"Eres una completa imbécil. Una niñata que juega a ser algo más de lo que es. ¿De verdad creías que por hacer lo que te parecía conveniente ibas a liderar a los Killjoys hacia la victoria? ¿Tú? No eres como él, admítelo. Te engañas una y otra vez, repitiéndote ante el espejo que puedes llegar a valer tanto como él lo hizo...Pero no le llegas ni a la mierda de las botas. Esa mierda vale más que tú. Y, sin embargo, mírate: él está muerto y tú sigues vivita y coleando. ¿No te avergüenzas? ¿No te parece injusto que el destino lo haya querido así, cuando es evidente que la que tenía que estar criando malvas eras tú? La única persona que conoces, la única que podría llegar a ser un verdadero líder, te acaba de escupir a la cara la puta y pura verdad. Pero nada, tú insistes, llevando a cientos de críos, que por alguna razón han decidido creerse tu mentira, hacia sus bolsas funerarias. Tus lágrimas no repararán tu error. No harán que vuelva. Estás prácticamente tan muerta como ellos. Todos vosotros. Condenados. Gracias a ti."
Chem encuentra a Twinkle sentada en el escabroso tejado del refugio. Tiene las rodillas recogidas, rodeadas por sus brazos, sumergiéndose en un abrazo solitario. De su cara tan sólo pueden distinguirse la nariz y los ojos, los cuales contemplan el atardecer con cierto brillo de tristeza. El resto de su rostro está inmerso en ese abrazo de consuelo, oculto, desolado. Puede que avergonzado.
Se acerca con cautela y se sienta a su lado, abrazándose también a sus piernas, mirándola con compasión. Permanece contemplando el horizonte de igual modo, pensativo. Expectante. Bastante nervioso, la verdad. A lo lejos se vislumbra la infinidad de la zona, desértica y silenciosa. Aún se pueden apreciar, si uno tiene buena vista, los antiguos restos del Desfile Negro, de la ya olvidada guerra: socavones, calaveras sin nombre, alambres de espino y otras cosas imposibles de identificar. También se distinguen unas cuantas bolsas de plástico blanco, de esas que BL/ind utiliza para deshacerse de los cadáveres inservibles. Para que sean olvidados.
Es un sitio bastante tétrico, y un tanto deprimente si nos ponemos a pensarlo. Probablemente, todo aquello hubiera sido hace Dios-sabe-cuánto un frondoso bosque de secuoyas -o lo que demonios creciera por esta parte del mundo-. Y, en otro momento, el epicentro de un mundo que se desmoronaba, de una revolución que cambió el rumbo de la Humanidad.
Ahora no es más que un cementerio de arena y polvo.
El silencio en el que los dos se encuentran empieza a resultar un tanto incómodo. Aunque, por lo menos, Twinkle no le ha mordido en la cara cuando se ha sentado a su lado. Eso es buena señal, ¿no? Chem repara en cómo la luz del atardecer dibuja estelas rojizas sobre la tez de la chica. Qué curioso: no parece la misma a la que se ha enfrentado abajo. Es evidente que ambos están empezando a inquietarse por lo raro de la situación. Lo normal sería decir algo para romper el hielo, pero tampoco están seguros de cómo empezar. Así que, en un intento por solucionar las cosas, Chem se aclara la garganta y pregunta:
"¿Preferirías estar sola?"
La chica suspira profundamente, para después levantar la cabeza, negando. Tragando saliva, se seca los ojos con las yemas de los dedos, sin dejar de escrutar el horizonte. Su mente está lejos, muy lejos de aquí.
"¿...Subes aquí a menudo?" No le parecen exactamente palabras de ánimo, pero tampoco resultan violentas. "Bueno, cuando vienes de visita y eso..."
"A veces, si necesito un respiro..." Le responde suavemente. "Para pensar..."
Chem asiente, desviando la mirada. "¿Y en qué piensas ahora?"
Más dedos que secan rastros de lágrimas. "En que todo esto es una puta mierda..." Asegura entre suspiros y risas que tratan de quitar el hierro.
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DANGER DAYS: Aftermath
FanficCon el fin de los Años Oscuros, la renombrada Battery City ha centrado sus esfuerzos en curar todos los daños que las secuelas de la guerra han dejado a su paso, transformando cientos de vidas hacia una existencia llena de bienestar. O al menos, esa...