Capitulo 7

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Era día de partido. Lucia conducía en dirección al Metropolitano mientras yo canturreaba las canciones que tenía en su coche y admiraba Madrid por ventana. Echo mucho de menos vivir en una ciudad como lo es Madrid. Para mi fue duro irme tan pronto, pero a mi edad ya tenía claro lo que quería hacer con mi vida y sin duda alguna eran los caballos así que al presentarse esa oportunidad, tuve que mirar por mi bien y ser egoísta.

— Verás el ambientazo que va a haber. El Metropolitano es enorme. Aunque todavía no es el Calderón.

— Nunca lo será— Digo yo recordando los viejos tiempos en el Calderón.

— Tienes razón, nunca lo será. Pero el Metropolitano será distinto, distinto pero también especial, solo se necesita tiempo y ganas.

— Bien dicho— Sonreí. — Oye, ¿te has dado cuenta de la suerte que tienes? — Le pregunté y ella puso una mueca, no me entendía.

— Cuando éramos pequeñas, antes de que me fuera, decíamos que nos queríamos casar con un futbolista del atleti. Yo ya tenía planeada mi boda con Fernando Torres— Reí acordándome de mi yo de trece años. — Y mírate a ti, saliendo con Lucas Hernández el presente y el futuro del Atlético de Madrid.

— Como es la vida ¿verdad? No me acordaba de eso. Lo de Lucas fue todo tan normal que no se. No eran esas mis  expectativas cuando tenía trece años— reímos. — Aunque tú también tienes suerte. Siempre decías que querías correr carreras y dar saltos y poco tiempo después tu gran oferta te vino y te fuiste a perseguir tu sueño. Ya eres una profesional, que compite en los regionales, los nacionales...

— Como es la vida. Aunque no todo son caminos de rosas.

— Ahi tienes razón.

Quedaba poco para llegar al estadio, o eso me decía Lucia.

— Míralo. Ahí está. ¿Lo ves? — Dijo Lucia señalando con la cabeza al gran estadio que se encontraba cada vez más cerca de nosotras.

— Wow— Esa fue mi primera impresión. Wow. — Es muy bonito.

— Pues todavía queda tiempo para que empiece el partido. Podemos dar una vuelta y lo ves con más detalles.

— No podría estar más de acuerdo amiga. — Le di en el muslo y esta se sobresaltó.

— ¡Carla! ¡Que estoy conduciendo!

— Ups. Perdón— Reímos.

Una vez Lucía aparcó el coche, salí embobada mirando al estadio. Se me hacía tan raro. Es como si creyese que era un lugar temporal, que volveríamos a jugar en el Calderón, que esto no era nuestro, que era muy... nuevo. Aunque eso sí, era precioso. Con muchos detalles, las placas, los puestos, la bandera... Merecía la pena todo.

El partido dio comienzo. A Lucía y a mi no nos gustaba ver los partidos desde los palcos. Me habían dado la oportunidad pero yo prefería estar en la grada. Pegadita al fondo sur. Lucía había estado alguna que otra vez en el palco, y según ella le parece artificial. Es como no estar del todo en el partido.

Ambas estuvimos animando hasta el último minuto y el equipo ganó 1-0 con golazo de Antoine de falta. Una vez acabado el partido yo no sabía a dónde ir.

— ¿Vamos al coche? Le pregunté a Lucía.

— Ven tenemos que ir a recoger a Lucas. Él ha venido en autobús.— Asentí'un poco perdida.

Teníamos unos pases colgados del cuello y nos dejaron pasar a los pasillos del interior del estadio. No paraba de pasar gente; de seguridad, de prensa, del equipo técnico... Yo seguí a Lucía a lo que era un garaje y dónde se encontraba su coche.

Tout a commencé avec un cheval. {Antoine Griezmann}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora