Luna de miel peculiar

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Narrado por Sesshomaru:

Sol, mar, arena y una bella jovencita de sonrisa imborrable bailando en traje de baño.

-¡Anda, no seas aburrido!- Me arrebata el libro de las manos y lo arroja en su reposera para tomar mi mano, obligándome a ponerme de pie. -¡Muy bien!-Exclama alegre mientras toma mis manos y comienza a bailar, guiándome.

-Todos nos están mirando.-Le dije avergonzado.

-Eso es por que somos geniales.-Me guiña un ojo y sonreí divertido.

La música estaba alta y es por eso, que en cuestión de segundos se nos unieron un par de parejas más. Todos bailaban alegres a nuestro alrededor, y yo, sólo miraba sonriente a Rin, era increíble como su alegría contagia a cualquiera.

Más tarde, fuimos de compras y termine cargando demasiadas bolsas.Rin había traído una tarjeta sin límites, por ende se compró prácticamente todo. Me había comprado trajes, pese a que me negué mil veces en el camino.

-¡Todos los trajes te quedan hermosos!-Exclama emocionada.-Tan apuesto mi esposo.

Metí en el baúl del auto las bolsas de Gucci y suspire.-¿No crees que es demasiado?

-El kobun debe verse impecable, cariño. Y yo te haré brillar de glamour.

Nos subimos al auto y comencé a conducir, Rin estaba contenta a mi lado. Se giraba a verme cada corto plazo de tiempo. Fue entonces cuando de un momento a otro su sonrisa se borró.

-¡Sesshomaru, cubre tus ojos!-Chilla molesta.

Pare el auto en el semáforo en rojo y la mire incrédulo.-¿Qué pasó?

-¡Hazme caso!

Resulta, que se encontraban cruzando la calle dos mujeres, de curvas pronunciadas y bikini. Rodé mis ojos, aún así me cubro.- Tu eres mucho las linda que ellas, ¿sabes? Es patético que me hagas hacer esto.

- No me importa.- Hace un puchero.- Ademas, yo sé que mi cuerpo no es como el de ellas. -Dice bajando la mirada.

-Tu cuerpo será mejor que el de ellas.- Pose mi mano en su rodilla y acaricie su pierna suavemente.-A mi me gusta tu cuerpo, todo de ti me gusta.

-Solo lo dices por que de lo contrario mi padre cortará tu cabeza.- Esquiva mi mirada.

-Rin...

- No quiero hablar ahora.

Guarde silencio todo el camino. Debido a mi edad, era entendible que Rin quisiera verse más "mujer" por así llamarle. Pero, eso sólo era un torpe complejo, que mucho sentido no tenía. Ella tenía quince años, su cuerpo no era como el de una mujer aún, pero eso no la hacia menos. De hecho, es la niña más linda que he visto jamás. Esa sonrisa, sus labios rosados y aquellos ojos chocolate, ¿que hice para merecer a una pequeña Ángel? Me gusta, si, por más enfermizo que sonase, Rin me gusta. Tal vez no puedo verla como mi esposa aún, pero todo de ella me parece perfecto. Desde la punta de su nariz, hasta sus pequeños pies. Adorable y encantadora.

En cuanto llegamos al hotel, me baje a abrirle, pero ella seguía en ese estado que no sabría definir. En el ascensor guardó silencio y no lo soporte más. Estaba acostumbrado a que siempre hablará, me sonriera y verla en este estado, me tenia agobiado.

En cuanto las puertas se cerraron, me gire hacia ella y tome con una de mis manos su rostro para besarla. Se vio sorprendida, más luego me siguió el beso. Su espalda quedo pegada al espejo del ascensor, solté las bolsas que traía en mi otra mano y la pegue más a mi. Abrazo mi cuello, podía sentir los latidos de su corazón contra mi pecho.

- No vuelvas a ponerte así, tu eres la niña más hermosa de mi mundo.-Le dije pegando mi frente contra la suya.

-¿De verdad?-Me mira directo a los ojos y sonreí levemente.

-Si, pequeña.-Bese su frente y nos separamos un poco, ella se aferró a mi brazo y cerró un momento sus ojos al apoyar su cabeza contra este.

-Eres el mejor esposo del mundo...

En esos cuatro días, habíamos recorrido varios lugares, desde el restaurante más caro, a un enorme parque de diversiones, vomite un poco al bajar de la montaña rusa y fue el momento más horrible para mi. Sin embargo, Rin se veía muy feliz. Nos tomamos muchas fotos, y ella me tomo una cuando vomite al bajar de la montaña rusa. Asqueroso.

Narrado por Rin:

-Nuestro vuelo saldrá pronto.-Me aviso Sesshomaru y asenti.

-Bien, iré al baño un momento.-Le dije.

-Apresurate.

- No tardo, será un segundo.

Al entrar al baño del aeropuerto, habían dos mujeres allí. A penas abrí la puerta, ambas me miraron.

-¿Tú eres la hija de ese apuesto albino?-Pregunta una de ellas y frene mi paso.

-¿Disculpa?-Sonreí falsamente.

-¿Podrías darnos su número? Tu papi es todo un galán.- Hablo la otra.

-Lo siento, pero mi esposo jamás se fijará en mujeres como ustedes, no son su tipo.- Fue lo último que les dije antes de entrar a un cubículo.

-¿Es en serio?-Escuche en silencio detrás de la puerta.

-Tal vez las prefiere menores, ¿pero la haz visto? Esa niña lleva un bolso de Prada, está con ella por el dinero. Es obvio.

-Claro, además dudo que ella sepa como complacer a un hombre. Debe saber más de moda que cómo atender a su esposo.

-Niña engreída, seguro su "esposo" tiene un amante o algo así, porque con una niña así, se muere de hambre.

Ambas comenzaron a reír y se marcharon sin más del baño. Limpie las lágrimas que amenazaban por caer, y salí de allí con la frente en alto. Tenían razón, tal vez mi cuerpo no era el ideal, pero a Sesshomaru le gustaba tal y como era. ¿Cierto? Tome su mano en el avión y él beso la mía.

-Sesshomaru

-¿Si?

- Cuando lleguemos a la ciudad quiero darte una sorpresa.-Le comenté.

- No quiero más ropa, Rin...

-¡No es eso!

-¿Entonces?

- Cuando lleguemos a casa, lo sabrás.







Nota de autor:Perdón por no continuar a tiempo. Ahora escribiré el que sigue ♡

CONTRATO YAKUZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora