Cap.21

2.8K 173 7
                                    

Harry
-Tienes que tranquilizarte -Catherine hiperventilaba intentando controlar las lágrimas mientras Ron intentaba consolarla-, vas a caer enferma como sigas intentando controlarte. Suéltalo todo, tienes que dejar de llorar. Nosotros no vamos a judgarte.

-Ya...ya lo sé...es que...no...no me gusta llorar. No soy débil. -los hombros de mi hermana se sacudían entre hipidos.

-Catherine, mírame. Mírame -Ron se arrodilló enfrente de la silla en la que estaba sentada y la cogió de la barbilla para encontrar su mirada-, llorar no te hace débil. Las personas que demuestran sus sentimientos son los más fuertes de espíritu. Serías débil si no hubieses hablado con tu padre. Serías débil si no te hubieras escapado y te hubieras seguido vendiendo. Serías débil si no afrontases la realidad. Y tú  luchas. Luchas cada día un poquito más. Y enseñas a los demás a luchar, y a ser fuertes. Tú nos enseñas a sobrevivir.

Los miré. Y Merlín...esa imagen era perfecta.
Ella con los ojos vidriosos, las lágrimas resbalándole por las mejillas. Él arrodillado delante de ella, con sus dedos apretándole suavemente la barbilla.
Amor.
Pasión.
Dolor.
Todo en una misma imagen.
Catherine se abrazó a mi mejor amigo de una forma desgarradora. Ron hizo lo propio con ella.
No era un abrazo.
Era como si quisieran fundirse, como si el uno quisiera ser los músculos del otro.
El cabello mojado de Ron salpicaba la alfombra y mojaba los brazos de Cath.
Aparté la vista.
Cuando se separaron, mi hermana se levantó y me miró.
-Tenemos que llamar a Hermione.

-Voy a mandarle una lechuza. -salí de la habitación como alma que lleva el diablo hacia la cocina, a por papel para la carta.
Estaba bajando las escaleras cuando oí a Fred y a George hablando. Me apoyé en la pared para oirles mejor.

-George, cálmate yo no...

-Te conozco, Fred. Tu sí. ¿No te das cuenta de que Ron es feliz? ¿No ves que ella le hace feliz? No voy a dejar que destroces a tu hermano, a nuestro hermano, por una cara bonita.

-La verdad es que el culo es bastante bonito también. -repuso el gemelo, y por su voz supe que se había vestido con una sonrisa pervertida.

-Fred, en serio. -oí los pasos de George hacercándose a la puerta. Decidí entrar en ese momento.

-Hola chicos. ¿Podéis dejarme un papel? Tengo que escribirle a Herms. Es importante. -hice como si no había oído nada de su conversación.

-Segundo cajón a la izquierda del horno. -Fred me señaló el cajón.

-Gracias. -cogí la libreta que había en él e hice aparecer una pluma.

-¿Para que necesitas escribirle a Hermione? -me preguntó George interponiéndose entre su hermano y yo.

-Os lo explicaremos luego -los gemelos abrieron la boca para protestar-. En la cena.

La hija de SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora