Hojas escritas

21- Donde duele inspira

21- Donde duele, inspira "15-08-2014"

Una vez u otra a todos nos han llegado a decir que nuestra peor batalla es entre lo que sabemos y lo que sentimos y que a veces el problema es que tu corazón no quiere admitir lo que tu mente ya sabe, me lo dicen a menudo y siempre me callo esas ganas de gritarles "¡Una mierda! ¡El corazón no tiene sentimientos, es un estúpido órgano hueco y su única función es bombear sangre y mantenernos vivos. Nuestras emociones se encuentran en el cerebro, específicamente en una zona llamada sistema límbico si ya te ha quedado claro déjame en paz!" Creo que es mejor que siga manteniendo mi bocaza cerrada si no quiero tener problemas, igualmente es algo que no puedo hacer, por muchas ganas de gritar, llorar y salir corriendo lo único que mi cuerpo hace es mandarme señales para que me quede callada, con la mirada perdida y quieta.

No me gusta mantener una conversación de este tema con ciertas personas porque lo único que consiguen es que comiencen las dolorosas preguntas y las infinitamente más dolorosas respuestas, palabras que no dicen nada y silencios que lo dicen todo, palabras y silencios que duelen más que golpes, porque en el fondo un golpe se queda la marca y cuando pasan los días se olvida el dolor y la marca se va, en cambio las palabras quedan marcadas en la mente. Mi mente es un mundo de problemas y mi cabeza un mundo de ideas. Muchos piensan que lo que pasa por mi cabeza son tonterías, pero ¿Se habrá parado alguien alguna vez a pensar que es lo que pienso yo?

En ningún momento he tenido miedo del desastre que habita en mi mente, más bien, tenía ganas de reconstruirlo. Quizá fue eso lo que hizo que abriera mi mente, el hecho de que quisiera complicarme la vida para salvarme de esas ruinas que me invadían. Pero sí que tenía miedo en lo que fuera capaz de hacer, a ser rechazada, a no poder ser lo suficiente buena... el miedo es la pequeña muerte que nos conduce a la destrucción total, nos hace perder los nervios, el miedo se encuentra siempre en nosotros, nunca se va, simplemente pierde poder en nosotros y creo que esto nos pasa con todos nuestros estados, pero el miedo me hacía sentir una sensación de cómo que todo iba mal, y no me equivocaba, todo iba de pena.