levantó y se sentó en la cama.
— ¿Cuanto vas a quedarte?
— Ayer y hoy he estado con mis padres en Maçon y mañana dormiré aquí también pero saldré a primera hora a Claire Fontaine.
— Interesante.
— ¿Por qué?
— Curiosidad—. Me incorporé. — Oye, me voy a poner cómoda te importa...
— Si, si ya me voy.
— No, no pasa nada, con que te des la vuelta vale. Eso si, no te gires.— Si las miradas matasen, ya estaría muerto después de la mirada que le eché.
Antoine se Rió, colocó los brazos en signo de rendición y se giró.
Mientras me cambiaba la veía la espalda y le observaba cuidadosamente para saber si miraba o no.Una vez me puse cómoda traje agua para los dos y saqué una baraja de cartas. Jugamos una partida tras otra tras otra.
— ¡Tramposo!
— ¿¡Qué!? No Tramposa tú.
— ¡Pero si te estoy viendo cambiar la carta Antoine! — Decía enfadada medio enserio medio en broma. — Dame la carta.
— No— Se la puso tras su espalda y me sacó la lengua.
— Antoine— Negó. Me puse de rodillas en la cama y me incliné hacia él. Comencé a tirar de su brazo pero él tenía mucha fuerza.
Con su otro brazo empezó a hacerme cosquillas y perdí el equilibrio. Terminé cayéndome encima de Antoine y no podíamos parar de reír.
Estábamos muy cerca el uno del otro. Notaba un corazón acelerado y la verdad no sabía si era mi corazón o el suyo.
La distancia cada vez era más corta. Antoine colocó su mano en mi cintura, y cuando iba a romper la distancia, el reloj de la alarma comenzó a pitar.
— ¡Mierda! ¿Qué hora es?— Dije nerviosa. Me separé y miré el reloj. Las dos de la mañana, se me había pasado el tiempo. — ¡Dios! Mañana tengo que madrugar. —Me separé y me metí en la cama.— Anto— Lo miré y me miró nervioso— ¿Puedes recoger tú todas las cartas?
— Sí. Pero mañana no madrugas. Mañana vas a descansar y vamos a ir a tu apartamento así que relájate.— Explicó mientras que recogía toda la baraja carta por carta.
— Tienes razón, pero ya que estoy así, me voy a dormir. Que mañana no va haber quién me levante.
— Cual niña de ocho años...— Comentó riendo.
Antoine se levantó de la cama, dejo las cartas en la mesa y me arropó.
— Me imagino que arropas así a Mía.
— Si, pero tardo menos, ella no ocupa media cama como tú.
— Perdona?— Le miré desafiante y el estalló en una carcajada, así que me subí la manta hasta la frente y me giré dándole la espalda.
— Venga... No te enfades. Solo te he llamado adulta.— Se acercó. — Va... Carla...— Me empezó a tocar la espalda en forma de molestia.
— A dormir Antoine.
— No hasta que me perdones.
— Te perdono. Por pesado y por idiota— Le di en la mano para que dejase de tocarme la espalda de esa forma tan molesta y escuché un quejido por su parte. — Quejica.
— Borde.
— Esta borde tiene sueño. Así que Au revoir, bonne nuit Antoine.
Antoine bufó y se levantó de la cama muy a su pesar. Le escuché ir hacia la puerta y abrirla.
— Bonne nuit malpoli (borde).
No pude evitar reír. Cerró la puerta de mi habitación y yo cerré los ojos, metí las manos bajo la almhoada, me moví un poco para encontrar mi postura y sonreí.
Me gustaba pasar tiempo con aquel rubio de ojos azules, por muy idiota y tramposo que fuera. Antoine era un buen chico.
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Tout a commencé avec un cheval. {Antoine Griezmann}
FanficMuchas veces encontramos al amor de nuestras vidas en el sitio menos esperado y nombramos a este sin haber conocido siquiera al adecuado. A Carla, una joven corredora de caballos en Francia le dan la oportunidad de correr con el caballo de una de l...