MARATÓN, PARTE 2/3.
Harry: Dejá de mirarme así, me estás asustando.
Parpadeé, volviendo a la realidad. Me había quedado colgada, pensando en esa hermosa canción. Sonreí, acercándome a él.
Tu: Lo siento.
Harry: Descuida- depositó sus manos en mis caderas, y balanceándome en el aire, me sentó sobre sus piernas-. ¿Y? ¿Te gustó?
Tu: Me encantó- le dije sincera-. ¿Quién la escribió?
Harry: Bueno…- sus mejillas adquirieron apenas un poco de rubor. No, esperen. ¿Harry Styles sonrojado? ¡No! Debe de ser una joda.
Tu: ¿Qué? Decime- insistí, entre curiosa y sorprendida. Entiendan, ver a Harry nervioso o avergonzado no es algo que suceda todos los días.
Harry: -suspiró- en realidad esta canción la escribí yo. Niall me ayudó con la melodía… La hice pensando en ti. No será incluida en el álbum, pero estoy tratando de convencer a los productores para ponerla en la versión extendida.
Tu: ¿De verdad?- mierda. Eso fue estúpido. Una pregunta desubicada. Arreglémoslo.
Acerqué mis labios a los suyos, apenas rozándolos, y me eché hacia atrás. Me dejé vagar por esos increíbles ojos verdes, con una mezcla de grises y celestes, antes de que sus labios fueran en busca de los míos, esta vez.
Nuestras lenguas no tardaron en unirse en una de las usuales batallas a las que se veían sometidas diariamente. No es como si uno de los dos quisiera ser controlado. Nuestros besos eran así. Aunque, debo admitir que me gustaba la forma en la que su boca se mostraba posesiva contra la mía. Era sexy.
Dejé que su lengua explorara mi cavidad bucal a fondo, chocando la mía con la suya cuando ésta venía a su encuentro. Sus dientes tironearon de mi labio inferior, y volvió a repetir el gesto varias veces más, a sabiendas de que amo cuando hace eso. Amo sus besos en general. Son adictivos, creo que nunca me cansaré de ellos…
*****: ¿Hay alguien en casa?- ambos nos separamos rápidamente, sobresaltados, al escuchar una voz femenina a poca distancia.
Me senté a su lado, un segundo antes de que Gemma entrara por la puerta del living, indiferente a lo que estaba pasando allí segundos atrás. Sentí como mi corazón latía desquiciado, y no necesitaba ser adivina para darme cuenta de que el de Harry igual. Estuvo cerca.
Harry: Hola, Gem- saludó, de lo más natural. Que buen actor resultó el nene, eh.
Gemma: Hola Hazz, hola _____(tu nombre)- me dedicó una sonrisa amplía, aunque demasiado feliz. Ya saben, cuando la limosna es grande, hasta el santo desconfía.
Tu: Hola- respondí a su vez, sin intención de profundizar más. Todavía me estaba recuperando del beso de Harry. Porque, además de ser adictivos, me dejan nerviosa. Más de lo normal cuando de su presencia se trata.
Gemma: Chicos, tengo que ir a la prueba del vestido. Ya saben, el casamiento de papá…- rodeó los ojos, quitándole importancia-. Estoy llegando tarde, no me esperen para almorzar. ¡Adiós!- y dicho eso, salió nuevamente por donde vino, supongo yo que en dirección hacia la puerta. Suspiré, ya calmada.
Tu: Algún día tu hermana me va a provocar un infarto- dije, algo malhumorada, recordando cuando, el día de Navidad, había aparecido de pronto en la cocina y casi nos descubre.
Harry: -sonrió- Gemma es así- le quitó importancia, adquiriendo una mirada pensativa-. Todavía no tengo idea de qué me voy a poner para la boda de mi padre y Vicky.