Capítulo 11

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Durante un par de días, Luna permaneció en el hospital siendo vigilada por los doctores al mismo tiempo que su hijo recibía las distintas atenciones médicas. Durante ese tiempo, cada vez que acababa mi jornada de trabajo la visitaba durante un rato y, al volver a casa, me dedicaba a montar y colocar los diferentes muebles que compré para el bebé. Luna no sabía nada al respecto, por lo que ese sería tanto mi regalo para Lucas como una sorpresa para ella. Fue un tanto extraño pues, aunque él aún no había venido a casa, olía a bebé cada vez que entraba. Jamás pensé que mi hogar se vería de esa forma, adornado de cunas, peluches y una ropa tremendamente pequeña, pero no me pareció una idea tan mala si lo enfocaba a un futuro lejano.

Conseguí tenerlo todo listo cuando a ambos los dieron de alta y, tras recogerla, la llevé directamente a casa para que pudiera volver a instalarse. Casi se quedó sin aliento al comprobar que todo estaba correctamente habilitado y, como predije, se ofreció a pagar por todo lo que había comprado yo. Por suerte, pude convencerla de que no era necesario y ella, con una sonrisa en la cara, descubrió que había decorado su dormitorio para que ambos pudieran estar allí de forma confortable. Mi última sorpresa, sin embargo, no fue tan evidente, pues fue una pequeña fiesta de bienvenida para el pequeño Lucas. Poco a poco, todo el mundo comenzó a llegar; los primeros fueron sus padres, seguidos de Raven y Becca y, por último, Clarke.

Cuando abrí la puerta, no pude evitar recibirla con una sonrisa amplia, la cual ella me correspondió con dulzura. En cierta forma, me ponía muy nerviosa que ella estuviese allí, pues jamás había visto mi casa y, al mismo tiempo, últimamente no era capaz de mirarla sin sentirme así. Aquellos últimos días, se había encargado de asegurarse de que estaba bien pues, con todo lo que debía preparar, apenas había tenido tiempo para descansar. Por primera vez, sentí que era agradable que alguien cuidara de mí. ¿Eso era lo que significaba dejarse mimar?

Pasamos la tarde hablando y, por parte de sus padres, Luna recibió muchísimos consejos, tantos que pude identificar su cara de agobio casi de forma inmediata. No pude hacer otra cosa que sonreír ante esa escena, pues esa cara era extremadamente rara en ella. Por otro lado, las demás hacíamos preguntas sobre la maternidad debido a nuestra evidente inexperiencia. Clarke, por otro lado, a pesar de ser la más joven, no hacía ni una sola cuestión, sino que se dedicaba a escuchar lo que los demás decíamos. ¿Acaso eso era una señal de timidez? La agarré de la mano, sacándola así del mundo que había creado a su alrededor, y fue cuando se permitió a sí misma relajarse y disfrutar de aquel ambiente calmado que creamos por el bien del niño. Pronto, me di cuenta de que él no lloraba mucho, pues solo se le había escuchado un par de veces durante toda la tarde, solo porque tenía hambre o necesitaba un pañal nuevo. Desde luego, Lucas nos dejaría descansar correctamente durante las noches.

Tras unas cuantas horas, todos comenzaron a marcharse tras desearle lo mejor a Luna en aquellos primeros días. Sus padres, por otro lado, me agradecieron enormemente que la ayudase en una circunstancia así, no sin antes intentar persuadir a su hija para que viviese con ellos un tiempo. Sin embargo, comprendí perfectamente que rechazara su oferta, pues Luna amaba a sus padres de corazón, pero siempre habían chocado mucho en cuanto a convivencia se refería. Lo que ella necesitaba realmente era tranquilidad y tiempo para adaptarse a esa nueva vida, porque lo difícil acababa de comenzar. Finalmente, solo quedó Clarke, a la cual le pedí que se quedase, pues tenía que tratar un tema que podría resultarle delicado a Luna. Ambas nos sentamos frente a ella y, cuando encontré las palabras, comenzamos a hablar.

- ¿Quién se ha muerto? – preguntó la nueva mamá con humor-.

-No one, dork! – respondí-. Es que tenemos que hablar de algo, las tres.

-Exacto – intervino Clarke-. Verás, esta tarde me llegó la aceptación de la demanda de divorcio y... no contamos con un pequeño detalle.

-Culpa mía. Tenía la cabeza en mil partes – me disculpé-.

Ms. Thompson; lawyer [Clexa AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora