Cap.16

3.6K 222 104
                                    

Cath
Los rayos de sol que entraban por la ventana me despertaron.
Poco a poco abrí los ojos intentando ubicarme. Mi cabeza descansaba en el pecho desnudo de cierto pelirrojo y mi pelo nos envolvía.
Sentía su respiración lenta y dormida bajo mi mano.
Me incorporé un poco para observar el rostro de Ron.
Sus rasgos angulososme parecían perfectos bajo esa luz matutina.
Acerqué una mano a su cara y le acaricié la mejilla para después bajarla a su cuello y pasar suavemente los dedos por una de las marcas que le hice ayer por la noche. Me sonrojé al recordarlo.
Creo que esa noche dormí en total 3 horas.
Quién iba a imaginar que Ron era tan...insaciable.

-Ron, despierta -susurré. Los ojos de mi novio se movían bajo los párpados.
Sentí que sus manos me agarraban el culo. Solté un gritito.

-Buenos días -el pecoso sonrió adormilado mientras me apretujaba contra su cuerpo- ¿Cómo te sientes?

-Me duelen las piernas -hice un puchero.

Ron soltó una risa ronca.

-Con todo el ejercicio de ayer no me extraña -se puso serio de repente- ¿Te gustó? ¿Te duele mucho? ¿Te imaginabas así tu primera vez? ¿Lo hice bien?

Le puse una mano en la boca para hacerle callar.

-Ron, ha sido perfecto -acerqué mi boca a la suya y le besé, pero sin darle tiempo a reaccionar, me apreté y me puse de pie-. Debería vestirme.

Él le echó un buen vistazo a mi cuerpo desnudo, pero yo cogí la sábana y me tapé.

-Venga ya, no es nada que yo no haya visto antes -me guiñó el ojo perversamente, con lo que yo me sonrojé más todavía.

-Harry llegará en cualquier momento y nadie puede verme salir de tu habitación.

Me puse la sudadera y el pantalón del pijama.

-¿No te olvidas de algo? -Ron sonrió mostrándome mis bragas.

-Te las regalo. De recuerdo. -él se rió.

Oímos unos golpes en la puerta. Y la voz malhumorada de Harry.

-Más os vale estar vestidos.

Mi novio y yo nos miramos y nos echamos a reír.








Estábamos sentados en la mesa de la cocina, listos para desayunar.
Arthur bajó corriendo las escaleras con un maletín negro de trabajo en la mano. Entró a la cocina, cogió una tostada, besó a su mujer y a sus hijos, se despidió de Harry y de mi y se marchó a trabajar.

-Trabaja en el Ministerio, y últimamente tiene mucho trabajo. Sólo descansa los domingos y porque le obliga mamá que si no... -me explicó Ginny.

-¿Qué quieres desayunar, Cath, cielo? -la señora Weasley, Molly, se acercó a mi con una sartén de bacon.

-No te preocupes, de verdad. Con estas gachas de avena ya me quedo llena -le sonreí.
Me dolía TODO el cuerpo. En especial las piernas. Pero me sentía bien...era una sensación difícil de explicar.

Uno de los gemelos, Fred concretamente, no paraba de mirar para mí. Y eso me ponía muy nerviosa.

-Mami, Georgie y yo tenemos que ir hoy al Callejón Diagon.

-¡Ya me lo dijiste ocho veces Ginny! Por suerte para ti, yo tengo que acabar de comprar unas cosas para la cena de Navidad de mañana. Nos iremos dentro de media hora. O sea que daros prisa.

-Vale mamá, gracias. -la pelirroja salió dando saltitos de la cocina.

--------------------------------------------
Harry
Cogí mi escoba listo para entrenar.
Ginny, George y Molly se habían ido a comprar y el señor Weasley se fue a trabajar.
Ron y Cath desaparecieron, y Fred y yo decidimos jugar un poco al Quidditch. Los dos estábamos en el equipo de Gryffindor.
El año que viene, todos habremos acabado Hogwarts. Tendríamos que haberlo acabado este año, y los gemelos tendrían que haber salido de él hace ya bastante, pero con todo lo de Voldemort...decidieron quedarse con nosotros.
Cuando el año acabe, a Ron y a mi nos gustaría prepararnos para ser aurores.
Los gemelos, en cambio, van a abrir una tienda de artículos de broma mágicos.

Nota de autor
En este FanFic no se ha muerto ningún gemelo y siguen todos con las orejas intactas.

Devolviendome a la realidad, Fred me tiró una de las pelotas, tan rápido que tuve el tiempo justo para agacharme y conseguir no quedarme sin nariz.

-¡Harry! ¡Ve a buscar la bludger hombre! ¡Estás atontado! -se empezó a reir-. Voy a ver a qué altura puedo volar mientras tú vas a por ella.

A regañadientes, volví hacia la casa buscando la pelota.
Vi un manchurrón amarillo entre las ramas del árbol que había al lado de la habitación de Ron.
Me acerqué a cogerla cuando vi que mi hermana y mi amigo estaban en la habitación. Cogí la pelota y eché un vistazo a la ventana.

Ron estaba sentado en la cama, sin camiseta y en boxers.
Catherine estaba sentada encima de él en sujetador y en una especie de braga que las chicas llamaban tanga.
Y no estaban precisamente rezando.

Ron le abrió la boca a mi hermana con los labios y sus lenguas chocaron.
¿Desde cuándo Ron sabía besar así?
Cath se llevó las manos a la espalda y se desabrochó el sostén tirándolo al suelo.

Observé ese cuerpo escultural: los muslos tersos y suaves, el trasero redondo y curvilíneo, el abdomen plano...sentí un bulto que se formaba entre mis piernas.
《PARA. Es tu hermana, Harry. Tu hermana. Debes protegerla, no empotrarla contra la pared. Tu tienes a Ginny. Ginny es tu novia. Catherine es tu hermana. H e r m a n a.》

Cogí la bludger y volví a la zona del jardín en la que estaba Fred.

-¡Harry! ¡Mira como de alto puedo volar! Deberías practicarlo, al principio cuesta no quedarse sin aire pero ya verás....

Dejé de escuchar a Fred.
《Es tu hermana. Y su novio es Ron, que es tu amigo, y sois cuñados mutuamente.》




La hija de SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora