Ms. Thompson; lawyer [Clexa AU]

Capítulo 12

La alarma sonó mucho más temprano que de costumbre, aunque, en realidad, no fue necesaria su programación. Ninguna de las dos pudimos dormir esa noche, pues Luna estaba extremadamente nerviosa y, por mi parte, desperté con el primer llanto de Lucas y ya no fui capaz de volver a dormirme. Por ello, reflexioné en las posibles jugadas a las que John podría recurrir legalmente y, solo cuando amaneció, me di cuenta de que pensaba demasiado. Hice mis documentos tan bien que no había posibilidad de ello. A las ocho de la mañana, ambas tomamos café, en silencio y mirando a la nada; la tensión, en ese punto, era más que palpable. Después, comenzamos a prepararnos para salir. Por mi parte, arreglándome como la imponente abogada que era y, por la de Luna, como la hermosa chica de ojos vivos que conocí en mi juventud. Entonces me di cuenta de que solo quería una cosa con ello; demostrarle a John que no lo necesitaba para nada, que ella se valía por sí misma.

Cuando oí el sonido del timbre, dejé mi ritual de vestimenta a medias para atender a la persona que esperaba fuera. Cuando abrí, no pude evitar sonreír a Clarke, que había venido vestida de una forma totalmente distinta a la que estaba acostumbrada a ver. Llevaba una blusa ligera que dejaba ver sutilmente su escote, mientras que aquellos vaqueros ajustados se amoldaban a su figura de forma gentil y abrazaban sus curvas. También me di cuenta de que, aunque su calzado era plano, seguía siendo un poco más alta que yo yendo descalza, cosa que me agradó bastante. La invité a pasar, contemplando así su bonita figura de espaldas, y no pude evitar sonrojarme. God... she was too attractive.

- ¿Lexa? – dijo mirándome con cara extrañada-.

-Yeah, what? – respondí despistada, por acto reflejo-.

-Digo que estás preciosa, imponente, como a mí me gusta, pero... creo que deberías terminar de vestirte. ¿Qué mirabas? – me sonrió con complicidad-.

-Eh... Nada, nada en concreto.

- ¿Segura? – su gesto se volvió un tanto más seductor-.

-Está bien... Te miraba a ti. Te ves muy atractiva con esa ropa. ¿Contenta?

-Me gusta que seas sincera conmigo – sonrió de nuevo-. Y tú misma lo dijiste, sentir atracción es humano. No tienes nada de lo que avergonzarte.

-Using my words against me... - susurré para mí-.

-Sí, eso es justo lo que hago – respondió en tono orgulloso-. ¿Dónde están Luna y el bebé?

-Estamos aquí – respondió ella a su espalda-. Pero parecíais estar ocupadas y no quería interrumpiros – lanzó una mirada cómplice-.

-Eh... - Clarke, de repente, volvió a ser la misma chica tímida y se sonrojó-. ¿Q-qué tengo que hacer para cuidar de Lucas?

-Oh, no es muy difícil. Se porta muy bien. Cuando llore, solo comprueba si tiene hambre o está sucio. Los pañales están en su habitación, los tienes a simple vista, y le he dejado leche materna en el frigorífico. La calientas un poco y se la das. A veces llora porque se siente solo, solo cógelo con cuidado y mécelo, volverá a dormirse sin problemas.

-Nunca he cogido a un bebé – confesó preocupada-.

-Tranquila, acércate – Clarke obedeció-. Pon tus brazos como si fueses a coger un cachorrito – sonriendo ante la similitud que Luna le dio, lo hizo-. Ahora, pongo al bebé en esta "cama", siempre con cuidado de la cabeza, y ya está. Has cogido a un bebé.

Clarke sonrió ante aquella sensación y me miró con orgullo plasmado en sus ojos. Por mi parte, sonreía de forma idiota ante aquella imagen tan tierna y feliz que me mostraba. Quizás, a ella también le gustaban los niños y eso no se lo tomaba como un simple complemento de su trabajo. Terminé de prepararme y Luna, por su parte, se encargó de recoger todos los documentos. Ella a penas lo mostraba, pero me di cuenta de forma inmediata de que estaba nerviosa; lo notaba en su silencio. Cuando salimos por la puerta, miré de nuevo al interior de la casa, cosa que hacía tiempo dejé de hacer, y me encontré con los ojos de Clarke despidiéndose de mi sin palabras. Sonreí y, pensándolo mejor, volví a entrar, me acerqué a ella y, con delicadeza, besé aquellos labios que tan irresistibles se habían tornado para mí en ese preciso instante. Ella no dijo nada, solo se limitó a contemplarme mientras sostenía a Lucas entre sus brazos.