Capitulo 1

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Arco I

"Los problemas acarrean...
malos y buenos presagios,
los malos nos atrapan,
y los buenos nos liberan".


Louis Tomlinson soltaba lágrima tras lágrima al ver el ataúd de su madre ser enterrado en lo más profundo de un agujero, enterrando junto a ella sus recuerdos y los momentos felices que debería haber vivido. Alzó la mirada y justo al otro lado del agujero estaban su padre y sus 2 hermanas menores Lottie y Felicite de 13 y 12 años respectivamente, cargando en sus brazos a dos pequeñas gemelas recién nacidas Daisy y Phoebe.

Se limpió la última lágrima que caía de su rostro y fue caminando directamente a su padre para darle tal vez el último abrazo en mucho tiempo. Sollozó en el pecho de su padre escuchando el llanto de sus hermanas que si bien no deberían sufrir así, lo hacían.

Duró poco más de 5 minutos en aquella posición para así soltar su agarre y mirar fijamente a su padre al rostro. No supo definir con palabras la mirada que su padre le daba en ese momento, no sabia si era de tristeza por haber perdido a su cuarta esposa, o de felicidad porque podría encontrar otra más joven.

El caso es que se volvió a girar hacia al ataúd justo en el momento en que estaban terminando de echar la tierra necesaria. Lastimosamente no eran una familia de mucho dinero como para poder pagar el entierro apropiado de su propia madre. Sólo pudieron pagarle un ataúd gastando los ahorros que su madre había reunido en sus últimos años de trabajo antes de quedar embarazada de Daisy y Phoebe.

La gente comenzó a alejarse de aquel tétrico lugar dando paso a un gutural silencio. Ni siquiera las aves hacían ruido en honor a su difunta madre.

Comenzó a caminar fuera del cementerio justo detrás del resto de su familia sin dar una última mirada a donde su madre se encontraba actualmente sepultada.

💚💙

A apenas unas calles del acontecimiento, se encontraba Harry Styles, un adolescente de apenas 16 años, con un cabello rizado de un castaño inexplicablemente hermoso, ojos verdes capaces de enamorarte con solo observarlos y una sonrisa de las más hermosas que puedas encontrar. Se encontraba engullendo su última cucharada de su cereal favorito Froot Loops, riendo con sus mejillas llenas de comida debido a los chistes de su madre que venían directo desde la cocina. Cuando tragó por fin, se bajó del banquito y llevó su plato hasta el lavavajillas, se lavó las manos antes de darle un sonoro beso a su madre y dirigirse a la escuela tomando su mochila del sofá más cercano.

Caminaba hacia la escuela alegre como siempre, dando pequeños brinquitos y sonriéndole a todo aquel que se le cruzara, a veces sonriendo más de la cuenta cuando encontraba la mirada de otro chico hermoso puesta en él, pero no creía que hubiera algo malo en ello.

Se paró en la entrada de la institución alisando su ropa de vestir, ya que afortunadamente ellos no utilizaban uniforme, casi siempre optaba por un look como el de ese día, un suéter rosa, jeans azules y converse negros. Se palmeó ambas mejillas para avisparse y comenzó a caminar dentro de la institución. A decir verdad no era un chico popular, así como tampoco eran un friki, era tan simple como todos en aquella escuela, tenía a su mejor amigo Niall que era un rubio teñido muy cariñoso y con él le era suficiente.

A veces entablaba conversación con chicos más grandes que él ya que estos se les acercaban con mera insistencia, pero nunca le importó ese hecho, hasta ese día.

Cuando se disponía a entrar en su salón de clases simplemente abrió la puerta y entró en ésta, un poco extrañado por el sonido de dos adolescentes gimiendo, pero estaba acostumbrado a eso, los chicos y las chicas siempre hacían eso y era normal. Pero cuando alzó su rostro para ver de quienes se trataba no esperó encontrarse con dos chicos. A uno de ellos lo conocía, se llamaba Zayn Malik, era un chico realmente sexy desde los ojos del rizado, siempre con un bronceado encima y vestido siempre de negro. Estaba comiéndole la boca a un chico que, debido a su altura, lo más probable es que fuera en último año ya que era visiblemente más alto que Zayn. Se sonrojó ante la vista y fue directamente a su asiento en la parte de adelante del salón, completamente sumido en sus pensamientos acerca de porque le había parecido tan ardiente esa escena, que no se había dado cuenta de que ya el timbre había sonado y todos comenzaron a entrar en el aula.

No sabía que te tenía || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora