Mi Amado Asesino

9...

Al ver a Michael preocupado, por el extraño sujeto que había visto, yo me preocupé aún más, por qué era extraño que a michael lo asusten o lo sorprendan de esa manera, no cualquier cosa producía esa sensación y menos alguien como ese extraño, no sabía en qué iba a terminar esto, definitivamente tenía miedo, y no un miedo como el de meses atrás, si no, un miedo aún más grande....

Estaba sentada en el sofá de la sala, viendo aún el inmenso lago y exactamente el lugar donde había visto a aquel extraño.

Ya estaba por el atardecer el día y mis preguntas no paraban, mire a michael salir de nuestra habitación más serio que nunca, con su cuchillo afilado en la mano derecha y su máscara en la mano izquierda.

Me miro preocupado, molesto, ¿que había pasado? ¿Por que de repente todo estaba pasando así? me dio un beso en la frente.

— ya regreso Laurie— camino a paso tranquilo hacia la puerta, sujetaba su cuchillo muy fuerte, parecía estar más enojado que antes.

—¿a donde vas?— pause abrazado mis rodillas—¿irás con el?— señalé el bosque.

—si— pausó—iré con el— me estremecí al ver su mirada fría.

—Michael, no te puedo prohibir nada— me levante del sillón—pero antes de que cometas una tontería— tome sus mejillas y me pegue a su frente, mirándolo fijamente— por favor, regresa—

— lo prometo—

Y dicho esto se fue al bosque ya oscuro, con su máscara puesta, me sentía incómoda no quería que le pasara nada, así que me puse mis botas y un abrigo marrón, con toda la valentía que había reunido en ese momento salí de la protección de la cabaña, metiéndome al profundo bosque oscuro.

Daba mucho miedo caminar por ese rumbo tan misterioso y lúgubre hasta que por fin los encontré, mis presentimientos estaban en lo cierto, Michael estaba arriba del tipo sujetándolo con una cadena, con su pecho ensangrentado y con varias heridas en su cuerpo. El otro sujeto estaba con su cuello más herido por la cadena que lo rodeaba, y con varias cuchilladas por su pecho y espalda. La sangre había salpicado los árboles.

Estaba temblando, mi corazón no tardó en palpitar fuerte atrapado en mi pecho.

Al escuchar al tipo casi muerto hablar me estremecí, pequeños escalofríos bajaron a mis piernas, su voz era fría, grave y con respiraciones roncas.

—Querido Mike— tomó la cadena entre sus dedos— ¿cómo estás? este reencuentro es adorable— solo reía el sujeto con la máscara de jockey, en un modo burlón y sarcástico.

—cierra tu maldita boca Jason—lo tomaba más fuerte de la cadena, haciendo sacar más sangre de su cuello.

¿Jason? ¿Ese era su nombre? el asesino del lago Crystal Lake ya sabía quien era, solo calle y me dispuse a escuchar.

—vamos Mike, suéltame no querrás matar a tu mejor amigo— su voz era un susurro, lleno de frialdad.

Michael lo miro con desprecio pero por alguna razón, había parado, y lo había soltado de la cadena me escondí, mi respiración se volvió aún más pesada.

—veo que ese cuchillo que te regale, aún tiene su magia Mikey—

—¿que quieres Jason?—

—solo una cosa— pauso, poniendo su dedo en el pecho de Michael— dime por qué estás teniendo sexo con esa chica ¿no era tu presa?—

—eso no te importa—miró hacia otro lado.

—ya no eres el mismo de antes Mikey, me decepcionas, ¿por qué no me asesinaste cuando tuviste la oportunidad?—

—por que aún— su cuchillo apuntó a su pecho— no quiero borrar el pasado con mi mejor amigo.

¿Cual pasado? Me preguntaba confundida.