Capitulo 5

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Abrí los ojos lentamente y con dificultad por toda la luz que entraba a la habitación. Una vez mis ojos eran capaces de mandarle al cerebro las imágenes, recordé que no estaba en mi casa, sino en casa de Colin. Le miré, mi mano estaba apoyada en su pecho. Le daba la luz de cara y le sentaba my bien. Colin es muy atractivo, es alto, de unos 185 centímetros, pelo negro, degradado y rizado. Tiene los ojos verdes y una boca pequeña. Está fuerte, tiene los brazos musculosos y aunque no tiene el abdomen definido, tiene buen tórax. 

Me fijé en su tatuaje. Una rosa en el pecho. Siempre la acariciaba y la repasaba con la yema de los dedos para que se despertase y, así hizo. Poco a poco abrió los ojos y me apretó contra sí.

— Bonjour—. Susurró.—  Hoy tengo concierto a las nueve. ¿Vendrás?

—Bonjour—. Sonreí.— Claro.

Colin se giró hacia mí y me besó. Su mano, la cual estaba en mi cintura me apretó más a él. Los besos de Colin se empezaron a hacer más intensos. Y la mano de Colin se deslizó hasta mi culo y me pegó mas a él.

— Colin... No... No me apetece hacerlo ahora, tengo que estar en dos horas donde Adrien.

Hizo caso omiso y me pasó a besar el cuello.

— Colin...

— Oh, vamos chérie... Será rápido Carla—. Colin se colocó encima mía y comenzó a besarme mientras se quitaba la poca ropa que tenía encima.

Decidí no decir nada. No sabía cómo actuar cuando nos pasaba eso. 

Un rato después, cogí mis cosas y bajar a mi piso. Allí me cambié de ropa. Una vez preparada, salí de casa, cogí el coche y conduje hacia la casa de Adrien.

Veinte minutos después llegué y aparqué. Entré a su casa pues, tenía llaves y allí estaba él.

—Bonjour, Carla. Café? — Preguntó sonriendo.

— Oui, s'il vous plait—. Coloqué una taza debajo de la jarra de forma que después de servirse su café, serviría el mío.

— Llegas pronto.

— Más tiempo para entrenar— Dije riendo.

— No es mala idea— Comentó sonriendo antes de dar un sorbo a su café.

— La verdad me gustaría dar un paseo con Lumière al terminar—.  Dije yo antes de dar un sorbo al café. El cual, en cuanto la primera gota hizo contacto con la punta de mi lengua, vi las estrellas y dejé la taza con brusquedad en la mesa, soplando fuerte. 

— Ten cuidado, está caliente

— Merci?— Dije sárcastica.

Terminamos de desayunar y fui a prepararme para montar mientras que Adrien sacaba a Princesse y le ponía la silla.

Una vez estaba lista, salí y monté a Princesse, fuimos hasta la pista y esperamos a que Adrien nos diese el aviso para salir.

Una vez dada la señal, le di una patada con la bota en el costado a Princesse y tiré de la cuerda. Princesse comenzó rápida. Cogimos las curvas muy bien, cerradas. Y, la primera vuelta, si no me equivocaba, la habíamos hecho en muy buen tiempo. Sólo nos faltaban cuatro más.

En la última vuelta, tiré de las cuerdas con fuerza para darle a entender a Princesse que diese el último esfuerzo y así hizo, aceleró y tomó la curva llegando con buen ritmo a la meta. 

Para que no frenase de golpe, hubiese riesgo de lesión y no se sofocase trotamos una vuelta más para no correr riesgos. Fuimos trotando también hacia Adrien.

Tout a commencé avec un cheval. {Antoine Griezmann}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora