El Origen de los Guardianes: El Mundo de los Espíritus

Un Día Para Celebrar, Así Como Para Llorar

Notas Iniciales: Feliz Navidad y próspero año nuevo, enserio no saben el milagro que es el que pueda actualizar 2 de las historias a las que más les he dedicado tiempo con todo lo que atareado que he estado estos días, espero disfruten este capítulo que tendrá altos y bajos en cuanto a emociones, o por lo menos esa era la idea, nos leemos.

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[A PARTIR DEL SEGUNDO 27]

Congelados al enterarse de que quien los estaba cazando era el peor de todos los mercenarios cuando se trataba de localizar y destruir a su presa empezaron a considerar la idea de marcharse como su compañero les había dicho, salvo por uno de ellos que no pensaba abandonar su hogar bajo ninguna circunstancia.

- No me importa si es el mismo Señor del Fuego el que viene a cazarme, no dejare que destruya este lugar y a sus habitantes, no sobrevivirán a todas esas explosiones.

- Ni siquiera sobrevivirán a la primera – añade serio librándose de Claus – de hecho, tenemos suerte de que no le hayan pagado lo suficiente.

- ¿De qué estás hablando? – pregunta Jack.

- Es el caza-recompensas más costoso que existe, entre más oro le den más de su poder usará – observa a su atacante sobrevolar la zona muy cerca de ellos, pero aún sin detectarlos – dicen que por el precio correcto haría volar la tierra en pedazos.

- Wow – baja sus orejas asustado al escuchar esa declaración, pero lo disimula elevándolas rápidamente – *aclara la garganta* seguro son puras exageraciones, pero por si acaso mejor hay que reagruparnos – patea el suelo un par de veces para crear un túnel al lado de él.

- No pienso abandonar mi hogar y a mi gente.

- Oye, entiendo perfectamente lo que sientes, ser el último de su especie te hace aferrarte a todo lo que te representa, tu hogar, tus cosas, apuesto a que incluso tus escamas son muy valiosas para ti.

- Y para varias otras personas también – comenta en voz baja admirando la que le quitó, aunque la esconde rápidamente en cuanto Alba voltea a verlo de reojo.

- *suspiro* es muy difícil dejar ir lo poco que queda de tu especie – continúa, tratando de hacer entender a la reptil – pero es mejor que se pierda un poco de ella a que toda desaparezca de golpe.

La criatura reflexiona sobre lo que el Pooka le decía, no pensaba irse tan fácilmente, pero había visto por sí misma el poder de ese... monstruo, sabía que no tenía oportunidad contra él.

- Bueno, no sé ustedes, pero no pienso quedarme aquí a ser eliminado – se dirige al túnel de Conejo, pero su compañero lo detiene.

- Oye, creí que querías ayudarla, redimirte del terrible error que cometiste.

- Redimirse no es dejarte eliminar por un maniático para que alguien pueda desaparecer en su hogar.

- Escucha – calma a la reina de los Fireworm que se había molestado con Green por su comentario – no podemos obligarte a abandonar tu hogar, si quieres desaparecer aquí junto con la esperanza de tu especie adelante, pero sería una pena para el mundo jamás volver a ver a alguien como tú – se marcha saltando hacía su agujero.

- Alfin, hasta la vista linda, volveré pronto a ver si sobrevives, o si queda algo de ti que pueda vender.

Mientras ambos sujetos se preparan para marcharse un par de ojos que yacía examinando desde lejos la abertura en la tierra a través del frondoso bosque noto también a algunas de sus presas acercarse, esperando hasta el último segundo por si alguna otra aparecía prepara un veloz proyectil explosivo que en lo que ve al Conejo saltar para marcharse dispara justo en el túnel para atraparlo, atravesando el aire en menos de un parpadeo llega a su destino provocando una poderosa explosión que destruye la vía de escape que de no ser por el agudo oído de su creador se hubiera convertido en la tumba del mismo, sin embargo, este no salió ileso, al interrumpir su salto a la mitad de este quedando a escasos centímetros del estallido al aterrizar con fuerza quedando con ambas patas calcinadas, un precio bajo considerando lo que pudo haber sido el fin de su especie.