Con Marco nos la pasamos hablando durante toda la semana. Gracias nuestro horario copado por ser fin de mes no nos podíamos ver en persona, y nos poníamos al día apenas teníamos ratos libres; el receso del almuerzo y cuando las clases del día finalizaban, eso incluyó también los fines de semana. Sus horarios no siempre coincidían con los míos, así que ambos recibamos mensajes en plena clase a veces, y él no almorzaba al mismo tiempo que yo, eso explicaba el que nos hubiésemos visto antes.
El medio electrónico nos sirvió bastante. Conversábamos de cosas triviales al principio, el típico: "Hola ¿Cómo estás? Bien ¿y tú? ¿Qué haces?". Pero luego básicamente nos dábamos las buenas noches y los buenos días, nos deseábamos suerte antes de clases y evaluaciones y cada vez que nos veíamos frente a frente en la facultad aunque haya sido por un segundo, nos sonreíamos y saludábamos.
Cada vez que sonaba mi teléfono me apresuro a verlo para ver si es un mensaje de Marco, y si es así, lo contesto emocionado y espero el siguiente. En clases evito mirar el teléfono para poder concentrarme a lo que dice el profesor, y me el difícil cuando siento mi teléfono vibrar en mi bolsillo, no sacarlo y contestarle. Cuando lo veo en la facultad inconscientemente una sonrisa se me forma en el rostro a la hora de saludarlo, y se me queda pegada en la cara hasta minutos después. Mis amigos lo notan, pero yo los ignoro y cambiamos de tema hablando de cualquier cosa.
No puedo negarlo, cada vez que ocurría no podía evitar sentirme algo estúpido, infantil y nervioso. El corazón me late rápidamente u hasta podría decir que me cuesta respirar. No recordaba haber sentido esto ante, ni siquiera cuando joven, más joven, un púber hormonal que solo piensa en ver su programa de TV favorito al llegar de la escuela. ¿Me había saltado una parte esencial de mi vida? Es como si me faltara algo, algo que no pasó en su debido momento. ¿Y que era? ¿Acaso el salir constantemente con mis amigos a fiestas me había hecho esto? No lo creía, disfrutaba estar con ellos, era un buen apoyo, y estábamos de acuerdo en ser responsables en nuestra etapa, no sin dejar de divertirnos, claro...
Es extraño, me siento sumamente extraño. Pero darle vueltas a mi cabeza no solucionaba nada, incluso en mi cama bebiendo esos tés chinos que mi mamá compra para la ansiedad y el insomnio, hay veces en las cuales no puedo despegar la imagen de su rostro sonriendo, sus mejillas y nariz pecosa.
Si me preguntaran por la forma física de un ángel, él sería lo primero en lo que pensaría, el blanco le venía bien a Marco
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La vie d' Jean.
Fanfiction¿Cómo surge el enamoramiento? ¿Es acaso una fuerza misteriosa que está guiada por el destino o un Dios? ¿Es una respuesta racional de nuestro cerebro por la lucha de no estar solos? ¿O es solo arte y colores brillantes mezclándose, escurriéndose par...