Llegé a dormir, mi madre estaba fuera en ese horario así que no vio la facha que traía. Estaba muerto de hambre, pero entre una cosa y la otra preferí tomar una siesta y luego levantarme a cenar. No soñé nada de seguro porque mi cabeza estaba demasiado pesada y todo lo que recuerdo era oscuridad. Al despertar en la noche me sentía mejor, no con energías renovadas al 100 pero si bastante descansado. Mi madre había llegado y se espantó porque se me habían marcado las ojeras, aunque no hizo exageración de eso, sabía que lo odiaba.
-Deberías cortarte ese horrible cabello verde que tienes, está demasiado seco.- comentó a la hora en que nos sentamos a comer.
-Era azul el primer día...
-Pues igual , córtatelo, te dañará el resto del cabello, además está muy largo y te pareces a los cantantes de mi tiempo que no se bañaban para ser "políticamente incorrectos"....
-Eran tus favoritos, ¿ o no?
Me lanzó una habichuela a la frente.
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Camino a la facultad estuve escuchando música y la escena de ayer en el semáforo se me venía a la cabeza automáticamente sin que yo se lo pidiera. Era un chico que solo había visto una vez y me memoricé los detalles de su rostro apenas en segundos. Los busqué está mañana por la calles, y cuando me subí al bus también. Era una ciudad grande, eso es cierto, pero tenía una probabilidad de volver a verlo. Aunque ¿una en cuánto? ¿Un millón?
Tenía pecas, eso no lo podía olvidar, muchas de estas. No recuerdo haber conocido a nadie en mi vida que las tuviera, por más extraño que parezca. Y sus ojos tenían un color muy bonito, que inspiraba calma.
Él también me estaba mirando. ¿Por qué?
Pues, su caballete me golpeó, de seguro se dio cuenta de esto y quiso remediarlo. No seas estúpido, Jean. La gente no quiere verte.
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Mis amigos lucían mejor que ayer, lo que indicaba que todos le pusimos empeño en tomar nuestras horas necesarias de sueño que nos ayudaron para estar frescos y atentos esta mañana. Descansamos afuera del edificio sentados en las áreas verdes conversando de trivialidades. Eren se quejaba de un conocido nuestro llamado Floch y como le molestaba su presencia, los demás escuchábamos y asentíamos frente a aquello, a ninguno de nosotros nos caía bien, no desde que intentó acosar a Sasha en una fiesta y se llevó un puñetazo por su parte que le dejó la nariz sangrando, además de un puntapié en la entrepierna por parte de Mikasa. (Sasha parecerá ser tonta, pero sabe defenderse, y Mikasa es su mejor amiga, no conviene molestar a ninguna si ellas no te han dado confianza para hacerlo, y mucho menos cuando están juntas.) Posterior a eso, Floch se disculpó por su actitud atribuyéndolo a la borrachera, lo dejamos pasar para que dejase de martirizarse, pero eso no nos había vuelto amigos.
-Es una pena que tengamos que compartir módulos, a veces quiero golpearlo.- concluyó Eren dado una calda a un cigarrillo de esencia a chocolate.
-Eren, no es sano que quieras ir por la vida queriendo golpeando a la gente.- Mikasa le comentó con voz preocupada, quitándole el cigarro, dándole una calda y luego devolviéndoselo.
-¿Ni siquiera a ese imbécil? He visto cómo te mira, o más bien a cualquier chica que se le acerque, ¿no ha tocado ninguna nunca o qué?
-No te hagas el tonto, Jaeger. Tú también eres tan virgen como el aceite de Oliva.- le comenté con intenciones de cabrearlo, no era un día normal si no teníamos por lo mínimo una pelea aunque sea verbal. Se había vuelto costumbre.
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La vie d' Jean.
Fanfiction¿Cómo surge el enamoramiento? ¿Es acaso una fuerza misteriosa que está guiada por el destino o un Dios? ¿Es una respuesta racional de nuestro cerebro por la lucha de no estar solos? ¿O es solo arte y colores brillantes mezclándose, escurriéndose par...