"Así que Killjoys, ¿eh?"
"No está mal, ¿verdad?" Sonríe ampliamente el otro, demostrando estar realmente orgulloso de su brillante idea. Lo cual suele suceder a menudo.
"Hombre, es original..." Admite Charlie con una mueca igual de luminosa, encogiéndose de hombros.
Gerard carcajea de forma aireada, casi rozando lo musical. Como siempre. Probablemente, si no hubiese sido por esa sonrisa tan suya y su característico brillo en los ojos, el chico jamás lo hubiera reconocido. Y eso que no hay ser en la tierra que lo conozca mejor. Ha pasado bastante tiempo desde la última vez que se fueron, demasiado para ambos, pero es la primero vez que lo encuentra tan cambiado, tan, ¿cómo decirlo?... colorido. Es un reflejo totalmente distinto al sombrío espectro junto al que luchó durante los Años Oscuros. Jamás lo hubiera imaginado vestido de forma tan rocambolesca, con el pelo teñido de colores y hablando de proyectos que involucran arañas, rayos láser y nombres de lo más pintorescos. En cierto modo se alegra por ello, pero hay que admitir que el mundo se ha vuelto loco.
"Y, ¿cuántos sois?" Pregunta en tono amistoso, prosiguiendo con la improvisada entrevista que se ha iniciado en la azotea.
Gerard echa la vista hacia delante y entrecierra los ojos, intentando concentrarse en la cuenta de sus compañeros con exagerado esfuerzo:
"Por el momento..." Enumera, estirando los dedos de su mano. "Cuatro."
El otro abre los ojos por un instante, echándose a reír al siguiente con un claro tono sarcástico. "Oh, claro, perfecto. Un grupo de rebeldes que no llega a la media docena; eso me inspira mucha confianza."
"Ya veremos quién ríe más cuando lleguemos al millón." Contrarresta el otro, dándole un pequeño codazo a su amigo. Demostrando todas las expectativas que ha apostado al lanzarse de lleno en esta locura.
"Espero seguir vivo para entonces..."
Charlie juguetea con la lata de soda que sostiene entre las manos, escrutando el vasto horizonte; toda Battery City alzada bajo sus pies, alumbrada artificialmente ahora que el sol está empezando a desaparecer en la línea del desierto. Siempre le ha gustado este extraño paisaje lumínico, de ensoñación; es mucho mejor que ver ruinas y campos bombardeados. Sus leves destellos anaranjados, reflejados en las paredes de impoluto cristal, son lo que hacen de la escena algo memorable. Parece que la urbe esté viva, que respira y palpita allá por donde se mira; con sus rascacielos, sus coches en movimiento, sus personas transitando en sus pequeñas vidas. La sangre de neón corriendo a través de venas hechas de asfalto.
Un espectáculo bastante impresionante, sí. Pero no más que una tapadera.
"Esto no se veía cuando esta vieja ciudad era Venom City..." Murmura su compañero, apoyándose sobre las palmas de las manos. Contemplando el mismo paisaje, posiblemente de la misma forma.
Charlie asiente con la cabeza, dando un nuevo sorbo a la lata, ya casi sin burbujas. "Es una pena que bajo todas estas luces siga siendo la misma puta ciudad..."
"Pues sí." Suspira Gerard súbitamente, lleno de frustración. Tal vez con una pizca de añoranza pinchando en el pecho. Aunque por nada del mundo desearía volver en el tiempo hacia los días de su niñez. En realidad no es la ciudad el problema, por ella lucharon hasta perder la última gota de sangre de sus cuerpos. No, no es el sitio sino la mierda que esconde debajo. Las historias que se repiten, las personas que no cambian. Siempre hubo Años Oscuros, siempre los habrá. Sólo cambiarán los nombres. A no ser que alguien intente cambiar las cosas.
"Y yo que creía que todo lo del Desfile Negro era ya agua pasada..." Se queja Charlie de repente, no pudiendo creer lo que está pasando. "Que los Años Oscuros habían acabado por fin... Y ahora, después de todo este tiempo, te plantas sin previo aviso, contándome que hace falta una nueva revolución. Es que no te dan ni un respiro, macho."
ESTÁS LEYENDO
DANGER DAYS: Aftermath
FanfictionCon el fin de los Años Oscuros, la renombrada Battery City ha centrado sus esfuerzos en curar todos los daños que las secuelas de la guerra han dejado a su paso, transformando cientos de vidas hacia una existencia llena de bienestar. O al menos, esa...