Un Nuevo y Raro mundo. Parte 2

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En alguna parte del Mar Caribe.

Una bahía con arenas blancas como la sal se llena con el estruendo de las aguas agitadas rompiendo con fuerza contra rocas del tamaño de hombres que cubren la majestuosa conexión entre la tierra y el mar, sin aves sobrevolando los cielos ni árboles cerca del lugar la única alma en ese sitio era la del hombre que caminaba por la costa con un arco en su espalda y una capucha del color de las hojas en verano sobre su cabeza, este se acerca sin temor a las feroces olas que empiezan a mojar sus negras botas de cuero hasta posarse de un salto sobre una de las rocas que marcaban el final de la bahía y el comienzo del mar.

- ¿Así que este es el lugar? – piensa a la vez que busca en su capucha un trozo de papel doblado varias veces que abre y empieza a leer – "Ven a nuestro refugio y haz lo que ningún otro hombre haría para saber si estás en el lugar correcto" ¿Qué se supone que signifique eso? – se pregunta a sí mismo mientras guarda la carta a la par que se sienta sobre una roca esperando a que su cliente aparezca por algún lado.

En el Taller de Norte

Un balde de agua le cae en la cara a Green Cloak despertándolo bruscamente de la "siesta" que le hicieron tomar los guardianes, o más específicamente el del invierno cuyo rostro enfurecido es el primero que ve al abrir sus ojos, intenta moverse, pero nota que tiene sus manos atadas a la espalda y las piernas congeladas a una silla para asegurarse de que no se escapara.

- ¿No crees que el hielo es un poco excesivo? – pregunta tranquilo como si estuviera en una reunión de viejos amigos, todo lo contrario a lo que era la situación actual.

- Agradécele a ellos que no te deje pegado a ese árbol – contesta Jack con una mirada más peor que la feroz tormenta que había a las afueras del taller.

En lo que el arquero desvía la mirada de su opresor nota que Santa Claus y el Conejo de Pascua se encontraban detrás de él, aprovechando la ocasión le da un vistazo al enorme taller de juguetes alcanzando a ver varios Yetis fabricando soldados de plomo, pelotas de todo tipo y sombreros de Robin Hood de fieltro al lado de algunos arcos de plástico, esto último hizo que se le escapara una pequeña carcajada.

- Veo que están bastante ocupados por aquí ¿Dónde están el muñeco de arena y la chica colibrí? No alcanzo a verlos.

- No... – afinca su cayado debajo del mentón del encapuchado – vuelvas, a referirte a ella, de ninguna forma ¿entendiste? – ordena en tono amenazante.

- Como quieras – responde calmado en lo que el peliblanco se aleja un poco de él – solo tenía curiosidad.

- Nosotros también – comenta el Pooka arrastrando una silla para colocarla frente al prisionero y sentarse con el respaldo hacia adelante – de hecho, tenemos mucha curiosidad por saber ¿Quién te contrató para eliminar al mocoso? – pregunta serio – créeme sé que la lista de los que quieren deshacerse de él no es corta.

- ¿Y estás en esa lista? – pregunta con malicia.

- ¿Tú que crees?

Green suelta una pequeña risa a la que su captor, quien en ese momento observa de lejos, reacciona de manera bastante brusca lanzando un rayo helado que lo derriba hiriéndolo un poco.

- ¡Jack! – exclama Norte tratando de detener a su compañero que se encontraba corriendo hacia su objetivo.

- ¡¿Acaso crees que todo esto es una broma?! – lo cuestiona lleno de ira mientras sujeta con fuerza el abrigo quitándole la capucha color pasto en el proceso.

- Solo si me hace reír – contesta sonriente con parte del labio inferior rasgado por el ataque.

El peliblanco está a punto de lanzarle un golpe para noquearlo de nuevo cuando Norte le sujeta el puño con fuerza para detenerlo.

El Origen de los Guardianes: El Mundo de los EspíritusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora