Cuentos y Algo Más

La Tierra se Mueve

Desde tiempos remotos se escucha hablar de los sismos y terremotos. Hay sitios que son zonas sísmicas y tarde o temprano puede ocurrir uno, en consecuencia los habitantes de esos lugares están a la expectativa de que ese hecho puede suceder en cualquier momento.

Les cuento en esta historia experiencias sobre los movimientos sísmicos.

 En una oportunidad hace unos años ocurrió un terremoto en el oriente del país, pero en esta localidad (Maturín-Monagas) sólo llegó un coletazo del mismo.

 Era una mañana. Yo estaba de participante en un curso de perfeccionamiento, cuando de repente las mesa y sillas empezaron a moverse y la gente empezó a correr, no entendía por qué, gritaban "mis hijos, mis hijos están en la escuela y salían. Yo pensaba que estarían seguros en la escuela. Así que solo observaba y no me moví del instituto hasta la hora de salida.

Al llegar a la escuela de mis hijos estaba desolada. Todos se habían ido asustados con el movimiento de la tierra ¡pobres mis niños! con una madre desorientada. Eran unos de los muy pocos que permanecían en la escuela. No busqué a mis hijos, en el momento que todos corrían porque no sabía lo peligroso que podían ser estos movimientos de la tierra.   Fue después de esta experiencia que busqué la información respectiva.

Un temblor no es un terremoto, es un movimiento más pequeño es como si la tierra hiciera un tiritón, es muy parecido a cuando tiritas por exceso de frío. En los terremotos la tierra se sacude y agita con mucha fuerza.

En días recientes salí de compras con Alejandra, mi hija mayor, pero regresamos rápido. Era un día muy caluroso. Al estacionar el vehículo ella bajó rápido y me quedé un poco más para cerrar el portón, pero cuando intentaba cerrar éste no respondía y de repente sentí que el piso se movía. Caminé hacia adentro y el movimiento era más fuerte. Entonces en voz alta, me pregunté ¿Está temblando? ¿Qué es esto?

En ese momento mis hijas y nietas corrían hacia afuera ¡es un temblor, es un temblor! Yo, no sabía qué hacer, caminé de un lado a otro y luego me coloqué debajo del marco de la puerta principal.

Alejandra pegada a un muro en el porche gritaba ¿mi papá, mi papa! Búsquenlo, dónde está. ¡Llámenlo! Pero todos permanecíamos en el porche y Rit con sus niñas abrazadas en la acera frente a la casa.

De repente, Blas sale corriendo y gritaba ¡Ritmar. Ritmar! ¿Dónde está Ritmar y las niñas? Las vio y respiró profundo. Mientras, Alejandra no dejaba de llamar a su papá y él ya estaba frente a ella.

Yo estaba tan asustada no sabía qué hacer, caminé hacia la calle y pedí a unas vecinas que oraban, se tranquilizaran que ya iba a pasar. Regresé nuevamente al marco de la puerta, allí me instalé y miraba a Alejandra que estaba aterrada pegada al muro y no dejaba de gritar ¡papá, papa!, éste le tomaba la mano para tranquilizarla. Yo exclamaba ¡Dios hasta cuándo! Ya es mucho tiempo. Que pare ya. Por momentos pensé que la tierra se iba a abrir.

Ver a los vecinos correr, llorar, gritar, orar me impresionó fue una experiencia fuerte, de miedo. Todos estábamos asustados. El temblor fue intenso y prolongado.

Para mí ha sido una experiencia aterradora. Alejandra quedó con la sensación de estar mareada. Ante cualquier movimiento cree que está temblando...

Finalmente terminó la pesadilla y todos quedamos afuera comentando la situación, llamando a familiares y allegados. Afortunadamente estábamos juntos y no hubo nada que lamentar.

En la réplica del siguiente día estaba administrando un curso en la universidad, los estudiantes dijeron. Profe. Está temblando otra vez y les contesté tranquilos eso fue ayer.  Ya pasó terminemos la clase. De repente entró Daniela corriendo y dijo: Profe todos están afuera nuevamente tiembla. ¡Vamos: salga, salga!

Salí y vi  a toda la gente alborotada en medio de la calle comentando. En esta oportunidad estuve más tranquila, quizás porque no lo sentí... Las réplicas son temblores de menor intensidad que también pueden asustarnos.

Al final lo más importante es estar con la familia, con tus seres queridos y brindarse protección unos a otros, porque todos  somos una gran familia.