"¿Que ves cuando te ves?" dice una famosa canción de mí país (Argentina), ¿Que ves vos cuando te miras al espejo? Seguramente algunos días un poco más lindo, otros días ni querés mirarte, otros estás en el medio.
A mí me prohibieron los espejos, ¿Por qué? porque no puedo tolerar mí reflejo, no puedo verme sin odiarme, sin querer lastimarme, sin compararme a otros cuerpos, es así.
Lo odio, con todo mí ser, me enoja, no lo quiero.
Quisiera poder causarme más dolor del que me causo porque de verdad siento mucha impotencia de tener este cuerpo.
No soy "gorda", soy flaca, ¿pero saben que? Tengo pechos enormes, espalda grande, brazos finos, piernas atléticas y caderas anchas. Como odio esas p*tas caderas anchas.
"Tenés un cuerpo envidiable", "Dieta,¿vos? estas loca", "Ojalá tuviera tu cuerpo", "Un montón de personas desearían tener ese cuerpo no seas tan exagerada", puedo seguir.
No es así, se los juro que no.
No me entra nada de la ropa de moda, simplemente no me entra y odio no poder vestirme como quiero porque mis tetas de m*erda cagan cada maldita prenda que me pongo.
A eso sumale que no tengo trasero, un asco.
Estoy tan enojada conmigo, aveces hasta pienso en morirme de la impotencia que me da no poder cambiar ciertas cosas.
Hago ejercicio, y hago ejercicio en secreto también, trato de no comer de más, me hidrato, pero no cambia.
No cambia, es mi p*ta maldición.
¿Saben lo que se siente estar en un local y saber que no te podes probar nada porque ya sabes de entrada que no te va a entrar, por más hermoso que sea? Ojalá nunca les pase.
He salido llorando de locales de ropa, he llorado frente al espejo antes de salir al boliche (cuando lo hacía) porque no me gustaba lo que veía, no es lo que yo quiero ver.
Cuando me empecé a lastimar fue cuando me los prohibieron, solamente me dejan ver mí cara y por pocos minutos cuando me lavo en la mañana o cuando me arreglo para salir el pelo, sino no.
Es tan adictivo el espejo, es imposible dejarlo y es "mentiroso", o eso dicen, para mí, es demsiado sincero.
Aveces hago trampa, y me subo al bidet que da justo a la altura del espejo del baño para medirme mí cuerpo, para verlo, y el resultado siempre es el mismo.
Esto no solo me pasa con la ropa, me pasa caminando en la calle, no puedo verme por las vidrieras, trato de taparme lo más posible, me resulta incómoda la mirada ajena, siento sus ojos, las voces empiezan con su discurso y todo se va de las manos.
Cuando salía, estaba toda la noche pensando en 3 cosas :
- ¿Como está mi pelo?
- No tirar el vaso ni perder la plata (para más vasos)
- Chequearme todo el tiempo el cuerpo en cualquier reflejo y como me quedaba lo que tenía puesto.
No es sano, ya lo sé, es la verdad.
Dejé de salir por algunos motivos que ya dije y otros que voy a decir más adelante pero era tan estresante el momento previo a la ebriedad porque tenía solo esos 3 pensamientos en la cabeza y percibía la mirada de los demás.
Una vez que el alcohol fluía por mis venas ya dejaba de importarme, era libre por unos minutos, hasta aveces bailaba y me reía demasiado, porque estaba en trance.
Después volvía, las voces salían de sus escondites y aprovechando mí ebriedad comentaban todo lo que se les ocurría de mí en ese momento, en cuán patética era.
Y tienen razón.
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Standby
Teen FictionLes puedo hablar de quién solía ser: antes de que esta enfermedad tomara todo lo que me importaba y lo pusiera en duda, antes de los cortes y el insomnio, antes de desear la muerte. Era una chica promedio, con relaciones normales, gustos y aficiones...