Sobrevolaba el cielo intentando aguantar su crisis mientras aleteaba.Habían pasado tantas cosa en una sola mañana que no daba abasto para más.
Entre medio de todo el lío que era su cabeza, mantenía una sola cosa clara que era primordial para ella; Yui.
Su pobre niña estaba temblando entre sueños, se había dado cuenta hace muy poco que la pequeña se hallaba durmiendo.
—«Shuu la hizo dormir» —pensó, era unos de los poderes ocultos que tenía el de ojos azules.— «Mejor que sea así, el dolor debe ser mucho y no quiero que lo sufra, no más.» —Con ese pensamiento atormentándole, comenzó a volar más rápido, tan veloz que sus alas rompían el viento provocando un silbido.El camino tampoco fue fácil, unos demonios la interceptaron en unas ocasiones para atacarla, pero se encontraba tan inestable mentalmente que no se dio el lujo de temer de aquellas figuras.
Descuartizó a cada una en un chasquido de dedos.Ya estaba llegando al terreno donde estaba su hogar. Apenas visualizó el bosque, hizo un gesto con sus manos para poder entrar volando al territorio.
Toda la niebla se disipó y quedó despejado, dejando a la vista la casa color blanco junto con el jardín repleto de flores
Apenas visualizó el balcón que daba paso a su cuarto, bajó rápidamente hasta la plataforma.
Entró y depositó con cuidado a Yui en su cama. Sus manos temblaban mientras desvestía a su pequeño angelito para examinar su estado.
—¡...! —cuando la despojó de la última prenda superior, no pudo quedar más horrorizada con la vista.
No se había dado el tiempo para comprobar detenidamente el estado de Yui, pero ahora que podía verla...
Se arrepentía de no haber matado a la arrastrada de su madrastra.El lado derecho presentaba una magulladura que abarcaba la mejilla junto con su ojito, el cuello tenía marcas violáceas de dedos que cruzaban todo el sector, parte del cabello había sido arrancado, incluso había una parte donde parecía faltar cuero cabelludo. En el abdomen había un cardenal que abarcaba el estómago completo y estaba segura qué había una costilla rota junto con el esternón.
Reiji cayó de rodillas frente la cama.
Todo se amontonó de golpe en su cabeza.
No fue capaz de defender a su bebé.
No fue capaz de salvarla.
No fue capaz de protegerla.
No estuvo ahí para ella.
Había fallado.
Un grito desgarrador de oyó metros a la redonda.
• ────── ✾ ────── •
El rubio miraba como las sirvientas junto con los curanderos intentaban agarrar a Cordelia para dejarla en una camilla. Ésta no dejaba de retorcerse cual vil gusano.
Seguía en el mismo lugar en donde Reiji lo había dejado con las palabras en la boca.
Volvió a mirar a Cordelia, agradecía que los trillizos se hubieran ido más temprano y no presenciaran la escena. Conociendo como era de histérico Kanato y la enferma relación tóxica entre Laito, sabía que la reacción más normal que podría esperar era la de Ayato.
Un suspiro pesado salió de sus labios.
Aunque sus ojos estaban mirando el escena, su mente estaba en otra parte, mejor dicho, estaba en momentos anteriores.
[Flash back]
Caminaba por pasillos, seguía su nariz cual perro busca comida.
Su mente estaba ocupada siguiendo la pista cuando unos gritos infantiles se oyeron a lo lejos.
ESTÁS LEYENDO
『Reiji』レイジ
VampireElla era la segunda hija del Rey vampiro y de Beatrix, la segunda esposa. La única nacida con el codiciado don que muchos clanes deseaban febrilmente. Ella era la única que poseía una belleza que ponía los nervios a flor de piel a la primera esposa...