"Viaje a Destiempo"

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Pasaron los días tras extensos y arduos entrenamientos y observaciones, la suiza y la egipcia no se dirigieron la palabra en ningún momento a menos que fuese algo importante sobre sus trabajos; Ángela logró terminar su último trabajo en Helix Security, ahora, la rubia terminaba de arreglar sus últimas cosas antes de marcharse, Pharah regresó a sus misiones, ya hacía pocos días que salió a una misión en Rusia, Brigitte y Reinhardt volvieron a lo que hacían mejor, hacer justicia con sus propias manos.

En la habitación de la suiza ya preparada y viendo que no le faltase nada, entró Baal sin aviso previo.

-¿Ya te marchas? -preguntó el hombre apoyándose del quicio de la puerta.

-si. -respondió ella de forma cortante dándole la espalda.

-¿Crees estar en lo correcto?

-no lo sé. -volvió a responder cortante.

-¿Por qué no le dijiste que te irías?

-¿Para qué?, ella está muy ocupada con sus cosas.

-... veo que tu también, y tan herida como ella.

-...

-¿Por qué no intentaste hablar con Pharah cuando pudiste?

-... yo, yo lo hice, lo intenté tantas veces... -dolida, con una voz apuntó de quiebre y cabizbaja se detuvo tomando su mochila de viaje; Baal sólo atinó a suspirar pesado mientras se paraba recto en la puerta sintiendo la gran pena que la rubia sentía.

-bueno, si ésta es tu decisión, la respeto... sólo espero que tus heridas sanen y te vuelvas a encontrar.

-Baal... -articuló sollozando la suiza.

-¿si?

Ángela corrió a abrazar al teniente, éste correspondió amable colocando una mano en la cabeza de la rubia y la otra tras la espalda, sintió como la mujer rompía en llanto.

-Baal, sólo te quiero pedir una cosa... -dijo secando sus lágrimas.

-dime.

-cuida bien de Fareeha, por favor, te lo pido.

-Por su puesto, cuenta con ello, la protegere con mi vida si es necesario. -le sonrió. -pero tu debes prometer que también te cuidaras y estarás bien.

-está bien.

-ya debo irme pequeña, la misión espera por mí, y la capitana Pharah tal vez no dure mucho con esa imprudencia que tiene ahora.

La suiza sonrió más animada tomando distancia del hombre mientras éste le correspondía de igual forma para luego darle la espalda y marcharse.

-¡Baal! -alzó la voz deteniendolo.

-¿Si? -Se volteó a mirarla.

-gracias, gracias por todo.

El teniente sólo sonrió leve y asintió con la cabeza para marcharse lo antes posible, Ángela tomó sus cosas y salió de la habitación para marcharse de Helix Security.
Ya fuera de la base un par de soldados la trasladarían fuera de la explanada, dejándola en la entrada a Giza, luego debía hacer un pequeño viaje por si sola desde Giza al Cairo para llegar al aeropuerto, después de su pequeño viaje desde Giza al Cairo, se encontraba en la fila de la boleteria de la ciudad, Ángela se dedicó a matar el tiempo pensando en Suiza y sus hermosos y cálidos lugares; miró por un momento la pantalla de horas de salidas en el aeropuerto, en el se lograban ver los vuelos recientes, cancelados, en espera, y por salir en ciertas horas; la suiza se centró en leer los países tanto cerca como lejos: Turquía, Arabia, Israel, Grecia, Italia, Francia, España, Alemania, Austria, Suiza... todo bien, hasta ver un vuelo hacía Rusia.

-Fareeha... -murmuró y la imagen de la morena se le vino a la mente.

La suiza no se había dado cuenta cuando ya era su turno frente a la boleteria, una chica la saludó y la intentó atender pero la rubia estaba inmersa en un profundo pensamiento mirando el vuelvo con dirección a Rusia, un hombre detrás de ella le tocó el hombro y le preguntó si se encontraba bien, esta sólo sacudió su cabeza para despertar, tomó su celular y salió de la fila repentinamente.

No muy lejos de ahí, un celular sonó repentino, el dueño tardó un poco en responder debido a su ocupación, pero justo antes de que dejara de sonar respondió.

-¿Aló? -respondió el receptor.

-¿¡Aló!?, ¡Brigitte! -se escucho algo desesperada.

-Hola, ¿Qué sucede Ángela?, ¿Te encuentras bien? -inquirió preocupada.

-s-sí, es sólo que... quería saber si ya salieron de Egipto.

-emm, no, hicimos una pequeña parada en el Cairo, ¿Por qué?

-bueno, ¿creen poder aceptar a una más en su viaje?, o al menos por un tiempo.

-¡Pero por su puesto!, ¿Hacía donde te diriges?

-realmente no lo sé, pero quiero que tarde mucho para llegar.

-¡Bien!

-Por cierto, ¿Dónde están?

-en un pequeño refugio, ¿Dónde te encuentras tu?, podría ir por ti.

-en el aeropuerto central del Cairo.

-bien, llegaré en unos minutos.

Tal y como la sueca dijo, tardó un par de minutos en llegar y de vuelta el mismo transcurso, al llegar a aquel refugio entraron a una habitación o más bien, a un garaje donde Brigitte se encontraba arreglando la armadura de Reinhardt.

-¡oh!, Brigitte, ¿Por qué no me dijiste que estabas ocupada? -dijo la rubia con culpa.

-en realidad no es mucho trabajo, sólo es un poco de mantenimiento, a demás ya estoy terminando. -respondió modesta la pelirroja.

-me parece bien, ya te estabas demorando mucho con eso. -irrumpió una vos masculina de acento alemán.

-Hola Reinhardt. -saludó con una cálida y leve sonrisa la rubia.

-¿Ángela? -preguntó algo sorprendido el hombre de gran estatura.

-oh vaya, ¿A qué se debe esta visita tan repentina? -interrumpió otra vos, esta vez femenina y familiar para la rubia.

-Ana... -articuló la suiza sorprendida mientra miraba a la canosa que le sonreía leve y con un ceño un tanto fruncido como si estuviera esperando una respuesta que ella sabía que Ángela  diría.


*****

Vale, tarde o temprano tenía que volver, y el capítulo es algo mediocre como para volver así sin más...

Gente, eh escuchado a los pocos que se dignan a comentar mi porquería de historia, y milagrosamente me han revivido de un sueño llamado
BLOQUEO CREATIVO
(¡Maditaperra!)

En fin, espero que se encuentren de puta madre y también espero dejarlas con la duda señoritas, no leemos el próximo año.

Enséñame a VivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora