Un Diente se Mueve

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Alejandro había escuchado que los dientes se cambiaban (se mudan) por unos que serán  permanentes, pero no había hecho mucho caso a esos comentarios. Entonces un día al despertar notó un leve dolor en su diente, se llevó la mano a la boca palpó el diente y notó que se movía.

Salió a toda carrera y gritó "mamá, mamá, este diente se mueve" – La madre le respondió ya vas a mudar los dientes.- te vas a poner viejito y se empezó a reír . También le dijo hay que sacártelo. Vamos a esperar que se afloje un poco más para hacerlo. Él dijo " Ay, no" Eso me va a doler- Claro que no respondió la madre, te ato un hilo al diente y con un paño te lo agarro y ya sale.

"¿Y me va a doler?"- preguntó con miedo. La madre lo miró sorprendida, ya que hacía un momento lo estaba moviendo sin ningún tipo de miedo." ¡Claro que no!, ya verás cuando se te mueva más, te lo sacaré girándolo sin que te haga ningún daño con mucho cuidado y si no puedo hacerlo iremos al dentista." ¿Que es eso del dentista? Es el médico de los dientes, quien los cura y alivia los dolores.

Alejandro contó a los tíos y a los abuelos que el diente se movía. La tía Marle dijo vamos yo te lo saco- No, no dijo él. Eso duele. Claro que no. Le respondió ella eso no duele nada.

Pasaron unos días y la familia fue al cementerio a colocar flores a las tumbas. Marle preguntó: mi niño cómo va lo del diente, ya está listo. – Él dijo no, todavía falta, no está flojo. Abre la boca vamos solamente a ver cuánto falta. Entonces aunque receloso, abrió la boca, ésta metió la mano y Zas dijo aquí está el diente. Míralo ¿Te dolió? Ves que no duele. Alejandro compungido dijo si duele y empezó a llorar.

El tío Franco lo tomó en brazos, lo paseó alrededor del cementerio, y dijo se va conmigo le voy a comprar un helado. Envuelto en una servilleta entregaron el diente a Alejandro para que se lo colocara al Ratón Pérez dentro del zapato o debajo de la almohada por la noche, que por allí pasaría don ratón  a recogerlo y le dejaría su recompensa.

Alejandro se marchó a su casa con el espacio entre las encías y la ilusión de recibir por la noche un regalo de ratón Pérez.

Ya al amanecer del día siguiente comentó lleno de emoción "Ratón Pérez se llevó mi diente y me dejó dinero"

Corriendo de un lado a otro mostraba su recompensa ¡Dinero, dinero! Ese fue mi premio.

Y esta historia se acabó y el viento se la llevó...

Cuentos y Algo MásWhere stories live. Discover now