TOMORROW'S MONEY

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La luz intermitente de varios flashes siendo tirados a la vez quema por completo lo que queda de sus córneas. Suerte que el fogonazo no dura más de dos minutos, porque bastantes manchas negras tiene ya en las retinas como para encima quedarse ciego del todo. Pero, a pesar de ello, no deja de sonreír como buenamente puede, para dar buena impresión.

Al fin y al cabo, en situaciones peores se ha visto.

Y tampoco se le hubiese ocurrido en la vida llegar a donde está ahora mismo situado. A decir verdad, tampoco es que le apetezca mucho en estarlo. Pero como de educación, lo que es educación, sólo tiene lo que aprendió por su propia cuenta, (y lo de andar de guerra en guerra no le hace ni pizca de gracia), pues no hay más opción. Algo tendrá que hacer con su vida ahora que todo ha acabado. 

Cosa a la que tampoco le sería posible acceder si no fuera porque le han nombrado honoirs-no-sé-qué. O algo por el estilo. Supone que por haber acabado con el Desfile Negro y todas esas minucias. Ahora es lo más parecido a una celebridad. Esperemos que dure poco.

Pues él ya ha dicho que nada de tratos especiales, que lo de la fama y el poder nunca fue diseñado para él. Su trabajo ya está hecho, y lo único que quiere es sentarse a descansar durante una larga temporada de tanta bala y tanta estrategia.

Aunque lo echa de menos, en cierta medida.

"¡Muy bien! ¡Pues esto ya está!" Indica sonriente el fotógrafo de la ocasión, levántandose de las escalinatas con cierto temblor de rodillas.

Todos los presentes empiezan a aplaudir con educación, ilusionados por este nuevo proyecto como no lo han estado en años. Se supone que es sinónimo de futuro, de progreso. Industrias Better Living. BLI.

La verdad es que tiene gancho.

Los diligentes pasan a estrecharse las manos mutuamente. Gerard sólo encuentra las fuerzas necesarias para ponerse a parpadear, asegurándose de que los ojos siguen dentro de sus respectivas cuencas.

"¿Preparado para empezar?" Dice una voz a escasos centímetros de él.

Por un momento duda si la pregunta va dirigida a su persona, porque no sería la primera vez que se equivoca. Incluso duda durante un instante sobre lo que ha dicho la chica de ojos rasgados, oscuros, pelo liso, fuerte y opaco, y traje gris que le sonríe directamente, de forma deslumbrante.

"Eso espero" Admite por lo bajo, esperando no hacer el ridículo. Para variar.

La chica abre aún más la sonrisa, una mueca realmente cegadora, radiante. Entonces se da la vuelta del todo, tendiéndole la mano con determinación.

Seguro que va a todos los seminarios de éxito empresarial.

"Me llamo Yashiro. Yashiro Destro" Saluda cordialmente.

"Gerard Way" Corresponde el otro con igual entusiasmo. Bueno, quizá no tanto.

"No hacen falta presentaciones. Sé perfectamente ante quién estoy." Asegura sin borrar su gesto facial, pasando a abrazarse a una carpeta de plástico que sostiene entre los dedos. "Está en todos lados, señor Way."

"Ya bueno. Por poco tiempo, supongo. Espero." Confiesa, de forma un tanto patosa."Y llámame sólo Gerard. Lo de señor me hace sentir viejo...

Pero la chica de ojos rasgados simplemente se ríe con elegancia.

"Perdona, podrías volver a decirme..."

"Destro" Repite amablemente, como si fuese algo normal el que no aprendiesen su nombre a la primera. "Yashiro Destro. Aunque puede que te sea más sencillo llamarme sólo Yashi. O Yah, como prefieras."

DANGER DAYS: AftermathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora