Seize the day

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Capítulo XII

"Seize the day" - Avenged Sevenfold

— Tweek, ¿puedo hablar contigo? — Se acercó Jazmín a hablar con él un par de días después del festival de invierno.

— Claro, Jaz, ¿qué pasa?

Caminaron juntos hasta la parada del bus, la chica se veía nerviosa, cualquiera que los viera juntos, apostaría que eran gemelos. Ella era unos centimetros más baja que él y su cabello era rubio, casi blanco, solo se diferenciaban en los ojos, ya que los de ella eran color miel.

— ¿Eres gay? — Le soltó sin rodeos y sin mirarlo, aunque no esperaba que él sólo riera.

— Eso creo, ¿por qué? — Le sonrió mirando al otro lado, algo sonrojado, y con media sonrisa. Craig hubiera agradecido que nadie viera esa expresión encantadora, ya que ni siquiera él la había visto.

— Tengo un amigo que te escuchó tocar la otra noche, y quiere conocerte. — Lo sujetó por el brazo con un poco más de confianza, al parecer el enterarse de su preferencia sexual, la hacía sentir más segura.

Tweek se tensó y sonrió avergonzado.

— Gracias, pero no estoy buscando una relación...

— Sí, lo sé, pero podrías, al menos, conocerlo? — Jazmín le rogó apegandose a su brazo, a pesar de que él se removía incómodo. — Podrían ser amigos, si quieres, te prometo que será respetuoso.

Tweek la miró con lo ojos entrecerrados, con una sonrisa a medio camino, tenía que admitir que su optimismo era contagioso.

— Okay, bien, iré...

Jazmín gritó y lo abrazó con más fuerza, ambos rieron, ella le contaba sobre su novio y la escuela donde iba. Hasta que Tweek subió al autobús y comenzó a pensar en cómo sería el amigo de ella, por defecto, lo imaginana como Craig.

Llegó a casa cuando había oscurecido, bastante cansado, comió poco, como siempre y habló poco también, luego subió a su habitación, que, a pesar de todo, había intentado mantener ordenada. Inspeccionó con la mirada y se dio cuenta de que ya no quedaba rastro de Craig, todo lo que pudo recordarle su relación, lo había desechado.

Excepto dos fotos en su teléfono, que casi nunca miraba. Una era de ambos en la cafetería, Craig le había pedido hacerse la foto, lo rodeaba con su brazo sin terminar de sonreír. En la mesa había un vaso con jugo de naranja, un platillo vacío y una taza blanca.

La otra foto era solo de Craig, dormido. La había tomado una noche que se quedó a dormir en su casa y Tweek no pudo conciliar el sueño . Sus ojos completamente cerrados, su boca semiabierta y sus manos sujetando la almohada y la manta, le parecieron la expresión más hermosa que él jamas podría ver. No había borrado ninguna porque se sentía débil, simplemente no quería.

Nunca se tomaban muchas fotos juntos, así que esas dos las atesoraba con gran recelo, aunque sabía que tendría que dejarlo ir tarde o temprano. Desde aquella noche, después de que terminaran, y Tweek rompiera todo lo que le recordara a él, no había vuelto a ver las fotos.

La laguna mental que tenía de la primer noche que se embriago, empezó a aclararse, empezando por los besos de Craig. Las palabras que le dijo, con qué delicadeza correspondió su atrevimiento; se avergonzó terriblemente al recordar que fue él quien se atrevió a besarlo.

Sol de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora