MARATÓN, PARTE 1/3.
Harry: No, bueno, sí… O sea, no, nada.
Alcé una ceja, mirándolo de reojo.
Tu: ¿Sí o no?
Harry: Nada importante- me aseguró, volviendo su vista al frente. Pero así no convence ni a su abuela.
Tu: ¿Pasó algo con Gemma?- pregunté, directa. A esa piba no le caigo, hay que admitirlo. Y si Harry no quiere decirme es porque algo sobre mi es… ¿verdad?
Harry: -se enderezó automáticamente- ¿eh? ¿Por qué lo decís?
Tu: Y no sé, como que muy bien no le caigo a tu hermana, Harry…- le hice ver, por si no se había dado cuenta aún. Ya saben, los hombres son algo lentos…
Harry: No seas boluda, le encantás. Y si no es así, no importa. Yo te quiero por ella- murmuró, acercando su rostro a mi cuello. Alto ahí. Todo muy tierno, pero está evadiendo la cuestión inicial. Odio que me hagan eso. Porque yo me distraigo y no me doy cuenta de que me están cambiando de tema, pero en realidad si lo hacen, y cuando lo noto ya es tarde. Entonces no, amore.
Tu: Alto, alto, alto…-lo paré, provocando su risa en mi cuello.- No me respondiste lo que quiero saber. ¿Pasó algo que tengas que decirme?- pregunté nuevamente. Al estar abrazados, noté como su cuerpo se tensaba ante mi pregunta. Y en seguida, se relajaron. ¿O es mi mente demente que imagina cosas?
Harry: Nada, boba. No pasó nada- me tranquilizó, depositando un tierno beso en mi coronilla-. Ahora, ¿vemos la película, porfa?
Tu: -rodeé los ojos, rendida- ok. Pero si luego no puedo dormir, te juro que te despierto Styles- le advertí, hablando totalmente en serio. No me iba a bancar mi insomnio yo sola, eh. Que se haga responsable el señorito.
Riendo, me apretó aún más fuerte con sus brazos y, dando finalizada la conversación, dirigimos nuestra atención a la estúpida película.
-A la mañana siguiente-
Cause I don't wanna lose you now, I'm lookin' right at the other half of me, the biggest scene is set in my heart, there's a space, but now you're home…
Abrí los ojos pesadamente, al sentir mi celular sonanando en mi mesita de luz. Es estúpido, no soy capaz de despertarme ni con un camión, pero claro, cuando me suena el puto celular sí. Injusto, ¿no?
Mientras Justin Timberlake seguía cantando Mirrors a un volumen para nada amable, me salí del agarre de Harry –quién dormía tiernamente a mi lado, rodeándome fuertemente con sus brazos- y estiré mi mano hasta el celular.
-INICIO VÍA TELEFÓNICA-
Tu: ¿Hola?- dije aún dormida al teléfono. Olvidé mirar quién me estaba llamando. Aunque, por la canción, eran o Nátali o Florencia, mi amiga de ______(tu país). Y como es menos probable que me esté llamando ésta última, definitivamente es Nátali.
Nátali: Hola- saludó alegre, desde el otro lado de la línea.
Tu: Nátali, ¿qué hora es?- exigí saber, mientras me levantaba y salía sigilosamente de mi habitación.
Nátali: Las nueve y media- me informó, tan natural, una vez que llegué al pasillo.
Tu: ¿¡Las nueve y media de la mañana!?
Nátali: No, de la noche- respondió, graciosa-. Si boba, de la mañana.
Tu: -resoplé, molesta-. Más vale que tengas un buen motivo para llamarme a estas horas, porque te voy a asesinar- le advertí, seria. Odio que me despierten. ¿Y a las nueve de la mañana? Se fumó algo.