MARATÓN, PARTE 2.
******: OIGAN, CHICOS.… wow.
Ambos nos separamos rápidamente, al oír la voz de nuestro muy inoportuno amigo irlandés. Allí estaba, sosteniendo el pestillo de la puerta, mirándonos boquiabierto.
Harry: ¡Mierda Niall!- le gritó, lanzándole un almohadón con fuerza a la cabeza; antes de que le diera cerró la puerta.
Tu: Lo voy a matar- aseguré furiosa, empujando molesta a Harry de encima de mí y sentándome en el borde de la cama.
Harry: Es un idiota- dijo en el mismo estado que yo, mientras se paraba y buscaba mi blusa y sus pantalones por el piso- ¡estábamos en la mejor parte!- se quejó.
Sonreí divertida, mirando cómo su ‘’Barry’’ seguía paradito. Siguió la dirección de mis ojos, y al ver lo que yo veía me regaló una sonrisita pícara- esto lo provocaste vos, no te rías.
Tu: Si, bueno, es lo que tengo..- bromeé, tomando mi blusa de su mano.
Harry: ¿Ves? Ya se te sube el ego- me guiñó un ojo, poniéndose los pantalones.
Tu: Aprendo de vos Styles- me dirigí hasta su baño, a mejorar un poco mi aspecto y el seguramente nido que tenía en la cabeza, en lugar de pelo. Me lavé la cara, quitándome el maquillaje –ahora hecho mierda- y volví nuevamente a la habitación, la cual estaba vacía.
¿Y Harry?
Sin saber dónde se había metido mi lindo y sexy hermanastro, fui a la habitación de al lado –mi habitación- y me cambié por algo más cómodo:
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Al salir, me encontré con Harry, que salía del baño –el que está en el pasillo-. Al verme, se sonrojó un poco.
¿Harry sonrojado? Aleluya.
Tu: ¿Qué pasa?- pregunté divertida, al ver el rubor en sus mejillas. Rápidamente, adoptó la típica expresión ‘nada ¿qué dices?’.
Harry: A mi nada ¿a ti?- ¿intenta cambiar de tema? Ja.
Tu: Yo estoy perfecta. ¿Qué hacías que te pusiste colorado?- eso hizo que se pusiera más rojo aún. ¡DIOS! Amo esto. Entiéndanme, no todos los días tengo la oportunidad de molestar a Harry así, ni de avergonzarlo. Necesito vengarme… además, se ve adorable así.
Harry: Yo.. eh.. ¿nada?- respondió dudoso.
Me acerqué lentamente a él, y, acortando la distancia que separaba a mi boca de la suya, deposité un casto beso en sus labios; en seguida sentí como los suyos pedían más, pero me aparté –solo unos pocos centímetros, aún seguíamos cerca-.
Tu: ¿No me vas a decir?- pregunté con voz seductora, mordiéndome el labio a propósito. Sus ojos se clavaron en mi boca, y tragó saliva.
Harry: Te digo si me das un beso- ofreció, sin apartar su vista.
Tu: Hecho- sonreí encantada, mientras acortaba nuevamente los pocos centímetros que quedaban, hasta unir nuestras bocas.
Esta vez no me alejé, y me permití disfrutar del beso. Sin previo aviso, sentí las manos de Harry recorrer mi espalda hasta situarse en mi trasero; le concedí algunos segundos más antes de acabarlo. Mi turno.
Tu: Listo, te toca- exigí, tomando su mano y avanzando hacia el final del pasillo- pero vamos yendo que se van a preguntar dónde estamos.
Harry: Nada, estaba en el baño.- lo observé, y tenía su característica sonrisita pícara dibujada en el rostro. Lo golpeé en el hombro- ¿qué?
