Mientras Goku cambiaba y cambiaba los canales buscando una película de su agrado, Vegeta no podía evitar pensar en mil y un maneras de arremeter contra el menor. Optó por intentar calmarse, sólo verían una película, luego a dormir y fin; eso sería todo.—¿Qué crees de ésta?—Tras oírle Vegeta miró al televisor encontrándose con una película que recién comenzaba. Y las letras citaban "La Anaconda".
—Da igual.
Kakarotto desapareció de su vista por unos segundos, al regresar traía comida chatarra y una sábana. Su novio sonrió ante ello, quizá haber aceptado ver una película no resultaría tan malo después de todo.
—¡Está detrás de ti, idiota! ¿¡Eh, por qué corres!? ¡¡Ataca al reptil!! ¿¿Por qué te quedas mirando como idiota?? ¡¡Corre!!
Goku miraba con diversión al señorito "Da igual"; éste gritaba tan inmerso en la película que se le hacía inevitable prestar más atención a éste.
—Vegeta, ¿compartamos esta gomita?—dice de la nada, y el otro le mira con una ceja alzada.
—Calla.—Volvió a prestar más atención al televisor y su novio le miró con indignación.
—¡Pero...!
—Calla.
Bufó, y cruzando sus brazos optó por mirar la película, pero ¡grande fue su sorpresa! El televisor se apagó de golpe, y no sólo éste; ¡Toda la habitación quedó en completa oscuridad!
—¿Se fue la luz?—pregunta Goku luego de unos segundos y pudo jurar que sintió cómo su pareja rodaba los ojos sin contestar tan obvia pregunta.
—Veo, veo... negro—Vegeta bufó exasperado.
—¡Todo a nuestro alrededor es oscuridad!—exclamó ya harto del jodido juego que supuestamente les "quitaría el aburrimiento" ¡por Kami! Los minutos pasaban y su paciencia ya estaba al límite.
—Siento, siento...—La mano del menor fue a parar exactamente en su muslo. A Vegeta se le hizo imposible no temblar ante ello, un cosquilleo se apoderó de la parte baja de su estómago para finalmente concentrarse en su entrepierna.
—Mi muslo—susurró, con la voz más ronca de lo normal, así siguiendo el estúpido juego.
—Mi turno. Siento siento..—Vegeta estiró su mano a ciegas, y ¡bingo! Apretó...
—¡Mi bello y musculoso brazo!—responde Goku mientras el chico frente a él rodaba los ojos y asistía sintiéndose estúpido en el acto, pues claro que no sería notado tal gesto.
—Siento, siento.—Algo en el ambiente había cambiado. Pero lo radical aumentó cuando la mano de Goku se dejó caer sobre su entrepierna. Ambos se tensaron.
—Mi entrepierna.—El más joven miró al otro Saiyajin, o más bien, supuso verle, pues la noche estaba completamente oscura y ni siquiera podía distinguir los rasgos de Vegeta. Le "miró" de frente sintiendo unas intensas ganas de besarle, dios, ¿hace cuánto no lo hacía? Estaba irremediablemente atraído por aquellos labios... Entonces sin darse cuenta ya estaba acercándose. Un ligero roce sobresaltó a ambos, no se separaron y unieron sus bocas despacio, sin prisa, con cariño.
Goku no pudo evitar sonreír en medio del beso. Le emocionaba que el otro correspondiera, pues Vegeta no era muy de demostrar sentimientos ¡aún así lo amaba! Era su gruñón favorito. Por su parte el susodicho se separó por falta de aire, sin nada que decir desordenó el cabello de su novio como si se tratase de una mascota.
—¿Qué te ha parecido la película?—pregunta Goku luego de unos segundos que se le hicieron eternos. Y no sólo a él...
—No estaba mal... pero al parecer jamás sabremos cómo terminó.—Vegeta se encogió de hombros al pronunciar aquello, y claro que volviendo a sentirse estúpido por hacer ello en medio de la oscuridad.
—Oh...
Pasaron otros segundos más. Una idea cruzó por la cabeza del mayor causando que sonría de forma burlesca.
—Podemos terminarla...
—¿Eh?
—¡Con el ataque de la anaconda cabezona!—rió de su propio chiste y Goku no hizo más que enfocarse en "tan melodioso sonido".
"Es como música para mis oídos..."
—Oye, ¿me oíste?—volvió a hablar Vegeta—. Anaconda cabezona; una larga... cabezona ¿entiendes?
"Su risa es tan hermosa..."
—Kakarotto...
"¡¡Podría oírla todo el día!!"
—Argh, olvídalo.
Pocas veces Vegeta reía a carcajadas, y que lo haya hecho ¡descolocó totalmente a Goku! Ahora no sólo fueron segundos, sino que minutos de silencio. Por su parte, Vegeta estaba cabreado "¡Kakarotto no puede captar nada! ¡¡Es un cabeza hueca!!", pensaba entre gruñidos. Goku, al contrario, se encontraba en las nubes... más bien su paraíso.
—¡Te amo Kakarotto! Que el mundo lo sepa... ¡te amo!—gritaba Vegeta en la fantasía que imaginaba su amado.
Vegeta no se contuvo de besarle por estar "frente a insectos", pues sus labios sobre los suyos no se hicieron esperar.
—Te amo, Vege—dijo Goku una vez separaron sus labios, entonces Vegeta sonrió de medio lado, se acercó a sus amigas de la piscina, y las empujó a ésta sin dudarlo ni un poquito.
—¡No las necesito urracas! ¡Tengo a mi hermoso e inteligente novio!—gritó para seguido de ello reír a carcajadas.
"¡Qué lindo, muy lindo! Hum... Él no necesita a ese tipo de amigas. Ajá", se dijo asistiendo con la cabeza.
—Vegeta, te amo.
Oh, eso no se lo esperaba. Todo el enfado de la nada se transformó en nerviosismo.
—Eh... yo...—Toció de manera falsa—. También—terminó de decir con dificultad. A veces se sorprendia del cómo su pareja decía las cosas sin filtro hasta en momentos menos oportunos.
"Como si no pensase", pensó con diversión.
Por segunda vez en la noche ambos sintieron los labios del otro, y no sólo ello; Los roces no tardaron en aparecer, con las manos ardiendo en ansias se deshicieron de la playera del otro para bajar sus besos a zonas más prohibidas ¡repentinamente se ven a los ojos! ¡¡La luz había acabado de volver y ambos se alejaron del otro con un sonrojo feroz!! Lo único audible fue la repentina música de créditos en la película.
Ardían. Todo su cuerpo lo hacía... respiraban de una manera agitada.
—Yo... eh... Me ha entrado el sueño—habló Vegeta atropellando las palabras, y para hacerlo más creíble, soltó un falso bostezo.
—Sí, sí... yo... ¡Buenas noches!
Ninguno pudo dormir esa noche.
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¡Yo voy arriba! | Yaoi
Fanfiction-¡SOY EL PRÍNCIPE DE LOS SAIYAJIN! -¡PERO YO SOY MÁS FUERTE! -¡ERES UN CLASE BAJA! -¡AQUÍ EL ÚNICO BAJO ERES TÚ! Tanto Goku como Vegeta se han vuelto pareja, pero no todo era color de rosas, las discusiones variaban, sin embargo, la más constante e...