*****: ¿_______?
Suspiré, aliviada y al mismo tiempo frustrada, al oír esa voz conocida. Bien, al menos no me estaban robando. ¿Pero qué mierda quería?
Sin preocuparme por mi seguramente desastroso aspecto, avancé los pasos que separaban mi cama de la puerta y la abrí, impaciente.
Allí, frente a mí, estaba Gemma.
Tu: ¿Qué querés?- pregunté, sin muchas intenciones de ser educada. La verdad, cero ganas de hablar con la hermana del tipo que me rompió el corazón. Perdón, pero si antes no me la bancaba, ahora mucho menos.
Gemma: Hablar contigo- se limitó a decir, cruzándose de brazos, con el ceño fruncido. Alcé una ceja, sin moverme de donde estaba.
Tu: No es el mejor momento ahora, ¿sabés? Mejor vení otro día- y sin más, le cerré la puerta en la cara.
Ignorando su estúpida presencia del otro lado de la puerta, comencé a caminar de regreso a mi cama.
Antes de que llegara hasta ella, escuché algo que me hizo detenerme de pronto.
“Vos y Harry están juntos. Ya lo sé.”
Tu: ¿Quién te dijo eso?-pregunté, sin la fuerza mental como para negarlo. No hoy, después de que me rompieran el corazón. Además, obviamente ya no lo estábamos más, así qué ¿para qué mentir?
Gemma: Abríme, y hablemos de esto- negoció. Pensé en ignorar su oferta, pero simplemente no podía.
Me dirigí nuevamente hacia la puerta, le quité el seguro y la abrí. Sin esperar a que la hermana de Harry entrara, fui hasta mi cama y me senté, viendo como cerraba y se quedaba parada, a unos pasos de mí.
Tu: ¿Quién te dijo eso?- volví a repetir, sin ninguna emoción en mi voz.
Gemma: Nadie. Lo descubrí yo sola- se encogió de hombros, aún con los brazos cruzados contra su pecho.
Tu: Bueno, ¿y qué vas a hacer? ¿Decirle a todos?- pregunté, para luego soltar una risa vacía, fría, sin rastro de diversión alguna. –Ni siquiera estamos juntos ahora, así que no me importará, te lo aseguro.
Intenté hablarlo con toda la naturalidad que pude, pero hasta yo sentí cómo mi voz se quebraba al final.
Gemma: ¿Sabes? No sé cuál es la idea loca que tienes sobre mí, pero nunca traicionaría a mi hermano. Y, aunque odie la idea de que se haya enamorado de ti, supongo que no puedo hacer nada, ¿o no?
Mantuve mis ojos fijos en los suyos, desafiándola al igual que ella lo hacía. No estábamos yendo a ninguna parte con esta conversación, pero sabía que ella tenía una intención; por algo había venido hasta acá, ¿no?
Tu: ¿Qué querés, Gemma?
Gemma: Quiero que dejes de odiar a mi hermano por algo que no hizo- me soltó, descruzando sus brazos y adoptando una mirada ¿menos frívola, quizás?
Reí amargamente, incapaz de creer que me estuviera diciendo eso. ¿Es joda? ¿Me estaban filmando para algún tipo de reality choto de MTV o qué?
Gemma: Hablo en serio- interrumpió mi risa, cortante.
Tu: No parece- me limité a decir, con veneno en la voz.
Gemma: Mirá, ______, sé que lo que viste es tot…
Tu: Pará- dije, callándola. –Pará, Gemma, porque no me interesa tu mierda. ¿A qué viniste? ¿A defender al idiota de tu hermano? ¿A excusarlo? Entonces andate porque no me interesa lo que tengas para decirme.