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(Narrado)

—Kylie... Necesito hablar contigo, por favor, cuando escuches éste mensaje ven a mi casa...— suspiró pesadamente para luego lanzar su teléfono sobre la cama mientras fruncía su entrecejo de manera ligera.

Era la décima llamada que hacía y no había contestado a ninguna, parte de él estaba preocupado, pero a la vez quería creer que estaba ocupada o algo por el estilo, después de todo, las noticias malas eran las primeras en llegar.

—Tal vez esté ayudando a Kendall...— murmuró para sí mismo al recordar que aquel era el día del baile de graduación en su preparatoria— Ella también debe estar preparandose para eso...—

Negó con la cabeza sin poder evitar sentirse un poco triste por ello. Si tan sólo todo se hubiera dado de manera diferente...

Sin embargo no fue así...

¿Y que tal si aún podía hacer algo al respecto?

Nunca estaría seguro de nada, sí por lo menos no lo intentaba...

Se levantó de aquella silla para luego acercarse a su armario y tomar su chaqueta de cuero seguido de sus llaves que estaban sobre su escritorio.

¿Qué sentido tenía arrepentirse si no buscaba cambiar un poco aquella situación en la que ambos estaban enfrascados?

Su corazón pedía a gritos su presencia, por primera vez lo escucharía.

Posó su mano sobre la perilla de la puerta principal para luego abrir ésta lentamente.

—¡Justin! Al fin— unos brazos ya conocidos rodearon su cuerpo mientras él se quedaba estático en su sitio, sin saber que decir o qué hacer— Kendall llevó mi teléfono por error cuando se fue con sus amigas al spa, estuve tratando de comunicarme contigo toda la tarde, pero no logré hacerlo... ¿Puedo quedarme en tu casa por ésta noche?— se separó ligeramente para luego dedicarle una sonrisa dulce de las que siempre solía darle cuando estaban juntos.

El rubio trató de mostrarse tranquilo, no esperaba su presencia ahora, es decir, si quería hablar con ella, pero para decirle la verdad acerca de lo que sentía... Y tal vez aquello iba a ser más difícil de lo esperado para ambos.

—¿Que dices? ¿Estas de acuerdo?— acarició su nuca levemente mientras él tragaba en seco para sonreír forzadamente.

—Me encantaría— murmuró llevando sus manos a su cintura para luego unir sus labios con los suyos en un lento beso.

Retrocedió en su lugar al igual que la morena para luego girar sobre su sitio sin separarse de ella y cerrar la puerta tras él.

Aquel inocente beso fue jugando con la cordura de ambos provocando que Justin olvide por un momento lo que estaba haciendo.

Relamió los labios de la morena pidiendo el acceso de su lengua hacia su boca, a lo que ella sólo respondió de manera positiva permitiendo que sus lenguas empezaran una pequeña batalla para ver quién tomaba el control.

Un gruñido escapó de los labios del rubio para luego sonreír un poco y volver a aquel beso que poco a poco aumentaba de intensidad.

Las manos de Justin bajaron lentamente hasta llegar a su trasero para luego apretar éste un poco y hacer que su cuerpo se pegara al suyo dejando que el corto espacio que los separaba se volviera inexistente provocando un gemido por parte de Kylie.

Las ganas de que aquello no quedara como un simple beso se hicieron presentes, su miembro empezaba a hacerse más duro a causa de la morena quien parecía notarlo y al parecer no le importaba mucho.

Fue entonces cuando la imagen de Ariana volvió a aparecer en su mente obligando a que cayera en la realidad una vez más.

—Ky... Debemos parar...— murmuró terminando aquel beso y alejándose de ella todo lo que podía permitirse.

—Pero ambos lo queremos... Justin, ¿Acaso no te gustó?— preguntó bajando sus besos hacia su cuello para luego dejar una mordida ligera en él.

Él sólo cerró los ojos, se sentía tan bien que no quería parar y la morena se percató de eso, había encontrado su punto débil y aprovecharía eso par sacar ventaja.

—Ky-Kylie...— jadeó un poco provocando que una sonrisa se formara en los labios de la morena para luego alejarse de él y besarlo una vez más.

Ésta vez él no se opuso, estaba demasiado excitado como para tratar de parar aquello y, aunque la actitud de Kylie lo desconcertaba un poco, le parecía sexy que ella quisiera tomar la iniciativa.

Sus manos bajaron hasta su cintura provocando una sonrisa en el rostro de la morena quien enrredó sus piernas alrededor de su cintura, el rubio colocó sus manos bajo su trasero apretando éste con suavidad para asegurar que no se caiga.

Un leve gemido abandonó sus labios el cual fue acallado por el beso que ambos se estaban dando en ese momento.

Él empezó a caminar con firmeza para empezar a subir las escaleras con cuidado y sin separarse de los labios de la joven.

Justo en ese momento no podía pensar con claridad, sólo se estaba dejando llevar por el momento, su mente se encontraba en blanco, había logrado lo que tanto había ansiado.

Sacar a Ariana de su mente.

Crush ↬J.B.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora