MARATÓN, PARTE 2.
Abrí los ojos sobresaltada, mientras mi mano cubría rápidamente mi boca.
Corrí rápidamente al baño, y apenes me arrodillé frente al wáter, mi cuerpo comenzó a producir arcadas horrendas, hasta que finalmente expulsé todo lo que había comido en la noche. Una vez que sentí mi estómago vacío, permanecí en la misma posición, jadeando, mientras me recuperaba. Ya no tenía nada más para expulsar, pero mi cuerpo aún sufría espasmos, y podía sentir cómo un frío sudor se apoderaba de mí.
No sé cuánto estuve así, pero debió de ser mucho tiempo, porque me venció el sueño, y caí dormida en los brazos de morfeo, sobre el frío piso de azulejos.
(A la mañana siguiente)
La luz del sol que se colaba por la ventana me despertó, y tardé, desperezándome, unos cuantos segundos en entender dónde estaba.
Mierda, me había quedado dormida en el baño.
Incorporándome, tiré la cirsterna del wáter, cosa que el sueño me impidió hacer por la noche, y me dispuse a lavarme la cara y los dientes. Necesitaba urgentemente quitarme ese sabor amargo y desagradable de mi boca, producto del vómito.
A todo esto, dudas comenzaban a formarse en mi cabeza. ¿Por qué mierda vomité? No es como si hubiera comido algo en mal estado... Los espaguetis parecían estar bien. Quizás estaba enferma, y por eso me había desmayado ayer. Quizás.
Me prometí a mi misma ir al médico si volvía a pasarme; lo mejor ahora sería darme una ducha y sacar de mi cuerpo el sudor que me había provocado las náuseas. En serio, estaba hecha un asco.
Luego de darme un largo baño, me envolví en una toalla y volví a mi habitación, al tiempo que mi celular comenzaba a sonar.
Me apuré a alcanzarlo, y leí "Mamá" en la pantalla. Atendí.
-INICIO VÍA TELEFÓNICA-
Tu: ¿Hola?- respondí, dudosa.
Tm: Hija, hola. ¿Cómo estás?
Tu: Bien, ¿y vos?
Tm: Todo bien, gracias. Te llamaba para preguntarte si querías venir hoy a mi oficina.
Tu: Am, ¿para?
Tm: Bueno... Creo que tienes que conseguirte un vestido aún, ¿o me equivoco?
Tu: Es verdad... ¿Quieres que lo consiga en tu taller?- como sabrán, mamá era diseñadora de modas. Supongo que era beneficioso después de todo.
Tm: ¡Claro! ¿Por qué no?- parecía entusiasmada y todo. Bien, conseguiría un vestido gratis y lindo; ¿por qué no se me había ocurrido antes?
Tu: Está bien, iré en ¿media hora?
Tm: Claro. Ya sabes dónde es, ¿verdad?
Tu: Sí, claro. Nos vemos en un rato- y corté.
-FINAL VÍA TELEFÓNICA-
Bien, estaba emocionada. Conseguiría un lindo vestido, ¿a qué chica no le emociona eso?
Busqué en mi walk in closet algo para ponerme, y finalmente encontré esto:
Me vestí, maquillé y sequé el pelo; una vez que estuve lista tomé mi bolso y llamé un taxi, que por suerte no tardó en llegar. Bueno, tardó lo indispensable, teniendo en cuenta que estabamos en la primera semana de Enero, y Londres aún estaba algo movidíto; más de lo normal.
Veinte minutos más tarde, me encontraba en el estudio de mi madre, viendo vestidos, y intentando pensar qué quedaría mejor en mí.
Bien, admitámoslo, amaba eso. Ya me conocen.