Hitorinbo envy [Bunny]

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Capítulo XXII

"Hitorinbo envy" Germa y Cheli

(El capítulo está basado en esta canción)

Original: Vocaloid

Despertó como todos los días, solo y a recibir otro regaño por alguna estupidez, de parte de su padre. No importaba qué fuera, siempre terminaba castigado, a veces los escuchaba reírse de él, desde su habitación.

Con pose seria, te quieres burlar y mientras lloras, me das muchas excusas...

Algunos días eran mejor, fingia ignorancia y hacía lo que ellos mandaran, así lo dejaban en paz. Fingir ser como un niño de nuevo, era lo único que le funcionaba, nunca les decía qué sentía, solo sonreía y se iba.

Que divertido, también puedo jugar a fingir ser dulce como la miel...

El único en quién confiaba lo suficiente era Kenny, que en cierta forma podía compartir su modo de vida: sus padres eran una mierda, la diferencia era que Kenny tenía hermanos.

Sé que para ti, también para ti... yo no soy nada, simplemente un estorbo...

Esa mañana despertó escuchando, gritos de sus padres, como siempre, aunque esta vez había un llanto sumado. Conocía ese llanto, así que salió con prisa y encontró a su padre gritando a Karen, tal vez por sus amigos que según él era mala influencia, mientras su madre le gritaba defendiendola y Karen lloraba, probablemente le habían prohibido salir de nuevo.

Estas mentiras que creaste son, para mí, el más dulce festival...

Otra diferencia entre Butters y él, era que Kenny no se quedaba callado, ni quieto. Se acercó y empujó a su padre para alejarlo de su madre y su hermana, hizo que se golpeara contra la pared, y corrió llevando a Karen de la mano, fuera de esa casa.

Karen limpió sus lágrimas cuando llegaron a un parque cerca de su casa, más tarde llegó Butters y los saludó. Hizo reír a la chica, haciendo que olvidara su tristeza, al menos por el momento.

Ven, anda, anda, llega hasta aquí...

— Hola Kenny. — Lo saludó sentándose a su lado en la banca, viendo a Karen hacer amigos. — ¿Qué pasó?

— Hola, lo mismo de siempre. — Suspiró malhumorado. — Quieren mantenerla encerrada, quisiera poder sacarla de ahí.

— Ya podrás, falta poco para graduarnos, puedes trabajar y llevarla contigo. — Intentó animarlo sonriendo falsamente.

Aplaude, aplaude, finge ser feliz...  

— ¿Estás bien? — Preguntó Kenny mirándolo, era inútil que quisiera esconder su tristeza porque sabía que él era el único que podía ver a través de él.

— Sí, ¿por qué? — Respondió aún así, intentando no darle importancia a su problema.

— Te ves decaído. — Acarició su hombro de forma amistosa, Butters sonrió.

— Estoy bien, solo pensaba...

— ¿En qué? — Ken no pensaba mucho en sus acciones, solo cuando la cagaba o lastimaba a alguien, en ese momento acariciar el rostro de Butters era, para él, algo bueno.

Sol de medianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora