Cath
Desperté cuando alguien me tapó la boca. Noté que me ponían la punta de la varita en en cuello.-Ni se te ocurra gritar -dos personas me sujetaban brazos y piernas. Había una tercera que reconocí como Draco. Los otros dos tenían que ser los cerdos grasientos que hacían de su guardaespaldas.
Me retorcí y forcejeé pero los animales me tenían agarrada. La varita seguía en mi cuello.
Le mordí la mano y los dedos gordos se apartaron de mi boca:-¡Por favor! ¡Ayuda! -grité lo más fuerte que pude.
Ron por favor ayudame envié ese pensamiento a través de mi mente con la esperanza de que mi poder funcionara.-No grites para pedir ayuda -Draco comenzó a desabrocharme la camisa del pijama-, grita para otras cosas más productivas -me quitó la camisa y la tiró al suelo, yo empecé a retorcerme. Crabbe y Goyle me amordazaron la boca y me ataron las muñecas y tobillos para que Draco siguiera con su jueguecito. Me puso las manos alrededor de la cintura y empezó a moverlas, a acariciarme y a jugar con el cierre del sujetador. Cogió uno de mi pechos y lo apretó.
De repente, Draco salió volando LITERALMENTE.
Crabbe y Goyle cogieron a Malfoy y salieron hacia la Torre de Slytherin.
Alguien me empezó a desatar y me quitó la mordaza.
Me arrodillé y vi a Ron mirándome.
No sabía que estaba llorando hasta que lo miré a la cara.
Me cogió la cara y me limpió un lágrima con el pulgar.
Me abracé a su torso en silencio mientras él me acercaba a su pecho y me acariciaba el pelo.-Ya estás conmigo, Cath.
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Ron
Estaba durmiendo en mi habitación cuando oí la voz de Catherine en mi cabeza:
Ron por favor ayúdame
Me levanté de un salto y bajé corriendo.
Cuando vi a Catherine bajo Malfoy y éste tocándole en una esquina del pasillo, no pude contenerme. El resto ya lo sabéis.
Ahora ella está llorando en mi pecho, sin camiseta y con su pelo cayéndole en suaves ondas.
- Ya estás conmigo, Cath. -ella levantó la cabeza y me miró, hasta cuando lloraba era preciosa. De sus ojos verdes caían lágrimas que yo limpié con los labios- ¿T-te hicieron algo?-Él, me tocó. -se estremeció en mis brazos- Yo...me siento sucia.
-No, no. No es culpa tuya.
-Gracias
-Oí tu voz, te oí en mi cabeza pidiendo ayuda. - no lo entendía, la había oído como si estuviera a mi lado.
Ella se incorporó y se secó las lágrimas.-Yo...
-Escúchame, mejor vamos a la Torre de Gryffindor y me lo explicas allí
-Vale. -me levanté y la ayudé a ella- Esto...Ron, -me giré y vi que estaba sonrojada- se han llevado mi camisa.
Sin darme cuenta la miré y vi que tenía el torso desnudo a excepción del sujetador. Noté como se me enrojecían las mejillas. Me quité rápidamente la sudadera de Gryffindor que me puse antes de salir del dormitorio y se la di.
-Ten, ponte esto.
-Gra-gracias. -se la puso y se colocó su larga trenza dorada a la espalda- Vamos.
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Cath
Miré a Ron de reojo y vi su cuerpo desnudo. Era delgado pero fuerte y fibroso.
La sudadera olía a él y eso me encantaba.
Llegamos a la Torre y nos sentamos en uno de los sillones de la Sala Común.-Puedes confiar en mi. -Ron me acercó su mano a la mía y entrelazamos los dedos. Sonreí y él me devolvió la sonrisa.
-Cuando era más pequeña, descubrí que tenía un poder...superior al resto de los magos y brujas de mi edad. El Ministerio de Magia investigaba los casos de gente como yo porque somos más poderosos que el resto. Por eso me hice pasar por una squib. Mi poder me permite...controlar la mente de los demás. Entrar en las cabezas de otras personas y obligarles a hacer lo que yo quiero. Por eso puedo comunicarme contigo. Por eso me oiste.
Ron me miraba atónito.-¿Alg-alguna vez entraste en mi mente?
-No, claro que no. No controlo muy bien mi poder, por eso trato de no utilizarlo a menudo. Lo que sí controlo es lo de la comunicación.
-Eso...eso mola mucho, Cath.
-Podría matarte con medio pensamiento.
-Yo sé que no lo harás. -Ron sonrió, me encantaba su sonrisa.
-Tengo que enseñarte a proteger tu mente de los que son como yo.
-¿Eso se puede?
-Pues claro. Los que tienen mis poderes podrían entrar en tu mente desprotegida y robarte los pensamientos, los sentimientos y los recuerdos.
-Me estás asustando, ¿empezamos mañana?
-Claro.
-Oye...¿yo podría comunicarme contigo cuando quisiera?
-Claro. Tienes que buscar una especie de...lazo entre nosotros y enviar el pensamiento.
-Vale -Ron puso cara de estreñido, perdón, de concentración.
Esa sudadera te queda genial
Me sonrojé.
-¿Funcionó?
-¿Me queda bien tu sudadera? -él sonrió
-EXACTO -se rió y, Dios, me encantaba su risa.
-Deberíamos irnos a dormir. -nos levantamos del sillón y quedamos mirándonos a los ojos.
Gracias por salvarme, otra vez.
No hay de qué.
Me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. Sus ojos se abrieron mucho y se llevó la mano a la mejilla.
Que descanses, Ronnie.
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Ron
Catherine me besó en la mejilla. Aún cuando me acosté en mi cama seguía notando la presencia de su beso. Sus labios eran cálidos y suaves.
Ron¿Catherine?¿Ha pasado algo?
No, tranquilo. Es que todavía tengo tu sudadera.
No pasa nada, quédatela.
Me encantaba esta chica. Después de lo que fueron horas de charla me dormí.
¿Ron? Oí su voz en un susurro dentro de mi cabeza.
¿Cath? ¿Eres tú?
Claro que soy yo Su risa resonó en mi cabeza. Ron, ¿p-puedo d-dormir conti-tigo? Me da miedo que...Draco...
Pues claro, ven
Me senté en la cama para esperarla. Cuando la vi aparecer por la puerta y acercarse a mi se me paró el corazón por un segundo. Esa imagen de ella me llenaba de ternura.
Se quedó delante de mi. Y sonrió.Hola Ron
Hola Sonreí
¿Seguro que no te molesto?
¿Qué? No. Pues claro que no. Ven.
Ella se sentó en la cama junto a mi. Me di cuenta de que me miraba el torso desnudo (duermo sin camiseta). Me sonrojé.
Me tumbé y le hice una señal para que hiciera lo mismo.
Ella se tumbó frente a mi.Muchas gracias. Por todo.
No hay de qué. Gracias por enseñarme a ¿comunicarme? Nos reímos dentro de nuestras cabezas.
Ron, eres lo mejor que me ha pasado aquí.
Sonreí y le acaricié la cabeza. Ella cerró los ojos ante mi contacto.
Duérmete.
Corrí las cortinas de mi cama para que no nos viesen los demás.
La observé dormir hasta que yo también lo hice.
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La hija de Snape
RandomVuelta al curso escolar. El trío de oro regresa a Hogwarts tras haber redotado a Voldemort. Al llegar a la escuela de magia, algo fuera de lo común romperá todos los esquemas. Severus Snape, el odiado profesor Slytherin de pociones no es como creíam...