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La verdad, no me sentía extraña con su presencia en donde antes era nuestra casa, aún no sabía por qué me había llevado ahí, tal vez ¿para matarme? No tenía de que preocuparme por eso después de todo lo sucedido.

Ya no tenía nada que dar, por eso ya no sentía aquel terror cuando veía que el se acercaba a mí, lentamente con tu cuchillo afilado.....

Pero.... Me venía a mi conclusión qué tal vez, se sentía solo. Y quería algo de compañía después de todo, soy tu hermana menor.

Ya era costumbre que salierais a matar personas, con esa mente fría que acostumbra ver.

Cada vez me aburría más en "nuestra casa" leía, y limpiaba pero eso no era suficiente.

Cuando regresaba de su cacería no sentía su presencia, de echo solo llegaba a dormir, muy cansado.... Aveces, me atrevía a decir que se veía tierno sin su máscara, con su pelo rubio cubriéndole la cara, me gustaba verlo dormir.

El sabía que me aburría estado sola, así que un día, dio un golpe en la puerta de mi habitación y se marchó.

Lo que había dejado era una caja llena de libros y películas. ¿hummmm? —Supongo que debo agradecerte Michael Myers— pensé.

Terminado de leer casi todos los libros me dispuse a bajar a la cocina para hacerle una sorpresa a mi despiadado asesino, y bueno, salí a comprar todo lo necesario para una deliciosa cena, y también a ponerme algo de ropa nueva.

El había regresado manchado de sangre, como de costumbre, dejo su cuchillo a un lado de las escaleras y se dispuso a ir a la cocina tal vez por el olor de la comida? O por mi?.

— Hola Michael—  sonreí al hombre enmascarado —te quería dar las gracias por los libros, y las películas, la verdad es que me gustaron mucho, así que— sonreí bajando un poco la mirada— ¿no quieres cenar?

Yo, no esperaba una palabra de el, pero sus acciones me dijeron que si quería cenar, y sus ojos me miraban con una respuesta.

El se sentó en la mesa adornada con rosas y velas, podría decir que parecía una cena romántica, de esas que se ven en las películas.

Se levantó un poco su máscara para comer, y mirarme, pero no me miraba con maldad o desprecio si no con un gesto de agradecimiento.

Terminado de cenar, me limpie la boca y recogí los platos, Michael ya se había ido a su habitación, y yo aproveche a limpiar.

Subí a mi habitación, me puse mi pijama y suspiré, estaba feliz por la cena y extrañamente sentía algo en mi estómago, me acosté en mi cama cerrando mis ojos lentamente.

Estos no fueron del todo cerrados por qué sentí unos fuertes brazos en mi cintura, sabía que era el.... Así que solo le tome de la mano y me dormí, con mi corazón acelerado.

Mi Amado Asesino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora