Desde aquel día

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Kyle (16 años)

Cuatro años han pasado desde la última vez que bese a alguien.

Ese alguien: Cartman.

Cuando llegue a casa subí a mi habitación y me cubrí con las sabanas hasta el día siguiente, podía imaginar todas las formas en las que cambiaría la historia para hacerme quedar como un pervertido.

Pero no lo hizo.

Creí que repetiría el beso.

Pero tampoco lo hizo.

Después de ese beso volvió a ser el mismo Cartman de siempre y nunca hablamos de eso, nunca nos quedamos solos, al menos de mi parte. Tengo miedo de que se repita.

Nunca le dije a nadie, ni siquiera a mi mejor amigo Stan.

Eso no me ha impedido pelear a muerte con el culo gordo, reírnos de Stan y emocionarnos por todas las historias de Kenny, que gracias a su entrenamiento de alfa sin problema podría ser el chico más candente de la escuela seguido por Craig y Cartman que lo único de culo gordo que le queda es por unos glúteos bien tornados.
Tal vez diría fuertecito porque esta fornido.

Al graduarnos y entrar a los grados superiores la diferencia entre especies se hizo abismal, había omegas que ni si quiera nos miraban, había alfas que enfrentaban a Kenny y a Cartman por juntarse con betas, esos dos peleando entre ellos eran patéticos, pero juntos eran dinamita.

En los primeros días del año Tweek se destapo como omega, los alfas de mi salón se volvieron locos, Cartman arrojo a Kenny por la ventana, pensé que había muerto pero al día siguiente llego muy bien.
Los ánimos se calmaron cuando Craig beso a su novio, lo envolvió con su sudadera y lo llevó a la enfermería, de verdad admiro su autocontrol, cualquier otro hubiera violado a Tweek.

Ahora estoy en clase de literatura, sólo espero el timbre para el almuerzo, cuando fin lo tocan, camino muy relajado con mis amigos y Butters, que ahora es parte de nuestro grupo, cuando una sensación de calor invade todo mi cuerpo, mi mente se nubla y solo puedo pensar en un aroma, no puedo olerlo, solo pensarlo, me siento mal, como si tuviera calentura, me quito la chamarra cuando Butters cae al suelo, me agachó para ayudarlo, está hirviendo.
Cartman se tapa rápido la nariz, para Kenny ya es tarde, quedó atrapado por el primer celo de Butters.

Muchos más alfas lo empiezan a oler, solo se me ocurre salir corriendo, pero antes de que pueda tomar a Butters, Kenny me lo arrebata de las manos y sale corriendo.

¡Haz algo!- le grito con desespero a Cartman

Si me destapo la nariz seré un animal como Kenny- contestó con un tono de voz gangoso, si estuviera en otra situación me hubiera reído de él.

No lo serás, eres mejor que eso- Digo casi sin pensar.

A Cartman le brillan los ojos, me mira como si tuviéramos todo el puto tiempo del mundo.

¡Deja de verme y evita que violen a Butters!- Volví a gritar, ambos salimos del pequeño trance.

Luego no digas que no hago nada por ti judío- contestó al mismo tiempo que destapaba su nariz, aspiro fuerte, el café de sus ojos se perdió en un negro lleno de lujuria.

Me agarre fuerte de él mientras corría, sé que le dije que era mejor que eso, pero no voy a dejarlo solo con Butters.

Stan nos sigue el paso de cerca, pero con la condición física de Cartman rápidamente lo dejamos atrás y en segundos diviso el abrigo naranja de Kenny.

Lo primero que hace Cartman cuando los alcanzamos es golpear a Kenny, salgo proyectado al suelo por el impacto. Ellos se centran en pelear, afortunadamente llega Stan, como podemos, sacamos a Butters de allí, cielos, sí que su aroma es intenso.

Un calor empieza a recorrer mi cuerpo otra vez, necesitamos llegar pronto a la enfermería antes de que Kenny note que Butters ya no está, Cartman está haciendo un gran trabajo.

Antes de que mi mente se nuble, llegamos a la enfermería, la no tan amable mujer inyecta a Butters sin previo aviso, al oír su grito podría jurar que gimió.

Estará bien en unos minutos, llamaré a sus padres, ustedes cuiden la puerta, si alguien que no soy yo intenta pasar, bloquenla con el escritorio.

Y la mujer salió.

Ky... Kyle- dice débilmente Butters

¿Qué pasa?- volteo a verlo preocupado.

Ne... Necesito un fa... Favor- dijo mirando su entre pierna, cuando baje la mirada pude ver un pequeño bulto.
Mire a Stan confundido, él estaba en shock tanto como yo.

Antes de que pudiera responder entraron los padres de Butters y así como llegaron se fueron.

No salgan de aquí, aun quiero hablar con ustedes sobre los detalles.

Y la vieja bruja se volvió a ir, diez minutos pasaron y la señora no volvía, Stan estaba tan aburrido como yo.
De repente, entra el director arrojando a Cartman y a Kenny.

Cuando los revise la enfermera los quiero en mi oficina.

Sentenció antes de salir.

Stan estaba a punto de decir algo cuando el negro volvió a los ojos de los alfas.
Mierda el cuatro aun olía a Butters, como pudimos Stan detuvo a Kenny y yo a Cartman, sin mucho éxito debo decir.

Afortunadamente llego la bruja de la enfermera, cerró una cortina que había entre Cartman y Kenny antes de echar un aromatizante, olía tan mal que hasta yo sentí nauseas, gracias a Dios solo soy un beta, detrás de la cortina oí vomitar a Kenny. Me reí junto con el culón, al que no había soltado desde hace rato, al parecer él también se dio cuenta porque me dijo:

Si quieres puedes no soltarte, me pondré una bolsa de canguro y te llevare a todas partes, serás el pequeño canguro judío- me dijo con obvio sarcasmo.

Jodete culón- y lo solté.

Lo que digas judío- contesto sin ganas, viéndome hacia abajo haciendo notoria nuestra diferencia de estaturas.

Después de eso crucé al otro lado del cuarto, aún sentía el calor del cuerpo de Cartman y podía ver sus abdominales de acero. Me puse rojo cual tomate.
La enfermera me pregunto si estaba bien, yo asentí y después de un interrogatorio sobre el celo de Butters nos dejó ir a Stan y a mí.

En el camino Stan y yo bromeamos sobre todo lo que había pasado, es bueno saber que siempre seremos Stan y yo.

Detrás De La PuertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora