Capítulo 8

1.4K 120 10
                                    


 Atravesé la puerta, distraída por todo lo que había pasado solo en un día y, antes de guardar las llaves de nuevo en el bolso, noté cómo alguien me estrechaba contra sí. Al principio me asusté, pero, en cuanto vi esa cabellera castaña contra mi cuello, me vino a la mente un detalle del cual no me había acordado en todo el día. Luna. Y lloraba.

- ¿Qué ocurre? – pregunté asustada mientras la estrechaba contra mí-. ¿Te encuentras bien? ¿Te duele algo?

-Dios, Lexa... - dijo con un repentino tono aliviado-. Me tenías preocupadísima. Anoche no llegaste a casa, no me cogías el teléfono y no has dado una sola señal de vida – me apretó más contra sí-. Me alegro tanto de que estés bien... Llamé a la policía, al hospital... y no sabían nada de ti.

De repente, al verla de esa forma y recordar parte de lo que realmente había estado haciendo, me puse a llorar. Había permitido que ella se preocupase de esa forma y se estresase en su estado, y yo, mientras tanto, había estado con una mujer que no era ella. De repente, me sentía miserable, como si de verdad fuese mi mujer y le hubiese sido infiel, como si la hubiese abandonado al igual que John lo hizo, y mi única reacción fue dejarme caer de rodillas en el suelo, agotada de repente, y susurrar entre sollozos lo mucho que lo sentía. Realmente le había hecho daño, y eso jamás me lo perdonaría. Ella se agachó a mi lado y me estrechó contra sí, confusa por mi reacción, pero sin decir una sola palabra.

-Lexa... ¿te encuentras bien? – dijo verdaderamente preocupada-.

-I'm so sorry – repetía una y otra vez mientras me aferraba a su ropa-. I'm so sorry...

-Tranquila, ya pasó. Lo importante es que estás aquí, y que estás bien – noté su sonrisa, aunque no la estaba mirando-.

-No... You don't understand – la solté, ni siquiera merecía que me consolase, no cuando me sentía tan culpable por traicionarla-.

-Entonces explícamelo. ¿Por qué lloras?

-No puedo... - la miré a los ojos, aunque fue algo efímero-. Lo siento... Lo siento tanto...

-No te preocupes, no ha sido nada grave. Estás aquí, y eso es lo que importa.

No dije una sola palabra más, ya que era más que evidente que, para ella, era una reacción exagerada si la relacionaba con lo que estaba ocurriendo, pero, si Luna, por un segundo, pudiese haber visto a través de mí, quizás habría sentido la misma repulsión hacia mí que yo. Sentí ganas de vomitar ante esas ideas, quizás por los nervios, quizás por sus grandes ojos observándome mientras me destruía por dentro sin darme cuenta. Si la infidelidad realmente se sentía así, no entendía cómo había gente que podía llevarla a cabo sin problema, mucho más sabiendo que, en realidad, no había traicionado a Luna porque ella solo era mi amiga.

Sin dar explicaciones, me levanté del suelo, dejando a una desconcertada Luna a mis espaldas y me encerré en mi habitación por primera vez en todo el tiempo que llevaba viviendo allí. Lo primero que hice fue deshacerme de la ropa, cambiarla por una más acorde con mi estado de ánimo y recogerme el pelo en una desaliñada trenza. Me dejé caer en la cama, sin ganas de nada, y, por primera vez desde hacía un día, cogí mi teléfono. Tal y como esperaba, encontré varias llamadas perdidas y mensajes de Luna, expresando en todos ellos la preocupación que tenía por mí, aunque, con un gran esfuerzo, no comencé a llorar de nuevo. Al fin y al cabo, mi naturaleza no era de hacerlo con tanta facilidad. De repente, pasó una idea por mi cabeza, y pronto tuve que hacer lo que mis instintos me pedían. Entré en los contactos de mi teléfono, y empecé a borrar todos aquellos números que correspondían a mis "amigas". Simplemente, en ese instante, me había hartado de llevar ese tipo de vida. Estaba cansada de estar vacía.

Ms. Thompson; lawyer [Clexa AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora