Después de las pérdidas cuesta volver a lo usual, a lo rutinario, porque algo falta. No importa cuánto intentes esconder el cadáver está sobre la mesa aunque no puedas verlo. No sé habla, no se piensa, no se especula sobre esa persona, solo queda dolor, ese punzante en el pecho que sabe que no vas a verlo nunca más y a aún así por alguna razón sobreviviste.
Aunque por años hayas fabricado ese momento en tu mente y admitias a tu persona que hasta serías capaz de morir, ahí te encontrás, es ese momento, sin sentir nada.
No creo que sea cierto que las personas que mueren queden en sus casas, para mí, van a los lugares que fueron felices de verdad, a lugares donde conocieron su primer amor, dónde iban a la escuela, a la casa de sus padres a reunirse con ellos, no creo que se queden todas las almas en los cementerios, al contrario, creo que es el lugar más vacío de almas de todos. ¿Quién se quedaría en ese lugar pudiendo volver a ver a las personas que ama?
Muchas veces me dicen que no diga boludeces, cuando hablo de la muerte y de cómo no me da miedo morir, para mi, no es algo que se pueda evitar.
Todos vamos a morir, es así.
La gente como yo sabe eso y sabemos también como causarla, de mil formas distintas y aveces fantaseamos con la idea de probar algunas.
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Standby
Teen FictionLes puedo hablar de quién solía ser: antes de que esta enfermedad tomara todo lo que me importaba y lo pusiera en duda, antes de los cortes y el insomnio, antes de desear la muerte. Era una chica promedio, con relaciones normales, gustos y aficiones...