Capítulo 8 (Recuerdos de verano)

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(¿Hermano? ¿a que se refería con eso?) 

Pensaba mientras le veía para a su vez poder reconocerla bien, pero por más que intentaba por querer reconocerla, no me llegaba a la mente ni su nombre, ni nada de ella, algo bastantemente confuso para mí.

-¿Hermano?- pregunte hacia ella, con una ceja fruncida, ladeando un poco la cabeza.

-¿En serio ya no me recuerdas hermano?- decía acercándose hacia mí, con una mirada un poco desilusionada. 

- Discúlpame, pero en serio, no me acuerdo de ti- apenado miraba un poco cabizbajo.

-No te preocupes Adam, a lo mejor no me recuerdas por el tiempo que no, nos hemos visto- Se sentaba a mi lado en la orilla de mi cama en la cual me encontraba claramente.

Sonriéndome, mientras yo, algo confundido de la nada me salió un sonrojo por lo que yo pude sentir, me sentía extraño a lado de aquella chica, cuando sentía que algo iba a pasar (si, tuve un presentimiento raro), Verónica, entró de la nada a la habitación, gritando mi nombre con furia, como si yo hubiera hecho algo malo.

Me sorprendió la verdad y más cuando vio que aquella chica estaba a mi lado sentada en mi cama, cuando el ambiente se sentía más tenso de lo normal, Verónica argumento con algo que si me saco aún mas de honda, de lo que yo estaba...

-¿Qué haces aquí Karen?- decía con recelo y seriedad hacia ella.

En ese momento, recordé algo de mi pasado; antes de que todo pasara, a unos 5 meses de todo, conocí a una chica de como mi edad, la presentó mi padre, diciendo que ella es una hija que tuvo con otra persona antes de que se casaran mi padre y mi madre, anunciando que ella se iba a quedar con nosotros. Esto provocó una gran discusión entre ellos, estando en la sala y yo con aquella persona, en la cocina, nos quedamos platicando los dos de cosas de ese tiempo y lo que provocó que a ella le cayera súper bien, diciendo, que, si no fuera por que somos hermanos, ella a  lo mejor me pediría que fuéramos novios, algo, bastante incomodo cuando me lo dijo, pero no le tome bastante importancia porque pensé que estaba bromeando.

Al final de la dicha discusión que tuvieron mis padres, se quedo con un simple acuerdo de que si se iba a quedar ella con nosotros, al fin y al cabo para mi fue eso algo genial, seria mi primera hermana que tendría; después de eso, me la pasé bien con ella, hasta que 3 meses después, mis padres se divorciaron y mi padre se llevo a Karen, sin que yo supiera de ella hasta ahora, pero no creo que se ella ya ese nombre esta en muchas personas y por lo tanto, solo ha de ser algún mal entendido o cualquier otra explicación.

-¿La conoces?- le pregunté a Verónica algo confundido mientras miraba a ambas chicas.

 -Vaya Verónica, llegaste temprano- decía Karen interrumpiendo me, mientras ella se levantaba lentamente, provocando que la atmósfera se volviera súper incomoda.

En esos momentos quería que me tragara la tierra, estaba algo incomodo, Verónica, me miraba de forma seria y Karen de forma alegre ¿cómo debería sentirme en esos momentos? era como si estuvieran una hiena y un leopardo peleando por quien se come a la Gasela herida. El silencio era frustante  y cuando iba a decir algo, Verónica me interrumpió y dirigiéndose a Karen, pero gracias al destino, pasó algo distinto:

-¡Señorita Karen, es la entrada noreste!- entro de la nada un muchacho peculiar, agitado y muy asustado.

Aviendo llegado al lugar, notamos que un inerte desesperado trataba de pasar una muralla que rodeaba por donde estábamos.

[Localización: Tlalnepantla de Baz Centro 10:45 a.m.]

La muralla era de casi 10 m de alto y con un grosor de 5m solo 4 entradas, una al sur, otra al norte, una al este y la otra donde estaba el problema, el inerte estaba desesperado por entrar, pero...no era como para querer comernos o algo así, si no, las bien pareciera que ¿huía?

-Lucas, André, vayan con los chicos y cubran un flanco, no dejen que pase la muralla, recarguen y preparen el arma por si es necesario-

Decía Karen de una forma muy directa, como toda una líder y sin decirnos adiós se fue, diciendo solo a uno de sus subordinados que nos llevarán a un lugar seguro, cuando nos iban a meter de donde venimos, escuchamos un grito, un grito parecido al de una bestia, no era el Inerte Toro...era diferente, su grito era...muy desgarrador, como si estuviera sufriendo, pero al escucharse dicho grito, el inerte que estaba en la muralla comenzó a volverse más inquieto, quería afueras traspasar la muralla a como fuera comenzando a escalar, claro, la gente de Karen, no lo dejaba, pero era tal sus desesperación que parecía que estaba huyendo de ese ruido.

Y cuando todo parecía extraño, el grito se volvió a escuchar y está ves, era más cercas de donde estábamos,  un inerte común no era, por qué por donde parecía que estaba, una de las construcciones que estaba al fondo, se colapsó dejando una nube de humo y lo que pareciera fuego...

Continuará...

Soledad Inerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora