Final | Cayendo por ti.

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Lo más lógico sería decir que la caída no fue para nada suave, no obstante, ambos si quiera alcanzaron a caer pues solo quedaron levitando en el aire, sin poder mover siquiera un músculo. Ambos seguían gritando, sin embargo, Vegeta trató de calmarse, y cerrando sus ojos pudo comenzar a moverse.

—Creo que ya entendí. Si aumento mi ki, pero controlándolo soy capaz de moverme.—Goku lo miró feliz.

—¿Era eso? ¡Pero qué listo eres, Vegeta!

Una vez que ambos podían moverse, no tardaron en mirar a su alrededor; Parecían estar en la "nada", aquel lugar era tan amplio, tan... vacío y brillante que les fue imposible evitar compararlo con la habitación del tiempo.

—¡El señor Bills es increíble, este lugar es perfecto para entrenar! ¡¡Ah, lo olvidaba!!

La sonrisa de Vegeta se desvaneció—. ¿Qué te pasa, Kakarotto?

—¿Qué tal si aquí el tiempo corre a otra velocidad y no hay salida? ¡Entonces debemos buscar una edificación como la que existe en la habitación del tiempo! ¡¡Porque si no lo logramos nos moriremos de hambre!!

—¿Qué acabas de decir? ¡Entonces eso significa que estamos en problemas, maldición! Primero hay que alcanzar ese cetro que está ahí.— Vegeta apuntó hacia arriba, donde efectivamente se encontraba flotando el cetro. Ambos se miraron, y asistiendo con su cabeza se acercaron a aquel objeto divino.

Duraron en tocarlo. ¿Y si los mandaba a otro lugar del que en definitiva no podrían salir? Antes de que Vegeta haya podido siquiera pensarlo en detalle, Goku ya había tomado el cetro entre sus manos, el cual se volvió a iluminar y dejó caer una caja de madera junto a varias cajas de pizza. El Saiyajin menor alcanzó a soltar el objeto de Wiss para atrapar y resguardar las pizzas, para seguido de ello apilarlas en el piso.

—Está bien. De hambre no nos moriremos—mencionó Vegeta mirando como su pareja no dudaba en acercarse a "investigar" las pizzas—, pero aún así no creo que debamos comer ahora.—Vegeta notó las verdaderas intenciones de Goku—. Es lo único para comer y no pienso morir de hambre en este lugar.

Goku se detuvo, estuvo a nada de reclamar, pero le encontró el sentido a las palabras de su pareja. Prometiendo a su estómago que cuando cuando tuviera más hambre iría al ataque, esta vez se acercó al otro Saiyajin quien, al contrario de él, se había interesado en la otra caja que había caído del cetro. Era de madera, y no reconoció en realidad su contenido, mas por la expresión de Vegeta supuso que este si sabría de qué se trataba.

—¿Lubricante?—leyó Goku uno de los frascos mientras rascaba su cabeza—. ¿Y eso qué es?

Vegeta no pudo evitar sentirse nervioso, por lo que se alteró, y exclamando algo tipo "y a mí qué me preguntas", lanzó las cosas al piso y se volteó en dirección a Kakaroto ya en posición de batalla. Aquel lugar parecía idóneo para entrenar sin molestias de por medio.

—¿Listo para ser derrotado?

Su oponente sonrió, y en menos de un segundo ya estaban dándose golpes elevados a varios metros sobre el piso.

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