¿Una guerra declarada?

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Narrado por Sesshomaru:

Tres días después, todo seguía tenso en la mansión. El padre de Rin se ha enfadado por la situación, y mando a un grupo de hombres en busca del culpable. Por otro lado, los heridos estaban en la enfermería de la casa,Rin los visitaba seguido. Y ya no dormía conmigo en las noches.  Se quedaba en la habitación de Inuyasha, a la espera de que él despierte. Debido a la pérdida de sangre permanecía inconsciente.

Me senté en la sala y suspire.-¿Qué ocurre, señor Sesshomaru?-Pregunta Byakuya.

-¿Tú herida?

- Mejor, sólo duele un poco.-Dijo con aquella sonrisa característica de él.

-¿Me dirá que le ocurre?-Tomo asiento a mi lado.

- Es Rin, me preocupa un poco la cercanía que mantiene con Inuyasha.

-Oh, bueno es entendible.La señorita Rin y el joven Inuyasha se conocen desde muy pequeños. Aún así no tiene de qué preocuparse.

-¿De verdad?

-Así es.-Por alguna razón, no podía creerle del todo.

-Siendo sincero, no puedo creerte.

Su sonrisa se borró un poco.-Lo sé.  Pero si usted desconfía de la señorita Rin, entonces no sé por qué razón la deja dormir con el joven Inuyasha. ¿No cree que aquello puede confundir un poco? -Suspiro.-Ella es aún una niña, ni siquiera sabe si lo ama a usted realmente. No quiero que se haga la cabeza con esto. Pero es la realidad, que no se vea como una niña, no quita que no lo sea, señor. Y las niñas a su edad tienen una mezcla de sentimientos y todo puede pasar.

-Estoy muy ocupado con Kagome como para darle la atención necesaria.-Suspire.-Vivimos bajo el mismo techo y no la veo demasiado. ¿Qué haré si le gusta Inuyasha?

-Nada.-Sentencio.

-¿Qué?

-Usted fue elegido como sucesor. Y nada va a cambiar eso. Ni los sentimientos de la señorita en cuestión. Ella necesita a alguien de su porte, y ese es usted.

-No comprendo...

-No dejará de ser su esposo si ella se enamora de alguien más. Cuando firmo el pacto, ya no tienen vuelta atrás. Y si alguien se mete en el medio, pues se lo quita. Usted me entiende.

-Eso es cruel

-El mundo yakuza es asi. Aquí los sentimientos no importan. Sólo el lazo establecido por los mismos.

-Ya veo

Palmeo mi hombro.-Tranquilo, estoy seguro que usted será el amor de su vida.

-No tiene otra opción.

-No lo digo por eso. Usted deje al  tiempo tranquilo, y lo que tenga que ser, será. No sea negativo, a veces las cosas se ponen difíciles, hay obstáculos y más, pero el tiempo es el único que pone cada cosa en su lugar. ¿No lo cree?- Me sonrió.

Tenía razón. Es cuestión de tiempo, quizá me preocupo demasiado. Y es que aún, no logró comportarme como un esposo para Rin. Cabe destacar, que en el primer intento hubo un tiroteo. Y ahora mismo, ella está pendiente de Inuyasha. Ya su atención no es sólo mía.  De hecho, dejó de serlo. Han pasado tres días, de los cuales no la veo muy a menudo. Ni siquiera en la hora de comer. Duermo sólo por las noches y comienzo a extrañar su calor, su dulce perfume y sus suaves brazos, abrazando mi cuerpo. Creo que son detalles que antes ignoraba por completo y ahora echo de menos.

Narrado por Inuyasha:

Lentamente abrí mis ojos, podía sentir cierta calidez a mi lado. Me dolía el cuerpo, aún así me gire un poco y me sorprendí de ver a Rin dormida a mi lado. Gracias a la luz de la luna que se colaba por la ventana, pude notar sus mejillas húmedas. Había llorado. Sonreí levemente y la abrace. Acaricie suavemente su mejilla y adolorido, me atreví a besar su mejilla.

-¿Qué crees que estas haciendo?-Escuche una voz. Y en cuanto mire hacia la puerta, Sesshomaru se encontraba allí. Traía una manta en su brazo, al parecer venía a tapar a Rin.

-¿De repente te volviste ciego?-Pregunte con una sonrisa sarcástica. Él fruncio el ceño.- ¿Celoso? Al menos yo hago lo que tú no.

Deja la manta sobre mi escritorio y camina hasta mi, toma mi brazo, el cual estaba abrazando el cuerpo de ella, apreta fuertemente mi muñeca al hacerlo.- Cuida tus palabras, me importa una mierda tu estado. Si te pasas de listo no dudare en arruinar ese rostro que traes.

A pesar de aquello, sonreí burlón.-Veo que ahora que serás el sucesor, estas tomando tu papel muy enserio. Ya amenazas, muy bien, Kobun. Pero a mí, tus amenazas no me asustan. ¿Y sabes porque? Por que si me haces algo, perderás a Rin para siempre.

Me soltó y guardó silencio.- Lo único que puedo decirte, es que eres demasiado atrevido para ser sólo un espectador. ¿Me entiendes?

Frunci mi ceño. Camino hasta el lado de ella, la despertó suavemente. Ella al abrir sus ojos, soltó un bostezo y este sonrió.

- Me quedé dormida otra vez, lo siento.-Dijo girándose a verlo.

-No importa, preciosa. De todas formas, ya no tendrás que dormir aquí.-Le dijo y ella lo miro sin entender.

-¿Porque?-Él  apuntó con su cabeza hacia mí  y en cuanto Rin volteó, una sonrisa mezclada con sorpresa se formó en sus labios.-¡Despertaste!- No pudo evitarlo y me abrazo bruscamente. Le dedique una sonrisa de lado a Sesshomaru y fruncio el ceño.

-¿Estabas preocupada por mi?-Le pregunté aproposito.

-Demasiado.-Admitio.- Y estoy tan feliz de que estés mejor. No te das una idea de cuanto.- Sonreí y acaricie su mejilla.

-Eres tan adorable, Rin.

No estaba viendo a Sesshomaru, pero sabía que su sangre estaba hirviendo ahora mismo. Perro mezquino.

- No quiero interrumpir este momento. Pero, ahora que la bella durmiente ha despertado, es momento de volver a dormir con mi bella esposa, ¿no es así?

-El beso de Rin me ha despertado.-Dije sin más y ambos nos miramos en silencio.

-Bueno, creo que tienes razón.-Dijo Rin sonriente. Beso mi mejilla.-Ahora debes dormir un poco, temprano mandaré a que te traigan el desayuno, ¿si? - Se puso de pie y tomo la mano de Sesshomaru para juntos salir de la habitación.

Narrado por Rin:

De camino a nuestra habitación me detuve un segundo. Sesshomaru me miró.-¿Que ocurre?

-¿Te pusiste celoso?-Pregunte divertida.

- No.-Fruncio su ceño.

Me puse en puntitas y tome su rostro entre mis manos. Sorprendiendolo por el acto imprevisto.- Tranquilo, a mi me gusta mi esposo. Y deseo que sólo él bese mi cuerpo. -Un leve rubor apareció en sus mejillas y lo bese.

CONTRATO YAKUZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora