Capítulo 4 — Decisiones importantes
POV Edward
Era la hora del crepúsculo, de un raro día soleado en esta ciudad de tiempo lluvioso, mi cabeza estaba literalmente hirviendo, decidí salir de casa para relajarme un poco, por la mañana había escuchado la opinión de mi familia y desde entonces estaba encerrado en mi habitación con mi cabeza hecha un lío, sin conseguir decidir lo que haría acerca de lo de mi hija.
Salí de casa sin que nadie me viera; para despejar mi cabeza decidí ir caminando; no conocía bien a la ciudad, ya que las pocas veces que había ido a visitar a mi familia, lo había hecho de forma tan rápida que no me sobró tiempo para recorrer la pequeña y pintoresca Forks. Ya llevaba cerca de cuarenta minutos de caminata cuando encontré a un parque enmarcado por el bosque, sí, el parque estaba situado en el medio de una de las entradas para el bosque de la reserva forestal, no había mucha gente en el lugar, así que decidí sentarme en uno de sus bancos y observar a las personas con sus hijos y perros.
Los niños que allí jugaban me hicieron acordarme de mi hija, vi como un padre enseñaba a su hija de aproximadamente cinco años a andar en bici; el padre sostenía la parte trasera de la bici, mientras la niña pedaleaba pidiendo al hombre que la siguiera sosteniendo, él la tranquilizaba y le decía para mirar siempre hacia delante, a su mamá que la esperaba al final del camino. La mujer llamaba a la niña con palabras cariñosas y motivadoras. Este proceso se repitió algunas veces más, padre e hija partían desde el inicio del camino y luego iban de encuentro a la madre, por fin cuando el hombre pareció seguro de que su hija ya podría conseguir llegar sin su ayuda, fingió seguir sosteniendo el sillín de la bici, mientras le repetía a la niña que solamente mirase hacia su madre. En un momento dado, la niña pareció sospechar que su padre la había dejado sola y volvió su mirada hacia atrás, cuando vio que su padre estaba lejos de ella la niña se asustó y terminó por caer al suelo; la pareja corrió de encuentro a su hija, la caída no fue grande, así que la niña estaba bien y reprochaba a su padre por haberla abandonado.
— Me soltaste, papi — decía la pequeña con las mejillas infladas, una mirada llorosa y los brazos cruzados sobre el pecho.
— Cariño, tienes que seguir sola, ya te lo he enseñado y sé que estas listas, lo estabas haciendo de maravilla hasta que miraste hacia atrás y no me viste cerca de ti — le dijo el hombre, en cuclillas delante de su llorosa niña. — Vamos a intentar nuevamente, me quedaré cerca de ti — le prometió —, quiero que mires solamente hacia mamá y sigas pedaleando.
A regañadientes la niña aceptó y volvieron a intentar, por algún tiempo el padre la guió sosteniendo la bici por el sillín, después volvió a dejarla guiar sola, de esta vez la pequeña no se dio cuenta y logró llegar hasta donde la esperaba su madre.
— Felicitaciones, corazón, lo lograste, aprendiste a andar en bici — le halagó la madre. La niña volviéndose hacia atrás vio que su padre estaba a algunos metros lejos de ella.
— Lo hiciste sola — le dijo el hombre todo orgulloso del éxito de su hija —, ahora tienes que volver hacia mí, ya lo sabes, tienes que mirar siempre adelante, no mires a las ruedas, siempre hacia delante, vamos cariño, te estoy esperando — le instó el hombre abriendo sus brazos para recibirla. Y la niña lo hizo con más confianza esta vez, y mirando siempre hacia su padre, en segundos estuvo junto a él.
— Lo conseguí, papi, lo conseguí — decía una y otra vez, dando brincos todavía sobre la pequeña bici rosa, sus coletas en ambos lados de su cabeza rebotaban por sus movimientos.
— Por supuesto que lo conseguiste — le contestó él, tomándola en brazos y abrazándola. La niña sonreía feliz mientras su padre le llenaba las mejillas de besos, la madre llegó hasta ambos con una sonrisa de admiración dibujada en los labios, ella tenía una hermosa familia, sin duda este era el mejor motivo para sonreír.
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Mis preciosidades
FanficElla había adoptado a mi hija por un acaso del destino, lo que no imaginaba era que al ir en busca de mi niña también encontraría el amor verdadero. Ya era padre y de pronto me encontré deseando ser el marido de aquella mujer, y junto con ella y mi...