Silencio.
Era lo que sobraba en aquél comedor.
Definitivamente su relación estaba en un mejor estado desde la visita al Gran Sacerdote. Pero eso también los había dejado en un pequeño estado de confusión.
Recordaban con claridad la fallida confesión que realizaron antes de la muerte de Vermouth.
Y ese recuerdo los incomodaban.
Tenían dudas. ¿Eran algo más aparte de asistente y "amo"? ¿Debían reanudar las cosas desde el momento de la carta o fingir que nada ocurrió? Ambos habían buscado la forma de averiguar que pensaba el contrario para saber como actuar. Pero poco consiguieron.
Necesitaban saber que hacer. Sus sentimientos se arremolinaban amenazando con desbordarse e inundar su interior. Tenían la necesidad de soltarlos, y al mismo tiempo ansiaban volver a encerrarlos por temor al rechazo. Algo irónico si pensamos en que se correspondían y eran conscientes de ello.
Pero una cosa es saber que le gustas a alguien, y otra es dar el paso para salir con ese alguien.
Así que, armándose de un valor que ignoraba que poseía, la deidad destructora acabó con el silencio, aprovechando la mota de comida en los labios contrarios.
— Oye Whis.
— ¿Si, mi señor?
— Te has manchado. — Dijo mirando fijamente la boca del otro. — Deja, lo limpiaré.
Inclinándose, recorrió el labio inferior del mayor, limpiando la comida sobrante. Los pómulos de Whis se pintaron de rojo debido a la repentina cercanía de sus caras. Su mirada chocó contra la de Bills. Percibió la timidez en sus ojos. La duda hinchaba su pecho, y la ternura en sus ojos envolvía a ambos.
Decidieron mandarlo todo al diablo.
Rompieron esa capa que retenía a sus sentimientos. Sus respiraciones se mezclaban de manera un tanto desesperada. Un beso torpe los unía. Inexpertos, movieron sus labios instintivamente. No era romántico. No era mágico como solían describirlo muchas personas. No era perfecto. Pero era una expresión. Una liberación de emociones transmitidas en esa pequeña unión de labios. En esos nueve o diez segundos donde esos trozos de carne acariciaban el contrario. En esa pose poco cómoda en la que se hallaba el menor. Medio cuerpo al aire, manos sobre la mesa e inclinado para llegar al sentado ángel. La alegría, la tranquilidad, la duda y timidez se colaba en sus cuerpos. Con temor por lo que pasaría apenas apartaran sus labios, finalizaron el contacto. Sus frentes se unieron con delicadeza mientras miraban los ojos contrarios. Ambos pares de mejillas estaban ardiendo, sus labios entreabiertos y ligeros jadeos envolviendolos.
— Fue horrible. — Murmuró Bills.
— Coincido.
Ambos rieron. Ese beso lleno de babas y movimientos poco satisfactorios no fue muy de su agrado. Lo importante fue saber que no cambiaría mucho la forma de interactuar entre ellos. Sí. Se besarían de nuevo. Tenían mucho tiempo para practicar. Sí. Whis seguiría cumpliendo su rol, al igual que Bills. Sí. Seguirían compartiendo esos momentos que, aunque no tuvieran romance, eran especiales, como el tomar un simple té sentados en troncos o escapar de una alfombra de un disecado gato. Eran ellos, finalmente, siendo sí mismos al completo.
Eran una pareja alegre, pero dispareja. Y eso era lo que más les gustaba.

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Drabbles, Whis x Bills.
FanficEl amor no es fácil, y menos si es entre dos deidades que tienen prohibido encariñarse del otro. ¿Qué ocurre si rompen la regla? ¿Que opinarán Daishinkan y Zeno Sama? Relatos de Whis y Bills, intentando forjar una relación de pareja.