El Payaso Risitas

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En nuestra vida cotidiana hemos conocido muchos payasos y tenemos la creencia que son felices porque ríen y hacen reír a su público.

Voy a contarles la historia de un payaso que no sabía reír. Les parece cómico, pero así es la historia...

Todos los payasos son felices porque sonríen y hacen morisquetas para que los espectadores rían y la pasen bien, pero el payaso de este cuento ni siquiera sabía reír, esta era la preocupación del "Payasito Risitas"

Risitas era un payaso que no sabía reír, ni hacer gracias para que su público, los niños rieran. Esta situación lo tenía muy triste, no sabía qué hacer.

Un día al anochecer, Risitas se fue a dormir triste y preocupado. Pensaba y pensaba. Cansado de pensar se quedó dormido y tuvo un sueño donde se veía alegre y sonreído porque era ovacionado y recibía muchos aplausos de los niños.

Al despertar estaba muy alegre por ese sueño, pero inmediatamente llegó la tristeza y él se dijo "solo era un sueño" qué puedo hacer para espantar la tristeza y provocar risa en los demás. ¿Qué hago, Señor? Se llevó las manos a la cara y de un lado a otro movía la cabeza y seguía preguntándose ¿Qué puedo hacer?

De pronto tuvo la sensación de no estar solo y levantó la cara, para su sorpresa vio a una linda mujer que le sonreía, era su hada madrina, quién le pregunto ¿Qué pasa, amiguito? ¿Por qué tan triste?

_ Ahhh respondió, Risitas es que cuando salgo a la función en el circo, nadie se ríe, ni yo mismo me río. Es que no sé cómo hacerlo. Me quedo paralizado. Mi cara no se mueve, ni mis ojos, ninguna de las partes de mi cara tiene movimiento y de la tristeza que me invade no puedo levantar ni brazos, ni pies.

El hada le dijo_ Ese es tu problema. Tranquilo ya lo vamos a solucionar. Entonces sacó una varita mágica y pronunció unas palabras: "PATA TRAC PATA PATA TRAC PATI todo el mundo a reír" – Esto lo vas a repetir en las funciones. ¿Está claro?

El payasito asintió y preguntó: _ ¿Eso es todo, ya está? – Si, dijo el hada; en la próxima función lo veremos.

- Ahora vamos a comprobar se tienes preparada la cara y todo el cuerpo para hacer reír a la gente. Tienes que mover todas tus partes con mucha seguridad y así harás reí a todos y tú también reirás. Mostrarás toda la alegría que hay en ti.

- No olvides que voy a estar ahí, cerca acompañándote. ¡Ánimo!

Llegó el momento de la función y Risitas salió muy contento, dijo: Vamos todos a acompañarme con sus movimientos y empezó a mover los ojos, los labios, luego la nariz, las orejas, la lengua. Todo muy bien y él estaba feliz.

Risitas cada vez más alegre porque ya movía mucho mejor las partes de su cuerpo- Luego empezó a pronunciar palabras acompañado de palmadas pa-lo. Pa-ta, ma-no. Ca-fé. Ven-ta-na, ni-ño...

Cuando vio que todo había salido bien sonrió y agradeció a su hada madrina. Se despidió de ella "Adiós, querida madrina. Adiós muchas gracias"

A partir de ese momento todas sus actuaciones estuvieron bien y todos disfrutaban y reían con sus presentaciones.

Se acabó la tristeza del payaso y en todo momento estaba alegre, sonriendo: Entonces lo llamaron el Payaso Risitas.

Siempre debemos intentar estar alegres y contentos para que los demás también lo estén.

Con pan y pimiento, se acabó este cuento

Cuentos y Algo MásWhere stories live. Discover now