¡Yo voy arriba! | Yaoi

07| Vilvirí printi.

Luego de un "entrenamiento doble" por parte de los Saiyajin, ambos salían de la cámara de gravedad exhaustos entre risitas y empujones para ver quién llegaba primero al único cuarto de baño de su hogar; necesitaban una ducha con urgencia ¡y cómo no! De tanto esfuerzo físico ya estaban lo suficientemente sudados y pegajosos.

Vegeta fue el ganador de esta ronda, entró con gran velocidad y cerró tras de sí, o bueno... trató, pues Goku interpuso su pie imposibilitando la acción.

—¿Y si nos duchamos juntos? Llenamos la bañera ¡y podemos jugar con la espuma! Tengo un patito que...

Vegeta le interrumpió nada más y nada menos que empujándole, para seguido de ello cerrar la puerta en su cara. Una vez dentro habló...

—¡Aprende a perder!—Eso fue lo que dijo, más bien gritó desde dentro mientras comenzaba a desprenderse de su traje de entrenamiento, y tras oírle, Goku infló sus mejillas con molestia.

—Miren quién habla...—refunfuñó en voz baja, pero lo suficiente audible para el otro Saiyajin.
Si bien, hace tan solo minutos Vegeta había estado reprochando por una revancha luego de perder cierto enfrentamiento, con cierto tipo, según él "tramposo".

El príncipe no hizo más que soltar un gruñido de molestia.

¿Y ese milagro que no has venido en meses a irrumpir mi paz?

Goku miró el techo como si pudiese ver al emisor de tales palabras: Kaiosama.

—He estado ocupado.

Oh, ya has dado señales de vida. No importa, mi amado auto y yo agradecemos que Vegeta te mantenga ocupado.

—¿Cómo sab-?—Pero se interrumpió a sí mismo—. De todas formas... ¡tienes razón, Kaio! Debería ir a entrenar.

¿¡Qué!? Yo no te he invit...

—No es muy de mi estilo entrenar en la cámara de gravedad ¡Vegeta suele ser muy...!

—¿Muy qué?—Goku cerró su boca de golpe. ¿Cuál sería la palabra correcta? ¿Explotador, exigente? La que fuese no la diría en voz alta, al menos, no a Vegeta. Éste acababa de aparecer por la puerta y le miraba de brazos cruzados —por cierto, solo vestido de la cintura para abajo— mientras esperaba su respuesta.

—¡Muy resistente! ¡Sí, eso!

Éste no respondió, sólo chasqueó su lengua mientras se sentaba en el sofá para de allí mirar a su pareja quien, algo nervioso por aquella mirada, terminó cuanto antes con la "conversación".

Una vez en silencio, el recién llegado tomó la palabra...

—Entonces te irás a entrenar con ese Kaio.

Goku asistió con su cabeza.

—¿Quieres venir?—Claro que para el Saiyajin criado en la Tierra que su pareja le acompañase sonaba de lo más normal, ¡de hecho, le sonaba perfecto! Pero el contrario le sonrió con burla.